"La Inteligencia Artificial me ayudó a escribir esta historia de amor y pasión como parte del Reto de 30 días. Sigue la relación entre Miles Edgeworth, un fiscal, y Wright, un abogado, a medida que descubren sus sentimientos el uno por el otro y enf...
Nota: Le voy escribiendo la idea del cap pero a veces escribe lo que quiere
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Capítulo 17: "El abrazo que necesitaba"
Miles Edgeworth se sentía completamente solo. El estrés del trabajo y la presión de ser un fiscal perfecto lo habían superado. Se sentía vacío y sin esperanza.
Necesitaba algo o alguien que lo hiciera sentir mejor. Y ese alguien era Phoenix Wright.
Miles se arrastró hasta el apartamento de Phoenix, llorando sin parar. Phoenix lo abrazó fuerte, sin preguntar nada.
"Shh, Miles, todo va a estar bien", susurró Phoenix. "Estoy aquí para ti".
Miles se aferró a Phoenix, sollozando sin control. Lo mimó y lo acunó, como si fuera un niño.
"Te tengo, Miles. No te voy a dejar", dijo Phoenix.
Miles finalmente se calmó, exhausto. Phoenix lo llevó a la cama y se acostó a su lado, abrazándolo fuerte.
Se durmió en los brazos de Phoenix, sintiendo una paz que no había sentido en mucho tiempo. Sabía que podía contar con Phoenix para hacerlo sentir mejor.
Y Phoenix, por su parte, se sentía feliz de poder cuidar de Miles, de poder ser su refugio en momentos de tormenta.
"El golpe de realidad"
Phoenix Wright se sentía derrotado por primera vez en su vida. Había perdido un caso importante y se sentía responsable por el resultado. Buscó refugio en el alcohol, pero nada parecía llenar el hueco en su pecho.
Miles Edgeworth lo encontró en un bar, bebiendo solo y con la mirada perdida. Se acercó a él.
"Phoenix, esto no es lo que necesitas", le dijo Edgeworth quitándole el vaso de la mano. "Lo que necesitas es alguien que te abrace y te haga sentir que todo va a estar bien".
Y con eso, Edgeworth lo abrazó con fuerza, provocando que Wright se rompa y caiga en su cariño nuevamente después de tantos años.
Wright sollozó en el hombro de Edgeworth, sintiendo una mezcla de alivio y gratitud.
"Llora todo lo que quieras.. No me voy a ir." le susurró Edgeworth.
Wright se sintió a salvo en los brazos de Edgeworth, sabiendo que podía contar con él en momentos de debilidad. No tenía por qué sentir vergüenza.
