CAPITULO 2

12 4 1
                                    

02.| Provocaciones.

¿Sabes que es estar en el paraíso? De seguro si, sin embargo, yo no sabía que era estar en el. Siempre me preguntaba ¿Qué se sentirá ser feliz cotidianamente? Yo siempre veía sonreír a las personas, yo también sonreía, pero era una sonrisa que ocultaba una triste inconformidad, todos me veían sonreír y nadie adivinaría el infierno que pasaba, en cambio yo de tanto fingir podía comenzar a notar cuando una sonrisa era genuina o falso. Las genuinas estaban acompañadas de un brillo especial en los ojos, brillo del que yo carecía, en cambio, las sonrisas forzadas carecían de ese brillo en los ojos y la amargura invadía sus miradas provocando que la ventana del alma se viera vacía, yo era un cascarón que solo existía por un solo motivo: "Vencer la adversidad".

Y me enorgullece saber que al fin cumplió mi cometido, vencí al monstruo de la adversidad. Vencí la sombra de mi pasado, deje de lado la tristeza y me concentré en lo positivo. En mi nueva vida, la preparatoria.

Los primeros meses habían pasado tan rápido como un parpadeó. Ahora nunca me quedaba solo porque cuando no hablaba con Verónica hablaba con Aron y si no era con ninguno de ellos dos terminaba hablando con Luna o Manu, con Ana o con Palmer pero nunca me quedaba solo.

En mi radar tenía planeado hablar con todos menos con cierto individuo que su nombre empieza por G y termina por abriel. He intentado ignorarlo, pasar de largo su existencia pero debo confesar, que a veces eso me resulta imposible, dejarle de prestar atención es como tapar el sol con un dedo, simplemente no se puede.

El está ahí sentado, poniendo atención a las clases, se supone que yo debería de hacer lo mismo pero no puedo, mi mente suele divagar y en cuanto menos lo pienso mi mirada termina posándose en él. A lo lejos observaba su mirada café que se mantenía al frente o a veces bajaba para ver su teléfono, observaba cada rasgo de su cara, su nariz perfectamente perfilada, sus mejillas rojas por el calor, sus tres pelos de barba que le salían y de pronto, sacudo la cabeza razonando lo que hago, no es posible que me pierda en el.

Sacudo mi cabeza y tratado de sacarlo de mis pensamientos aunque eso es imposible. A veces siento que el también me observaba desde su lugar, siento el peso de sus ojos  que se clava en mi pero cuando volteo a verlo su mirada no está en mi, está en otra cosa menos en mi. He llegado a pensar que esto es producto de mi gran imaginación y que Gabriel nunca me ve pero Verónica quien si lo ve me dice que a veces se me queda viendo. Entonces no es producto de mi imaginación, él me mira, pero ¿Por qué?, no lo sé y no lo quiero saber, ahora estoy más feliz sin él. Puedo respirar paz que mi mente no tenía desde el jardín de niños, suena exagerado pero no es así.

Por otro lado hay veces en las que me pierdo en el rostro de alguien más, no entiendo el porque pero Aron me parecía muy lindo, era todo lo contrario a Gabriel. Aron, es un golden retriever, siempre me trataba de una manera muy linda, solía llegar y abrazarme por detrás, cuando yo estaba con alguien más y él quería hablar conmigo me jalaba por las caderas hacia él y él decía: —Dani es mío, no se los presto—eso me hacia erizar cada parte de mi cuerpo.

Aron es ese chico que puede hacer que Gabriel pierda chiste alguno. Pero no sé si Aron me pueda corresponder como yo quiero que lo haga.

★★★

«Le salió un grano en la mejilla» pensé, mientras lo admiraba en lugar de poner atención a la clase de química. Se que no debo de hacer esto pero me es imposible no hacerlo.

Todo su rostro es como el de un ángel.

En un parpadear Gabriel gira su cabeza hacia mí. Me había descubierto. ¡Me había descubierto!. Me quedé helado, juro que el corazón se me paralizó y el sudor comenzó a correr por mis extremidades. Siempre había tratado de ser discreto pero está vez, el me noto, noto que lo miraba.

IMPERFECTO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora