La música seguía retumbando en cada rincón de la casa de Juanjo, y la energía en el ambiente solo parecía volverse más intensa, más cruda.
En la esquina donde Juanjo y Ruslana estaban, las cosas habían dejado de ser simplemente coqueteo. La urgencia en sus movimientos decía mucho más que cualquier palabra. Sus bocas se encontraban una y otra vez, con besos llenos de hambre, mientras las manos de Juanjo recorrían el cuerpo de Ruslana, como si buscaran memorizar cada curva, cada centímetro de piel expuesta.Sin embargo, mientras sus manos seguían explorando el cuerpo de Ruslana, una sombra persistente cruzaba la mente de Juanjo.
A pesar del deseo que lo empujaba a apretar el cuerpo de ella contra el suyo,no podía dejar de ñensar en Martin.¿Qué estaría haciendo en ese momento? La imagen de Martin, con esa mezcla de vulnerabilidad y seguridad que siempre lo había desconcertado, aparecía intermitente en su mente. "¿Por qué diablos estoy pensando en él ahora?" se preguntó, mordiendo suavemente el cuello de Ruslana, tratando de sacarse a Martin de la cabeza.
Pero la intensidad del momento con Ruslana no lograba borrar completamente ese pensamiento, y con cada beso, cada caricia, la presencia de Martin seguía colándose en su mente, una y otra vez. "Maldita sea, ¿por qué no puedo dejar de pensar en él?"
En el jardín trasero, Martin estaba inmerso en un frenesí similar.
Álvaro ya lo había acorralado contra la barandilla de la terraza, y el contacto entre ellos se volvía cada vez más urgente.
El beso que compartían era intenso, cargado de un deseo que había pasado de la simple atracción a algo más primitivo, más necesitado. Las manos de Álvaro se movían rápidamente, deslizándose por debajo de la camiseta de Martin que no taba del todo su abdomen, mientras sus labios no dejaban de buscar más, de exigir más.Pero, a pesar de estar tan atrapado en el momento, Martin tampoco podía dejar de pensar en Juanjo. Cada vez que Álvaro lo tocaba, cada vez que sentía la presión de su cuerpo contra el suyo, su mente
volvía a Juanjo, a la idea de lo que podría estar haciendo ahora, de cómo sería estar con él en lugar de Álvaro.
Martin sentía que se estaba traicionando a sí mismo al pensar en otra persona en un momento así, pero no podía evitarlo. Había algo en Juanjo, algo que siempre lo había atraído, algo que lo hacía sentir desesperado por tenerlo,por probarle,aunque fuera solo una vez."Joder, ¿qué me pasa? Estoy aquí con Álvaro y no dejo de pensar en Juanjo..." pensaba Martin mientras sus manos agarraban con fuerza el cuello de Álvaro, atrayéndolo para un beso aún más profundo, tratando de borrar la imagen de Juanjo de su cabeza, aunque sin éxito. La frustración y el deseo se mezclaban en su interior, haciéndolo gemir contra los labios mientras que en su mente Juanjo ocupaba todos sus pensamientos
De vuelta dentro del interior de la casa, Juanjo sintió que la situación con Ruslana llegaba a un punto crítico.
La tensión entre ambos se había vuelto insoportable, y la necesidad de ir más allá, de ceder completamente al deseo, estaba ahí, presente en cada roce, en cada gemido.
Pero, de nuevo, la imagen de Martin se coló en su mente, más vívida que nunca. La idea de que Martin podría estar haciendo lo mismo en algún lugar de la casa lo irritaba y lo excitaba al mismo tiempo. "¿Y si está con alguien ahora?" pensó, mordiéndose el labio mientras sus manos se aferraban a la cintura de Ruslana, su cuerpo rígido por la mezcla de emociones.-¿Estás bien? -susurró Ruslana, notando la distracción en Juanjo.
-Sí, claro -respondió rápidamente, aunque en su interior no estaba tan seguro.
La idea de Martin con otra persona lo ponía nervioso, y por más que intentaba concentrarse en lo que estaba haciendo con Ruslana, la sensación de estar dividido, de querer estar en dos lugares a la vez, era innegable.
•••
Mientras tanto, en la terraza, Álvaro empujó a Martin contra la barandilla con un poco más de fuerza, su boca bajando por el cuello de Martin, dejando unos besos húmedos y mordidas suaves.Martin jadeó, su mente una tormenta de emociones confusas. Cada vez que cerraba los ojos, veía a Juanjo, y el dolor del deseo no satisfecho lo atravesaba.
-¿Te pasa algo? -preguntó Álvaro, deteniéndose por un momento.
-No... no es nada -mintió Martin, intentando sonreír mientras lo acercaba de nuevo.
Pero en su mente, no podia dejar de imaginarse a Juanjo en la misma situación, en la misma casa, con alguien más,y ese alguien era su amiga. La idea lo hacía hervir de celos, y eso, de alguna manera, intensificaba su deseo, empujándolo a besar a Álvaro con más agresividad, como si con cada beso intentara olvidar a Juanjo, aunque eso solo lo hacía quererlo más.
Ambos, en diferentes lugares, con diferentes personas, estaban consumidos por la misma confusión, por admitido, por el mismo deseo y pensamiento que no querían aceptar: que,más que cualquier otra persona, querían estar el uno con el otro, aunque fuera solo una vez, aunque fuera solo para saciar esa curiosidad, esa necesidad ardiente que los estaba volviendo locos.
Pero, por ahora, lo único que podían hacer era entregarse al momento, a las personas que estaban frente a ellos, intentando calmar un fuego que, en el fondo, sabían que solo el otro podía apagar.
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Las Cartas Sobre La Mesa
Teen FictionDonde Juanjo y martin siempre han sido mejores amigos y han ido creciendo juntos o donde los sentimentos de martin le darán la fuerza necesaria para recuperar a su amigo que se alejó sin dar explicación ••• Ellos iban a enseñarse que ser joven y no...