Los reyes del infierno tienen un pequeño problema, no contaban que el cuerpo pecador de Alastor podria sufrir la llegada de un nuevo heredero, asi que Lucifer y el demonio de la radio empezaran a descrubir juntos como sobrevivir a esto.
"Hotel Hazbin es Propiedad de Vivienne Medrano (Vivziepop)"
Frase: Nido
Lucifer tenía que seguirse ocupando de las diversas tareas como rey del infierno, visitar el resto de los círculos, las juntas semanales con los pecados, visitar los Overlords, apoyar a Charlie con su proyecto de redención, y a pesar de que Alastor estaba custodiado en el hotel por decisión de ambos, el demonio de la radio odiaba admitir que extrañaba a su esposo.
Habia dias en que el rubio se ausentaba varios dias, y esas noches eran insoportables para él, ya que no se sentia cómodo de ninguna forma, su abultado estomago de casi siete meses le estaba costando mucho, no habia posición que le diera comodidad, y además, no tener el cuerpo de su esposo, estaba haciendo estragos en su persona.
— ¡Maldito enano! — musitó, viendo como no podía dormir, llevaba dando vueltas en su cómoda cama, la cual se veía exageradamente sola — ¿Por qué demonios?
Y al decir lo ultimo se puso de pie, su sombra lo seguía, ella tambien tenia un vientre abultado, y lo miraba curiosa.
El soberano habia salido a una reunión corta e informar en el hotel, pero hace tiempo que no pasaba una noche de platica con Charlie y el resto del hotel, él no quiso acudir, conforme el embarazo avanzaba, se cansaba más rápido, la gente lo abrumaba, y además tenia los pies hinchados.
— Espero que salgas pronto — le dijo a su vientre — esto se esta tornado cada vez peor...
Y su bebé le dio una serie de golpes, que lo hizo sonreír, acaricio su vientre y miro por la habitación la serie de objetos que Lucifer habia dejado por el cuarto, estaba su sombrero, su saco, algunos patos de goma y sus camisas de color blanco, en un libro que Niffty le habia regalado, leyó que los hombres con la misma situación que él, le gustaba hacer una especie de "nido" con las pertenecías de su pareja, para poder evitar el sentimiento de abandono.
Al leerlo le pareció la idea más ridícula, pero en realidad necesitaba un descanso, estaba muy cansado y estresado, y no queria verse vulnerable frente a su pareja, sabia que, si usaba su radio para llamarlo, él acudiría de inmediato, pero no nació pegado al soberano, asi que podía hacer aquella estúpida idea y ver qué pasaba.
Asi que caminando por la habitación Alastor fue recolectando todos los objetos que le pertenecían a Lucifer, desde ropa, su sombrero, y un patito idéntico a él.
El pelirrojo camino con dificultad, sintiéndose algo tonto, pero cuando aspiro el característico aroma de manzana madura y loción fresca de su esposo, sintió una paz que no podía explicar, acaricio con su mejilla uno de los sacos que el usaba con regularidad y sintio una calma en su corazon.
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— ¡Estupido rubio, me has embrujado! — se quejó lanzado aquella prenda a la cama, y acomodando el resto por su lugar, haciendo una especie de cueva con aquellos objetos, el sombrero de Lucifer era mágico, asi que cuando Alastor lo coloco frente a él, la serpiente en él, se movió curiosa, y decidió abrazarlo por su vientre, dándole una especie de calma al pelirrojo que tomando el pato idéntico de su esposo, se acurruco en ovillo y decidió por fin cerrar los ojos y guiarse a la somnolencia.
El demonio de la radio sintió que notas de piano se escapaban de su radio y el sonido de Chopin - Nocturnes Óp. 48 empezó a sonar envolviéndolo.
Despues de unas horas de haber estado fuera, Lucifer llegó a su habitación, estaba buscando su sombrero, tenia que alimentar a su serpiente, la cual llamó "Noddles" ya que le recordaba a una especie de pasta.
— ¿"Colmillos" has visto mi sombrero? Necesito darle de comer a "Noddles" — comentó pero algo en su corazon se detuvo al escuchar la música de Chopin, de sus piezas favoritas, y ver a su querido esposo, profundamente dormido, con su mascota envuelta en su vientre, y con un bunker de sus pertenencias alrededor, el soberano sintió que casi podía llorar de la emoción, queria tomar una foto de aquello, pero Alastor lo mataría.
— ¡Oh, dulce tormento mío! — gritó maravillado, acercándose a la cama con lentitud, mientras el demonio suspiraba, Lucifer se quitó sus botas y cambio su ropa por una más cómoda, y a con magia desapareció los objetos, retiró con lentitud la serpiente, quien habia cumplido la misión de cuidar a su esposo, y él ocupo el lugar en el cuerpo de su querido Alastor.
— Descansa, cariño — murmuró, cerrando los ojos para dormir, envuelto en la música de Chopin.
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N.A. Algo corto, pero emotivo, lamento la demora del día.
