Tengo un gatito, no es de esos peluditos, ni esponjositos, pero es muy bonito.
Es color negro, un negro muy intenso, tiene unos ojos grandes y redonditos, de un bello verde bosque con reflejos de esmeralda.
Bueno, no es un gatito realmente, es una gatita, una dama, camina con clase y elegancia.
Su pelaje es fino, algo cortito, pero sedoso y brilloso.
Adoro tenerla entre mis brazos, acariciarla me calma y me cura el alma.
Dormir con ella es todo un desafio, si me muevo un milimetro se larga a dormir sola, por lo que debo estar muy quieta con ella, pero es una bendición quedarme dormida escuchando su corazón.
De vez en cuando ronca, lo hace suavecito y sin hacer mucho ruido, debo agudizar mis sentidos para oirlo.
No le gustan los besos, ni que la tomen en brazos, tampoco que se le acerquen extraños, bueno, no le gusta nadie en realidad, rasguña a todo aquel que se le acerque, es una fierecilla.
A mí me soporta, en realidad creo que me adora, me ama por que de veras que me soporta, yo le doy besos, montones de besos, pero considero que he aprendido a hacerlo, no le beso con los labios, si no con parte de mi rostro, en especifico froto lento y suave parte de mi nariz y de mi mejilla junto a la suya, vi un articulo que decia que los gatitos asi se daban muestras de cariño, y creo que es cierto, por que ella me devuelve el gesto.
Es una gatita de casa y soledad, creo que se parece a mí, no le gusta salir pero le gusta tomar aire, sube al techo en las mañanas y no baja si no es para comer y dormir cuando el sol se esconde.
Le gusta la lluvia, cada que llueve sale al techo y se moja, y no vuelve hasta estar empapada.
Detesta que le toquen en el estómago, pero me hace gracias, se recuesta en el suelo, en el techo, en el sofá y me lo enseña.
Sus patitas son como esponjitas, muy suaves pero a la vez son ásperas, y uy de sus garras, a simple vista las oculta pero pobre de ti si la insultas o la provocas porque las tiene afiladas y es muy hábil y rápida al momento de sacarlas.
Se puede creer que la rapté, pues la separe de su familia cuando apenas y si comia, era muy chiquitita. Vivia en la mina, en el cerro donde trabaja mi abuelo, era domingo el día que la conocí, ya había visto a otros gatitos, y aunque no tenia permitido llevarme uno, tenia mi atención en uno amarillo, era muy bonito, pero cuando la vi a ella mirándome a lo lejos, mi corazón dio un vuelco.
Me acerque y la tome, lloraba y sentia que mi corazón se llenaba de astillas, la acerque a mi pecho y la acune, era muy pequeña y me preocupaba el llevarmela, pero pase por alto los futuros regaños, y me puse en marcha para llevarmela conmigo a casa.
Doble mi polera y la use como un bolsillo para sostenerla, me puse el chaleco encima para protegerla del frío, me subi a la cuatrimoto y baje el cerro con una mano, con la otra sostenia a la gatita, me preocupaba mucho que el viaje fuera incomodo y la molestara, asique procure aminorar los saltos.
Llegué a casa, la oculte en mi habitación durante una semana, le compre comida a escondidas y aunque intente enseñarle a hacer sus necesidades en una cajita con arena, durante un mes, mi pieza apestaba en cada esquina.
Mi abuela la aceptó en casa, y logré criarla.
Llegó a mi vida un Domingo 22 de Noviembre del año 2020, a las 11:00am. (Hora apróximada).
Es mi hija, mi pequeña panterita.
Su nombre es Lía.
Lía Resse Russel Amrak de Barrera Cortés.
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For Crow
PoetrySi escribirte es todo lo que puedo hacer, dejare que mis manos se conviertan en esclavas de mis palabras, hasta lograr agotarlas. Y si acaso no lo consigo, y te escribo hasta mi olvido, seré feliz, por qué aquello significa que he sentido, y que te...