capitulo 15: ¿Derek?

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Dos semanas después, el aire en el pueblo había cambiado.
El clima se sentía más frío, aunque aún no llegaba el invierno. Derek había pasado los últimos días en una especie de rutina automática. Los días se mezclaban entre sí, y las cartas de 'K' seguían apareciendo de manera puntual. Cada una traía un nuevo matiz, algunas eran más juguetonas, otras más serias, pero todas lograban apaciguar la creciente ansiedad que lo perseguía.

Aun así, un sentimiento profundo de inquietud comenzaba a crecer dentro de él. A pesar de las palabras cuidadosas, una sombra de desconfianza se cernía sobre Derek. No había hablado con nadie al respecto, ni siquiera con Stiles, quien parecía cada vez más atento a los pequeños detalles de su comportamiento.

Stiles, por su parte, había pasado las dos semanas observando en silencio. Había algo en la manera en que Derek recibía las cartas que no lograba sacarse de la cabeza. No podía identificar con exactitud qué le molestaba, pero cada vez que Derek sonreía con una de las cartas en la mano, un leve nudo se formaba en su estómago. No era celos, al menos no como los había experimentado antes, pero había algo en esas cartas que lo hacía sentir incómodo.

Una tarde, mientras caminaban hacia la reserva, Stiles no pudo contenerse más.

—No puedes seguir así, Derek —dijo, intentando sonar casual—. ¿No te parece raro todo esto?

Derek lo miró, frunciendo el ceño. —¿Raro? ¿A qué te refieres?

—A las cartas. Es decir, no es normal que alguien te escriba todos los días y que tú actúes como si no fuera gran cosa. ¿No sientes curiosidad por saber quién es? —Stiles intentaba que sonara como una preocupación genuina, pero una parte de él quería una respuesta, aunque no sabía exactamente por qué.

Derek permaneció en silencio, su mirada oscureciéndose un poco. La verdad era que, aunque las cartas le habían dado una sensación de tranquilidad, ahora empezaban a inquietarlo más de lo que le gustaría admitir. Pero no estaba seguro de querer compartir esa preocupación con Stiles.

—No es asunto tuyo, Stiles —respondió Derek, de manera cortante.

—Tienes razón, no lo es —admitió Stiles, levantando las manos en señal de paz—. Pero me preocupo por ti. Además, es extraño que alguien esté tan... ¿interesado? —La palabra casi se le atragantó. Ni él mismo sabía por qué se sentía incómodo con la idea.

Derek lo observó de reojo, notando el cambio sutil en el tono de Stiles, pero decidió no comentarlo. En el fondo, tampoco entendía del todo su propia reacción ante las cartas. Lo que en un principio fue alivio ahora se sentía como una amenaza.

Finalmente, Derek asintió, aunque su voz sonaba cansada. —Está bien. Lo averigure.

Stiles exhaló, aliviado, pero en su interior algo seguía revolviéndose. No sabía si quería descubrir la verdad por Derek... o por sí mismo.

Una semana después, la verdad finalmente salió a la luz.

Derek había conocido a la mujer detrás de las cartas. Había sido todo un encuentro inesperado y perturbador. Al principio, parecía casi irreal que alguien como ella, alguien mucho mayor que él, fuera la autora de esas palabras que había leído con tanto detenimiento. Se llamaba Katherine, y aunque al principio no lo había notado, ahora comprendía que había algo profundamente inquietante en su presencia.

Era atractiva, en un sentido clásico, pero había algo en su forma de mirarlo, una intensidad que lo hacía sentirse como si estuviera bajo escrutinio constante. Katherine debía tener al menos 7 años más que él, lo que hacía que la situación fuera aún más extraña. Sus modales refinados y su seguridad contrastaban con el desconcierto que Derek sentía cada vez que la tenía cerca.

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