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Mi mano al aire es señal de silencio, una orden que acatan rápidamente. Nadie tiene una idea clara de lo que enfrentamos y mucho menos del porqué culpan a mi fallecido padre.

Tn:¿Qué ocurrió el día de mi nacimiento? -se miran entre ellos, buscando que alguien más responda. Cobardes-.

Dak Ho:Ese día, el palacio estaba totalmente protegido por guardias, era una fortaleza. El emperador estuvo a lado de su madre en cada momento, desde que los dolores de parto comenzaron...

Lo escucho atentamente; no hay nada inusual en la historia, es la misma que mi padre me contaba. El emperador era sobreprotector con mi madre, su emperatriz y era normal que se preocupara por mi nacimiento. Era la heredera.

Tn:Es la misma historia que el anterior emperador me contaba, pero nadie vio lo que ocurrió ese día dentro del palacio.

Ordenó a Gim Dante traer a Bae Soo y al médico real. Si tengo que sospechar de las concubinas de mi padre, todas serían sospechosas, todas odiaban a mi madre por ser la favorita y la emperatriz, y mis hermanos se odian entre ellos, cualquiera sería capaz de traicionarme. Los guardias son los únicos que estaban en el palacio y el médico.

El sonido armaduras resuenan por el pasillo, las placas de metal chocan suavemente entre sí, emitiendo un tintineo constante. Bae Soo no es el único que ha venido a mi llamado, dos guardias lo acompañan, haciendo reverencia antes de acercarse junto al médico real.

Tn:Ambos estuvieron en el palacio el día de mi nacimiento, ¿qué pasó exactamente?

El médico mira al capitán dando un asentimiento esperando que sea él quien responda a mi pregunta. El capitán espera mi aprobación para acercarse al trono, sus pasos son lentos mientras mira de reojo a los funcionarios y ministros en la sala.

Bae Soo:Su padre era sobreprotector con su madre pero ese día se comportaba diferente, para nadie era inusual verlo cerca de su emperatriz pero su mano temblorosa lo delataba. Parecía que se preparaba para un visitante inesperado, nadie sospechaba porque se trataba de la heredera y al llegar la noche el silencio se volvió escalofriante, los sirvientes desaparecieron hasta no quedar ninguno de ellos.

Los funcionarios al igual que los ministros permanecen en silencio esperando poder escuchar algo, lo que sea. Algo no está bien, así que dejo que el capitán siga hablando con el mismo tono de voz, apenas audible para mí.

Bae Soo:Incluído empleados del palacio: eunucos, cocineros y damas de la corte. Tal vez hubieron algunos otros, no lo sé con certeza, solo quedaron los guardias en los pasillos y su padre en su alcoba con el médico y la partera. El emperador me confesó antes de morir que alguien quería acabar con su emperatriz y su heredera.

Ahora entiendo su preocupación. No puedo confiar en nadie aquí en la sala, no cuando cualquiera podría querer vengarse de las personas muertas dentro del palacio, y si lo informó buscarán la manera de quitarme el trono, argumentando que el imperio está en peligro bajo mi mando.

Tn:¿Eso como convierte a mi padre en el culpable?

El capitán se queda en silencio, él tampoco lo sabe. El médico real pide permiso para acercarse y es Bae Soo quien se retira volviendo a mirar a los funcionarios y ministros con discreción.

Jun Ho:Majestad, con todo respeto, podría haber traidores entre miembros de la corte, no confíe en nadie. Espero entienda porque el emperador lo mantuvo en secreto, su trono estaría en peligro y los traidores aprovecharían para hacer dudar a la gente de su capacidad.

Eso lo sé bien. Mi consejero real se acerca con cautela pidiendo terminar está reunión. Fingiré no saber nada, les haré creer que tienen la ventaja.

𝙃𝘼𝙍𝙀𝙉 [ᗷTՏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora