Capítulo: 08

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—Entiendo, Ame. Esta es la primera misión que te asigno. Reúne a 10 Uchihas que tengan activado el Sharingan de tres aspas. Además, trae a las mujeres que están embarazadas para asegurar su protección.

Luego, Rai se dirigió a otro Uchiha.

—Baru, tú harás lo mismo, pero trae a los niños de entre 4 y 9 años.

Finalmente, Rai miró al anciano Yashiro, uno de los más respetados en el clan.

—Anciano Yashiro, reúne a todos los niños de 10 años en adelante. Cuando te dé la orden, los traerás a mí, a todos.

Con la misión otorgada, cada uno de los Uchihas salió a cumplir con sus tareas, moviéndose con rapidez y eficiencia.

Mientras tanto, los demás Uchihas observaban a Rai, que comenzó a flotar lentamente, mostrando un poder que parecía desafiar las leyes de la naturaleza.

De repente, una gigantesca nave espacial apareció en el cielo, oscureciendo todo Konohagakure con su inmensa sombra. La aparición de la nave causó asombro y temor entre los Uchihas que quedaban en la escena.

Cuando las mujeres y los niños que habían sido reunidos llegaron al lugar, fueron levantados rápidamente hacia la nave espacial, lo que dejó a todos los Uchihas boquiabiertos.

Uno por uno, todos los Uchihas fueron absorbidos por la nave, transportados a su interior por una tecnología que desafiaba la comprensión.

Una vez que todos estuvieron a bordo, cinco seres desconocidos descendieron de la nave, cada uno de ellos de una estatura imponente y con una presencia intimidante. Al llegar frente a Rai, se arrodillaron en señal de respeto.

—Es un placer verlo, majestad —dijeron al unísono, con reverencia absoluta.

—¿Ustedes son? —pregunté con curiosidad.

—Somos los kryptonianos que usted invocó, majestad.

—Oh, comprendo. No pensé que dentro de esta recompensa había kryptonianos.

—Dime, ¿cuál es tu rol?

—Soy enfermera. Me dedico a gestionar todo lo relacionado con enfermería e inteligencia de regeneración celular.

—¿Cuál es tu nombre y a qué nivel estás?

—Soy María, de la facción Nuevo Krypton. Mi nivel es Maestro, majestad.

—Entiendo, muchas gracias. ¿Y tú? —pregunté, dirigiéndome al siguiente kryptoniano.

—Soy Jesús, majestad, de la facción Nuevo Krypton. Mi rol es Maestro Espacial.

—Comprendo. ¿Y tú?

—Soy Neto, mi majestad. Mi rol es ser un soldado del Nuevo Krypton. Estoy preparado para manejar todas las armas y soy maestro en mi trabajo, majestad.

—Entiendo, me satisface conocer sus roles. María, toma esto —dije mientras le entregaba el Códex—. Espero que puedas cultivar a nuevos kryptonianos.

Ella, al ver el Códex, se asombró y lo tomó delicadamente.

—Entiendo, majestad. Con esto, el Nuevo Krypton nacerá. Con su permiso, me retiro.

—Adelante, ve. Y tú, Jesús, oculta la nave. No quiero que este mundo se aloque al ver esta nave colosal.

—No se preocupe, majestad. Ocultaré la nave y borraré de sus mentes la imagen de la nave que acaban de ver.

—¿Es posible eso? —pregunté, intrigado por lo que había dicho.

—Claro, majestad. Es muy útil cuando nos descubren seres no desarrollados.

—Bueno, ve.

—Con su permiso, desapareceré mi presencia.

—Y tú, Neto, ya que tus hermanos irán a cumplir con sus misiones, quítate la máscara. Sería raro que los locales te vean vestido así.

—Sí, majestad, a su orden.

Al momento en que Neto se quitó la máscara, cayó al suelo, tartamudeando.

—Ma-ma-majestad, no-no-no puedo... respirar.

—Tranquilo, es por tu bien. Adáptate a este mundo, serás más fuerte.

—Entiendo, pero el ruido de este mundo es... es horrible.

—Qué interesante... Al parecer, al ser un kryptoniano puro, esa es la verdadera forma de adaptarse a este mundo.

Al recibir tal linaje por mi sistema de recompensa, fue menos brutal el golpe de este mundo.

No importa, eres un soldado. Con el sol y la energía natural de este mundo, te recuperarás más rápido.

Solo pasaron dos minutos y ya comenzó a adaptarse. Respirando agitadamente, Neto dijo:

—Majestad, este mundo es interesante. —Respirando lentamente hasta que su cuerpo se adaptó por completo—. La energía de este mundo es maravillosa, y si lo conquistamos, este podría ser el nuevo Krypton.

—Tranquilo, niño. No te emociones tanto. La ley no es construir el nuevo Krypton, ya que yo soy Krypton. Donde yo pongo la mirada, ustedes conquistarán y vivirán.

—Oh, comprendo sus pensamientos, majestad.

—Bueno, ahora que ya has controlado tu adaptación, sígueme.

Regresando a la nave, observamos cómo, de repente, la nave comenzó a volverse invisible.

Luego, una luz brillante golpeó al mundo entero, borrando de la memoria de todos los habitantes que vieron la nave que había aparecido en Konohagakure.

Dentro de la nave, más de 500 Uchihas de diferentes edades observaban con asombro su entorno.

Estaban rodeados de una tecnología desconocida y majestuosa, algo que jamás habían visto en el mundo shinobi.

De repente, una voz desconocida interrumpió los pensamientos de todos. Era una voz neutral, imposible de identificar si era de un hombre o mujer, niño o adulto.

—Es un placer conocerlos, habitantes del mundo shinobi —dijo la voz—. Me presento, soy Génesis, la inteligencia artificial encargada de mostrarles lo que hay dentro de la nave.

Un anciano Uchiha, con duda, pero con un kunai en mano, preguntó con firmeza:

—¿Inteligencia artificial? ¿Qué es eso? ¿Y dónde estás?

De repente, en un parpadeo, un niño apareció delante del anciano Uchiha.

—Soy yo —respondió el niño, con una sonrisa tranquilizadora.

El anciano, sorprendido por la aparición repentina, deslizó su mano frente al cuerpo del niño, solo para descubrir que su mano lo atravesaba como si no estuviera allí. El niño no era más que una proyección.

—Lo siento mucho si le he asustado —dijo el niño, con una voz llena de cortesía—. Pero dejemos eso de lado.

Por favor, síganme para que les muestre lo que hay aquí adentro.

Antes de que pudieran moverse, una figura femenina apareció ante ellos. Era una kryptoniana rubia, con una armadura que destacaba su figura esbelta y atlética.

Nuevo Krypton con el Clan UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora