Capítulo 3

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Briana

Todavía no proceso las palabras que me  dijo ese hombre. No pude ni siquiera contener la lágrimas.

Con tan solo 1 año mi padre me vendió, y a  parte de eso ni siquiera tuvo el valor de contarme lo. Prefirió que un extraño me lo dijera. Estoy sola en un lugar que  no conozco, no tengo nada, ni siquiera para comunicarme con mi mejor amiga.

Y es en ese momento que los recuerdos de hace unos días vienen a mi como flashes. Me siento fatal porque ni siquiera se cómo está Violet.

Entra mi supuesto "esposo".
-Ya deja de llorar- me dice mientras abre una puerta, que supongo que es el baño, y cuando sale agrega- tu papito no te va a venir a salvar, y tú amiguita está en una cama de hospital. Así que comportarte.

-¿Como mierdas me voy a comportar?- le pregunté gritando mientras me paraba al frente de el.- ¡Para ti es fácil, porque estás acostumbrado a este mundo, pero para mí no! ¿Es que acaso no lo entiendes?

-¡Lo que no voy a entender es que si no te calmas te voy a  encerrar en el sótano, junto con las mierdas!

Se fue dejando nuestra discusión a medias, algo que no voy a tolerar. Por lo que salgo de la habitación. Lo veo en la sala sentado en un sofá mientras mira su teléfono.

-¡Por qué mierda te vas!- ya yo estaba demasiada alterada.

-¡Porque se me da la puta gana!- exclamó sin ni siquiera levantar la vista del celular, por lo que cansada me paro delante de él y le digi fuerte y claro.

-¡Pues yo no me pienso casar contigo, antes muerta!- lo siguiente que ocurrió fue que el me cogió con sus enormes manos, me lanzó al sofá, se subió encima de mi, acercó su cabeza y dijo:

-Antes de que estés muertas tienes que haberte casado conmigo- en ese momento sentí un leve cosquilleo en mi vientre. Mis pezones estaban como una roca por lo que agradecí haber llevado ropa ancha, para que él no se diera cuenta y así no pasar vergüenza- después haberme dado un heredero, después de que ocurra todo eso, has lo que te dé la gana, y si te matas mejor para mí.

-¡Hijo de puta!- estuve a punto de gemir, porque este hombre era el vivo retrato de un dios, pero de milagro la voz no me falló-¡Sueltame!

-¿Por qué?- me preguntó-¡Estas nerviosa!

-¡No tengo porque estar nerviosa!¡Pero estas invadiendo mi espacio!

Soltó una carcajada, pero por fin se movió y me dijo:

-Tu padre acaba de llegar así que levanta tu culo del sofá, que tenemos que irnos a mi casa-  no quería saber nada de mi papá, por lo que le preguntó

-¿Está no es tu casa?- con la cabeza me niega, no le preguntó nada más porque veo la seriedad de su cara, por lo que procedo a levantarme e irme detras de el.

En el auto hay un silencio incómodo, pero no me atrevo ni siquiera a preguntar si puedo poner música, ya que por la mirada que tiene me puede hasta matar, así que prefiero no hacerlo, y me concentro en mirar por los cristales del auto. La cuidad es hermosa, incluso hasta los árboles. Pasamos cerca de un parque y puedo apreciar a los niños corriendo y a sus padres persiguiendolos.

Salimos de la cuidad, a una carretera vacía en donde se puede apreciar que hay una casa. A medida que nos vamos acercando la voy viendo mejor y me doy cuenta que no es una casa cualquiera, ni siquiera una mansión es tan grande.

Cuando abren los portones y entramos me asombro ya que esto aquí parece un pequeño pueblo.

Hay hombres vestidos de negro por todas partes, y entonces me doy cuenta que fue aquí donde me desperté, pero a diferencia de hace una horas que no había tantos hombres, ni tampoco estaban cerrada todas esas puertas.

+18 Un Pacto (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora