2. Isla

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La cabeza duele, se siente pesada; el sol apunta fuertemente a los ojos cerrados de el cocinero quién estaba recuperando la razón.

- Ugh... - Se quejó por la confusión y el dolor, no sabía en dónde estaba y sus extremidades se sentían algo adormecidas. Se sentó en la arena intentando recuperar un poco más de conciencia - ¿En dónde... estoy? - Palpaba su frente, la apretaba para intentar calmar sus pensamientos y su mente, más que todo por la terrible sensación de bombeo que sentía en su cabeza.

Se sentía algo desanimado, no sabía en donde estaban los demás, no se veían por ninguna parte; sus ropas estaban rasgadas, no sentía casi uno de sus pies. Esto último le preocupó, se sacó el zapato y con tan solo esa acción el pie le dolía como el demonio, en cuanto pudo verlo estaba hinchado y morado, se había lastimado. No entró en pánico, a simple vista no parecía tan grave; pero, sabía que si lo dejaba en ese estado durante tanto tiempo, le podría hacer mucho mal a largo plazo.

- Menos mal tengo la tarjeta vivre... - Eso lo tranquilizó, sus compañeros podrían venir por él fácilmente. Él mismo sacó su papel y, con un solo pie en buen estado se fue dando brincos siendo guiado por su tarjeta vivre - Será más fácil que me vean si voy a dirección del papel, los esperaré en esa parte de la isla -

El camino no estaba siendo fácil, no era una jungla como tal la isla, era algo grande, y estaba llena de árboles y flores primaverales, tan verdes y coloridas. De vez en cuando podría divisar algunas estructuras rocosas a los lejos. Durante algunas partes del trayecto se sentó a descansar, el dolor en su pie era cada vez más agudo y se estaba cansando fácilmente. En su cabeza había sangre seca por el golpe, en un momento volvió a gotear...

- Maldita sea... - No vió más opción que hacerse un vendaje improvisado con una hoja bastante grande y unos palos. Ahora cubría su frente con una hoja de gran tamaño, casi le cubre por completo su ojo no visible por su melena dorada.

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Tenía el presentimiento de que aún le faltaba un largo camino, el sol ya no estaba tan ardiente, estaba bajando poco a poco. Se sentía cansado, deshidratado, con hambre; pero, no quiso detenerse, quería llegar de una maldita vez al otro lado de la isla.

Debido a su querer de comida y agua, y uno de sus ojos casi cubierto por la hoja ya arrugada y roja, su vista se desenfocaba. Tropezó con unas piedras haciéndolo caer por un pequeño barranco lleno especialmente de tierra, unas cuántas plantas debido a la velocidad en la que él caía le quemaron sus brazos, las ramas lo privaban más de sus ropas ya en muy mal estado y de vez en cuando unas rocas chocaban contra sus costillas haciéndolo perder aliento. En cuánto llegó abajo se quedó en el suelo retorciéndose del dolor en todo su cuerpo, no gritó, solo sacaba gruñidos y su ceño estaba completamente fruncido; cerró sus ojos con fuerza haciendo un intento de minimizar el dolor que estaba sintiendo.

Las hojas a su alrededor resonaron, con las ya pocas fuerzas que tenía se levantó y se puso en disposición de pelea, aunque sabía que fácilmente lo podrían vencer en su estado actual, pero jamás se dejaría por más lastimado que esté. Esperó a que lo que fuera que viniese llegara ante él... cada vez más cerca y más cerca, más cerca y más cerca... hasta que apareció, se mostró lo que venía entre las hojas.

- ... - Silencio total...

- ¡SANJI! - Era Luffy quién estaba explorando.

- ¿Luffy?... - Dijo con desaliento. Ya no había peligro cerca, su cuerpo se comenzó a relajar.

- ¡Sanji, estás aquí, menos mal y estás aquí! - Luffy estaba completamente agradecido, se sintió muy aliviado cuando se encontró con su cocinero, la felicidad le estaba durando poco, su tripulante comenzó a tambalearse - ¿Sanji? -

MAMA'S BOY (Sanji Angst)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora