En el reino de Noxaris, el Valle de las Sombras despertaba a su esencia más oscura. Las llamas negras, que se alzaban con una malevolencia hipnótica desde la hoguera central, lanzaban destellos que pintaban las figuras danzantes en sombras grotescas y distorsionadas. Alrededor de la plaza, los habitantes de Noxaris se movían como marionetas, atrapados en un rito antiguo que resonaba con la magia oscura del lugar. La neblina envolvía cada rincón del reino, convirtiendo a la luz en un susurro apenas audible entre las sombras.
Desde lo alto del balcón del palacio, Taehyung, el señor de la Oscuridad, observaba con ojos cansados pero satisfechos. El reino de la noche y las sombras respondía a su presencia, como si las mismas sombras lo adoraran. Su capa negra ondeaba en la brisa pesada, y sus ojos, hundidos por las profundas ojeras, brillaban con la misma negrura que las llamas de abajo. La noche lo nutría, lo hacía sentir poderoso, inquebrantable. Con una sonrisa que destilaba peligro, susurró:
—La noche vuelve a ser nuestra.
Detrás de él, en una esquina de la habitación, Jimin, el líder del Espacio, flotaba en su perpetua danza desquiciada. Pequeñas esferas de luz y oscuridad giraban a su alrededor en órbitas caóticas, reflejando su mente inestable. Su risa era un eco incesante de locura, suave pero inquietante.
—El tiempo se retuerce... y la noche se ríe —dijo, sus ojos vidriosos brillando con una intensidad perturbadora mientras seguía manipulando las esferas a su alrededor—. La noche me deja jugar... siempre puedo cambiar los caminos. Nadie lo nota, Taehyung... nunca lo notan —terminó con una carcajada desquiciada.
Taehyung lo ignoró por un momento, pero al escuchar la mención de caminos alterados, su ceño se frunció ligeramente. Caminó hasta el borde del balcón, mirando el espectáculo abajo.
—El caos es una forma de control, viejo amigo —murmuró. Pero su voz vaciló al recordar a Jungkook. Su mente se llenó de imágenes confusas, sus emociones más turbulentas de lo que desearía admitir.
Jimin, mientras tanto, había aterrizado fácilmente junto a él, inclinándose hacia Taehyung con una sonrisa que bordeaba la locura.
—¿Aún piensas en él, Taehyung? —preguntó con tono burlón—.Él... siempre tan dulce, tan calmado... pero el veneno más peligroso siempre se esconde en lo más bello.
Taehyung no respondió, aunque su sombra pareció hacerse más densa, envolviéndose a su alrededor como una segunda piel. La mención de Jungkook lo irritaba, avivando las brasas de su furia contenida.
—Aún la amas, ¿no es así? —preguntó Jimin de repente, con una sonrisa torcida que revelaba su deleite al observar el tormento de su amigo. La verdad estaba escrita en los ojos cansados de Taehyung, y Jimin no necesitaba más confirmación. Con una risa desquiciada, se dejó llevar por el viento, flotando alrededor de él como un espectro burlón—. Lo amas, pero él te odia... ¡Son el uno para el otro! ¡Es tan perfectamente imperfecto! —canturreó, sus palabras cargadas de una oscura ironía.
Taehyung apretó los puños, su semblante tenso, pero no dijo nada. Jimin lo conocía demasiado bien, sabía cómo presionar las heridas que todavía sangraban.
—Si hubieras fingido amarme y luego asesinado a mi hermano y mis padres —continuó Jimin, su tono fluctuando entre la burla y la reflexión—, también estaría algo molesto, supongo. Aunque, en mi caso, tu cabeza ya habría rodado ese mismo día —agregó con una sonrisa retorcida, sus ojos brillando con un destello de locura—. Pero él... siempre fue débil, el más débil de todos. Y ahora, lo único que desea es ver tu cabeza rodar.
Las palabras parecían deslizarse sobre Taehyung sin dejar una marca visible, pero Jimin sabía que el veneno estaba haciendo efecto, silencioso y constante. Taehyung se dejó caer en un sofá cercano, sus manos temblorosas al tomar una taza de té que había dejado enfriar horas antes. Los ecos del pasado lo envolvían, y las líneas entre el presente y lo que fue se difuminaban peligrosamente.
ESTÁS LEYENDO
La guerra de los siete reinos
FanfictionEl mundo de Marethis antes estaba gobernado por siete reinos, unidos por un antiguo pacto que garantizaba la armonía de su mundo. Sin embargo, cuando el líder del cambio, Hoseok, traicionó a sus compañeros, sembrando la discordia a través de mentira...