Secretos Nefilim

Capítulo 5: Tierra trágame

— ¿Me podéis explicar exactamente qué demonios acaba de pasar? Porque creo que me estoy volviendo loca — Pregunto en el mismo instante en el que la madre de Melanie sale de la casa.

Aldora y Melanie alzan el dedo índice y se lo llevan a los labios justo a la vez. Es tanta la similitud que logran sacarme unos cuantos escalofríos. Joder, que acabo de conocer a Janessa Niller, la madre de Melanie Niller, y estoy temblando.

El ruido de una ruedas rechinar en el asfalto es lo único que logra que deje de mirarlas. Un coche rojo sale disparado calle abajo. No hay ni rastro de Janessa.

— Nos mudamos — Afirma Aldora a mis espaldas —. Ahora.

Aldora está escribiendo algo en su teléfono al darme la vuelta, mientras que Melanie... Está viva. Está despierta. Y eso es lo único que me impide no salir a la calle y buscar hacia dónde demonios se ha ido esa mujer.

Melanie está despierta. Pensaba que no la volvería a ver así; sonriendo, tan ella, con esas pecas que me vuelven loca y ese porte y carisma tan suyos que no puede evitar que me abalance sobre ella y rodearla con mis brazos.

Cojo a Aldora en el camino, algo que le toma de imprevisto puesto que hace un ruido super gracioso y super tierno mientras nos rodea a ambas con sus brazos. Es algo tan poco característico de ella... Bueno, algo tan alejado a lo que deja que vean las demás personas a su alrededor que me derrito.

Están vivas. Están a mi lado.

Un fuerte tirón.

Una corriente eléctrica.

Algo que me atrae tanto a ellas...

Me están calmando. La luz de la cocina ha parpadeado tantas veces hace unos minutos cuando Janessa todavía estaba aquí que he sentido tanto miedo por romper otra bombilla o directamente cargarme toda la instalación eléctrica que me he mantenido lo más quieta y callada posible.

Janessa no ha parecido notarlo. O al menos ha parecido no notar que la culpable fuera yo.

Puedo respirar.

Las siento.

Siento algo.

— Estoy aquí — Musita Melanie apretando más su agarre —. Estoy bien.

Melanie Niller está despierta.

El agarre tan fuerte de Aldora hacia ambas no me hace más que pensar que no ha tenido la oportunidad de hacerlo antes por culpa de Janessa. Se ha mantenido distante durante todo el desayuno, con la mirada puesta en todos los movimientos de la madre de Melanie. Ha habido un momento en el que creo que ha estado a punto de abalanzarse sobre ella, justo cuando ha nombrado algo acerca de una cárcel en la que estuvo Melanie.

Algo que debo preguntarles después porque ahora justo...

No esperaba tener que correr al baño esta mañana cuando me he despertado. Pero tampoco esperaba que Melanie estuviera despierta. Así que si tengo que pasar por esto todos los días para que la madre de Melanie la despierte, lo hago sin dudarlo.

Han recalcado muy bien que debía comer todo lo que estaba en aquella encimera. Y con todo se han referido a todo. Todo. Bacon, tostadas, tomate, leche, avena...

Creo que de todas esas cosas, soy capaz de comer una. Creo, aunque ahora mismo no estoy para pensar en eso.

— Lo siento. Cuanto menos sepas mi madre, mejor — Melanie me alcanza un pañuelo cuando término de lavarme los dientes por tercera vez —. No podemos permitir que sepa algo sobre nosotras.