Observo detenidamente el rostro de Elizabeth, solamente mueve su comida en el plato de un lado al otro sin parar, no ha probado bocado alguno solo mira los vegetales moverse.Dejo mi cubierto a un lado y recargo mi cabeza sobre mis manos, miró su comportamiento atentamente. Frunzo en el ceño cuando suelta un suspiro que para mi fue más un lamento.
Tomo su mano entre la mía y la acercó hacia mis labios para depositar un beso en su torso. Era tan delicado y suave y siempre tenía esa característico olor a almizcle , como me volvía loco ese olor.
Su mirada se levanta hacia mi rostro logrando por fin el contacto visual que estaba esperando. Afirme mi mirada intentando leer sus ojos, ¿Qué sentía cuando me veía?¿Cuál era la razón de su tristeza?
Pero eso ya lo sabía a la perfección, desde que el doctor Evans nos dio la noticia, siento como si algo en ella hubiera dejado de funcionar, no sé ve bien.
Todo el tiempo está estresada y preocupada, pareciera que el rumbo de su vida simplemente se salió de control. Y no era para esperar menos desde que la conozco siempre ha sido fanática de controlar todo lo que sucede a su alrededor.
Pero con respecto a esto, no podía hacer nada, no tenía certeza de que iba a pasar y eso lo sabía, la está matando.
¿Que hay de mi? Yo quería hijos, quería tener niños con los cuales jugar, quería llevarlos a su primer día de escuela y llorar como magdalena cuando crucen la puerta, quería hacer carteles en la madrugada porque se les olvidó en el transcurso del día.
Queria todas esas cosas, las deseaba, pero las quería junto a ella, la necesitaba a ella. No estaba dispuesto a tener nada de eso sin ella no soy lo suficientemente valiente.
No quería que tomara el tratamiento después de las advertencias del doctor, no estaba para arriesgar lo más Preciado que tenía en mi vida solo por un capricho.
—Te amo—Susurre antes de volver a besar el dorso de su mano. Su mirada decayó y pude notar cómo sus piernas comenzaron a moverse rápido.
—Tengo algo que decirte—murmuró. —O más bien consultarte—Asentí con la cabeza suavemente dándole absolutamente toda mi atención.
—Estaba charlando con tu madre—Hizo una pausa y me miró de reojo. Retomó su postura habitual y por fin me vio fijamente a los ojos.
—Fuimos a ver al doctor Evans, estábamos discutiendo alguna solución—Le hice una señal con la mano para que se detuviera.
Suspire profundo. —Darling —La llme para que me mirase—. Te dire la verdad, ya me estás preocupando—Solté.
Nuestras conversaciones solo se basaban en ese tema, era importante, pero la estaba consumiendo y me estaba consumiendo a mi. —Necesitamos un descanso—Afirme sin dejar de mirarla a los ojos.
—No estás bien—Deletre cada sílaba lentamente. —Te estás yendo por la borda y me estás llevando contigo—.
Me dio una sonrisa ladeada. —¿Enserio? No me digas—Su voz tenía un claro noto de molestia e ironía. No entendía el porqué de su actitud.
Soltó el agarre de nuestras manos con brusquedad. —Charless no se porque parece que a la única que le importa lo que pase con este matrimonio es a mi—Su voz es rápida y explosiva.
Abro los ojos en par por su reacción, en definitiva esto la estaba llevando demasiado lejos, nunca me había hablado de tal forma.
Suspiró profundo y acomodó mi espalda al sentirme tenso. —Lizzy necesitas calmarte—Intente utilizar el tono de voz más tranquilo y pacífico que tenía.
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Contra la corriente
RomanceTodos te dicen que la ambición es peligrosa pero no te dicen cuanto, no te dicen cuanto puedes perder o cuanto puedes ganar por poseerla, un error puede salir muy caro, pude llevarse lo que más amas, incluyendo tus sueños, deseos y anhelos.