Teenage Dream | Hyunin

Yo nunca

— ¿Jugar? ¿A que quieres jugar?

— No lo sé, ¿yo nunca? El que lo hizo paga con un shot.

— No tengo alcohol aquí. Si quieres puedo bajar...

— Ni se te ocurra salir de este cuarto— soltó una pequeña risita avergonzado al darse cuenta de lo desesperado e impulsivo que fue su reacción, pero se tranquilizó al ver la sorpresa y el deseo en los ojos de el otro chico —. El que lo hizo paga con una prenda —, solucionado una sonrisa traviesa se extendió por su rostro, y Hyunjin imitó el gesto.

— ¿Y si gano, qué me das?

Jeongin deslizó su mano por la nuca de Hyunjin, luego por su brazo, hasta alcanzar su mano y juguetear con sus dedos. El tierno gesto en medio de tantas palabras sugerentes hizo que el corazón de Hyunjin se acelere.

— ¿La posibilidad de verme desnudó no es suficiente premio? — Hyunjin casi se atora con su propia saliva al escuchar eso, y el menor volvió a soltar una risa dulce, cambiando su voz a un tono mucho más suave —Mentira. Ganas un beso —- añadió, sus ojos brillando en anticipación.

— ¿Solo uno?

— Dos — Jeongin entrelazó sus dedos con los de Hyunjin —. Un beso en la boca — lo miró a los ojos con gesto inocente —, y otro en donde tú prefieras.

La sonrisa de Hyunjin se hizo más grande. Estaba adorando este lado juguetón de Jeongin, el cual no había explorado mucho en el pasado. Solía ser más tímido, solamente tomaba este tipo de iniciativas cuando estaba verdaderamente cegada por la lujuria, o había algo de alcohol de por medio. Pero tenerlo de esa forma, hermoso, coqueto, y desbordando confianza, estaba haciendo que las rodillas de Hyunjin tiemblen.

— ¿Y si ganas tú?

— Te pondré un castigo.

— No es justo. ¿No quieres un beso también?

— No seas impaciente, Hyunnie. Yo decidiré el castigo. Tranquilo, no será nada muy malo.

— Ese "muy" me asusta un poco.

— Confía en mí — Jeongin apretó sus dedos juntos mientras la miraba a los ojos.

Hyunjin soltó un suspiro y asintió. Se separó de Jeongin y se sentó en la cama.

— Está bien. Ven aquí.

— Ni creas que me vas a llevar a la cama tan rápido.

Hyunjin rió y sintió que el calor subía a sus mejillas. ¿En qué momento su dulce Jeongin se había convertido en este sueño de hombre?

— Solo quiero que te pongas cómodo para jugar.

— Prefiero comenzar desde aquí — balanceó sus piernas y bajó la mirada, para soltar sus siguientes palabras en un susurro —. Me gusta cómo me miras.

— Me gusta mirarte.

Se quedaron en silencio durante unos segundos, mientras se miraban a los ojos. Estaban disfrutando de la presencia del otro, como si tuvieran todo el tiempo del mundo para ellos dos. A Hyunjin le importaba poco o nada que en el primer piso de su casa hubiera una fiesta sin supervisión; de hecho, ya casi ni recordaba que había una fiesta. En su mente solo existía Jeongin, la sonrisa de Jeongin, las provocaciones de Jeongin, la cintura de Jeongin, el recuerdo de Jeongin gimiendo su nombre. Sentía tanto que estaba abrumado, y estaba disfrutando de esa adrenalina. La situación lo estaba hirviendo a fuego lento, y lo volvía loco. Jeongin estaba jugando con el de una manera increíblemente descarada, y eso lo hacía desearlo más que nunca.

— Bueno, yo comienzo — el menor rompió el silencio con una sonrisa — Yo nunca he besado a una chica.

— Orgullosamente invicto.