𝐆𝐋𝐎𝐑𝐘 𝐀𝐍𝐃 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄 | 𝗛𝗮 𝗗𝗼-𝗬𝗲𝗼𝗻𝗴

02. 새로운 시작

2:
NUEVOS COMIENZOS

El frío viento de Nueva York golpeaba el rostro de Yao Ming mientras caminaba por las calles atestadas de la ciudad. Era su primer día en el nuevo país, una tierra extraña donde todos parecían hablar un idioma que apenas dominaba y donde cada rostro le resultaba desconocido. El viaje a los Estados Unidos no había sido una elección propia, sino una imposición de su madre, quien decidió que alejarla de Corea del Sur sería lo mejor para ambas. Tal vez su madre pensaba que la distancia aliviaría el dolor de los recuerdos, pero para Yao Ming, aquello solo era un exilio disfrazado de oportunidad.

A sus quince años, Yao se encontraba sola en un país ajeno, con la misión de continuar sus estudios en una prestigiosa academia en las afueras de Nueva York. El internado era un lugar vasto, rodeado de enormes árboles que en el invierno se desnudaban, dejando ver su silueta fantasmagórica contra el cielo gris. El edificio principal se alzaba imponente, con su arquitectura gótica y ventanales que parecían vigilar cada movimiento.

El primer día de clases fue especialmente duro. Los pasillos llenos de estudiantes bulliciosos y risueños contrastaban con la soledad que Yao Ming llevaba dentro. Caminaba con la cabeza gacha, evitando el contacto visual, tratando de pasar desapercibida entre la multitud. En su mente, repasaba las palabras en inglés que había aprendido, temiendo que cualquier conversación la expusiera como una extranjera, una intrusa más.

Fue durante la hora del almuerzo cuando sus ojos se cruzaron por primera vez con los de Ha Do-Yeong. Sentado en una mesa al fondo del comedor, el joven destacaba por sus rasgos coreanos, algo que inmediatamente captó la atención de Yao. Había algo en él que la hizo sentir una extraña sensación de familiaridad, como si en medio de aquel mar de desconocidos, finalmente hubiera encontrado una isla donde descansar.

Do-Yeong también la observaba, y en su mirada había algo que la intrigaba. No era la mirada fría o distante que solía recibir de su familia, sino una mezcla de curiosidad y... ¿empatía? Sin saber exactamente qué la impulsaba, Yao Ming se acercó lentamente a su mesa.

──¿Puedo sentarme aquí?── preguntó con voz vacilante, casi esperando ser rechazada.

Para su sorpresa, Do-Yeong asintió con una pequeña sonrisa. ──Por supuesto. Tú debes ser nueva aquí, ¿verdad?

Yao asintió, sintiendo un nudo en la garganta. ──Sí, acabo de llegar de Corea del Sur.

──Yo también soy de Corea del Sur── dijo él, su voz cálida y amigable. ──Llegué aquí hace dos años. Fue un gran cambio, pero te acostumbras.

Mientras hablaban, Yao Ming se dio cuenta de que Do-Yeong no solo compartía su origen, sino también su sentimiento de desplazamiento. Él le contó cómo había sido para él adaptarse a un lugar tan diferente, cómo al principio todo le parecía frío y distante, pero con el tiempo había encontrado su lugar. A medida que la conversación avanzaba, Yao empezó a sentirse un poco más cómoda, como si por fin hubiera encontrado a alguien con quien compartir su carga.

La conexión entre ambos fue inmediata y natural. Do-Yeong, con su carácter amable y su disposición a ayudarla, se convirtió en un ancla para Yao Ming en aquel mar de incertidumbre. Él le mostró los lugares clave del campus, le presentó a algunos de sus amigos y la ayudó a entender el ritmo de la vida en el internado. Con cada día que pasaba, Yao Ming sentía que su mundo se ampliaba un poco más, y la soledad que la había seguido desde Corea del Sur comenzaba a desvanecerse.

Sin embargo, aunque Yao empezaba a adaptarse a su nueva vida, la sombra de su pasado aún la perseguía. Por las noches, en la soledad de su habitación, pensaba en su familia, en la vida que había dejado atrás y en la fría determinación que había alimentado durante tanto tiempo. Aunque se sentía más conectada con Do-Yeong que con cualquier otra persona, sabía que no podía permitirse bajar la guardia. Su deseo de venganza seguía ardiendo en su interior, y aunque ahora se encontraba en un nuevo escenario, el objetivo seguía siendo el mismo.