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Al salir de la cueva, mi corazón palpitaba acelerado, como si tratara de escapar de mi pecho. Estaba acostumbrada a enfrentar situaciones de vida o muerte trabajando en un hospital, pero nada podía haberme preparado para esta experiencia surrealista. La sensación de impotencia me abrumaba, y no podía evitar preguntarme si saldría con vida de esta pesadilla para poder contarla cómo una valiente sobreviviente.

Me devolví a mirar la cueva, y me quedé ahí nuevamente helada, sin aliento y sin pulso. Los chicos comenzaron a avanzar pero, los invité a detenerse.

-Hey chicos, miren esto - mi voz apenas fue un susurro, llena de estupor y aprehensión.

Lo que habíamos creído que era una cueva era en realidad la boca de una calavera de un animal colosal, con cuernos curvados y afilados que se proyectaban hacia arriba como si estuvieran listos para atacar. Los dientes, amarillentos y desgastados, parecían estar a punto de cerrarse sobre nosotros, y la mandíbula inferior, enorme y poderosa, parecía capaz de triturar un coche con facilidad. La visión era aterradora, y pude sentir el miedo creciendo en mi pecho.

-Carajos...- escupió Elijah, con la boca abierta y los ojos desorbitados, igual que todos los demás. La palabra se le escapó de los labios como un susurro de incredulidad, como si no pudiera creer lo que estaba viendo, y nadie de nosotros.

-¿Qué, qué demonios son estas cosas enormes? - preguntó Sarah, su voz apenas audible, llena de temor y confusión. Pero nadie tenía una respuesta, era como si la pregunta fuera demasiado grande, demasiado abrumadora, para que alguien pudiera siquiera intentar responder. El silencio que siguió fue ensordecedor, solo roto por la respiración entrecortada y los latidos acelerados de nuestros corazones.

-¿Estamos en algún mundo paralelo o algo así?- propuso Alex el chico rockero de la pistola, con su voz llena de especulación y nerviosismo. La idea parecía sacada de una película de ciencia ficción, pero en ese momento, cualquier explicación parecía posible. -¿Algo así?- repitió, como si estuviera tratando de convencerse a sí mismo de que era una posibilidad real.

-Es una teoría bastante alocada, lo sé- admitió Elijah. -pero en estos momentos, parece la más cuerda de todas. ¿O cómo explicamos esto?- preguntó, extendiendo los brazos hacia el esqueleto gigante y el paisaje surrealista que nos rodeaba. -¿Cómo explicamos estos cuernos, estos dientes, este... este monstruo prehistórico? -insistió, con su voz llena de incredulidad y desesperación. -Necesitamos una explicación, cualquier explicación, porque esto es simplemente... imposible.

-No creo que sea un mundo paralelo- admití, sacudiendo la cabeza. -De serlo, creo que sería aún más diferente. El cielo, la tierra, todo, debería ser radicalmente distinto. Pero esto... esto parece ser la Tierra, solo que... alterada de alguna manera. - Me detuve, pensando en las implicaciones. -Creo que debe ser un lugar especial, algo en nuestro mundo que solo puede permanecer aquí. Algo que ha estado escondido o protegido de alguna manera.

-Puede ser -dijo Dalil, asintiendo lentamente. -¡Diablos! como me gustaría tener mi móvil para tomarle una foto a esto. ¿Imaginan la cara de los demás cuando vean esto en Instagram? ¡Estoy en un lugar secreto con una calavera de un animal gigante! ¡Me haría viral en un segundo! —se rió, sacudiendo la cabeza. Pero supongo que no es el momento adecuado para selfies.

—Tal vez también sea algo científico— dijo Elijah, frunciendo el ceño. —Hay mucha información sobre sociedades secretas del gobierno, que han realizado experimentos extraños y prohibidos a lo largo de la historia. ¿Quién sabe qué tipo de tecnología o conocimientos han podido desarrollar? Quizás esto es el resultado de algún experimento que salió mal... o que funcionó demasiado bien.

La teoría de Elijah me pareció verosímil, la idea de que una sociedad secreta hubiera estado trabajando en un proyecto de proporciones épicas, es algo que desafiaba las leyes de la naturaleza y la lógica. La posibilidad de que este esqueleto gigante fuera el resultado de algún experimento científico que había escapado de control, o peor aún, que fuera el objetivo deseado, me envió un escalofrío por la espalda. La mente humana es capaz de crear cosas increíbles, pero también de cometer errores catastróficos.

El Misterio De La Isla CursedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora