Vestigios

2. Jirou Kyouka

El examen de admisión a la UA se acercaba. Durante ese tiempo, Izuku y yo habíamos entrenado juntos casi a diario. Aunque él siempre se preocupaba más por mí que por sí mismo. Su enfoque estaba en mejorar mi adaptabilidad al combate, pero había algo más detrás de su preocupación. Él nunca hablaba de esa primera vez que entrenamos juntos, de esa vez que se hirió por mi culpa. Tal vez por eso siempre tenía ese cuidado especial cuando entrenábamos.

Izuku cargaba siempre con su pequeño kit de primeros auxilios atado a la pierna, listo para curar cualquier herida, por pequeña que fuera. Me gustaba esa atención, esa manera en la que siempre estaba ahí, cuidándome. Me hacía sentir segura. No podía evitar sonreír cuando estábamos juntos; todo se sentía en su lugar, como si no existiera nada más que el presente.

Recuerdo un día en particular, estábamos corriendo por las calles y parques, algo que hacíamos a menudo. Después de entrenar, me senté en una banca mientras Izuku iba a una tienda de conveniencia a conseguir un par de botellas de agua. Mientras lo esperaba, me di cuenta de lo mucho que había cambiado en tan poco tiempo. Se había vuelto más afectuoso conmigo, más cercano. No era solo el hecho de que siempre estuviera dispuesto a ayudarme, era mucho más. Había algo en su sonrisa, algo que me hacía sentirme especial.

Cuando volvió con las botellas de agua, me permitió descansar mis pies sobre los suyos mientras me recostaba en la banca, disfrutando del momento. No podía evitar pensar en cuánto había cambiado nuestra relación. "Hey, mop-head..." carraspeé, tratando de sonar casual. "He estado pensando últimamente y... has sido muy atento conmigo, demasiado realmente, ¿hay algo que me tengas que confesar, nerd?"

Él me sonrió, esa sonrisa que hacía que mi corazón diera un vuelco. "Bueno, eso es porque somos amigos, ¿no?"

Sentí cómo mis mejillas se sonrojaban y asentí, aunque algo en su respuesta no terminaba de convencerme. "S-sí, por supuesto. Pero los amigos no se toman las libertades que tú sí." Jugueteé nerviosamente con mis jacks, esperando que no malinterpretara mis palabras. No quería que dejara de hacer lo que hacía conmigo, pero tampoco podía ignorar esa sensación de que había algo más entre nosotros.

"Haha, no es que me interese seguir un manual de cómo hacer amigos. Me gusta estar contigo." Esa sonrisa otra vez... "Por cierto, Kyouka..." Su tono cambió ligeramente, y me di cuenta de que estaba nervioso.

Tomé su mano, buscando sus ojos con los míos. "¿S-sí? ¿Qué pasa?"

"Quiero participar en el examen de admisión a la UA, y sí, haré el examen para el curso de héroes." Sus palabras me tomaron por sorpresa. Estaba buscando mi aprobación, mi apoyo. Pero había algo en su voz que me hizo preguntarme si él mismo creía en lo que decía.

No pude evitar emocionarme. "¿En serio? Yo también." Me acomodé un mechón de cabello detrás de una oreja mientras me sentaba más cerca de él, casi tocando su hombro. "Tal parece que no podrás librarte de mí fácilmente, ¿eh?" Apoyé mi brazo en su hombro. "Bueno, si tienes suerte, puedes estar cerca de mí, no me molestaría compartir puntos contigo, ¿sabes?"

Él se rió y negó con la cabeza. "Supongo que dramatice mucho esto..." dijo, rascándose la nuca con una risa nerviosa.

"Por supuesto que lo hiciste, torpe." Le di un golpecito en el brazo antes de recostar mi cabeza en su hombro. "Por un momento pensé que algo muy malo había ocurrido. Pero bueno, no me molesta. Antes eras muy incómodo al hablar, hehehe, pero parece que soy una buena influencia para ti, mop-head."

Nos quedamos ahí un rato más, disfrutando de la compañía del otro, hasta que Izuku se levantó y me ofreció su mano para ayudarme a ponerme de pie. "Hay que volver a casa. Apuesto que tus padres te están esperando."