Ese fuego a lo lejos solo me hacía pensar en Ariadna, su seguridad era mi principal tarea y estaba fallando por completo.
-Dejemos que el la traiga por nosotros. -llame a Tomoyoki y le di una orden mirándolo a los ojos, -Siguela, y no vuelvas hasta tener noticias, iremos por ella.
Tomoyoki se fue volando mientras yo me dirigía con Nitha al castillo por refuerzos, tratándose del clan Evans se podía esperar cualquier cosa, tome mis guantes y mis armas. En mi rostro pude ver la rabia cuando me mire al espejo. Al ver a la ventana vi a mi fiel amigo llegar.
-¿Noticias? -dije con cierto enojo.
-La princesa está en el calabozo, podemos usar el plan que tengo en mente.
-Dime cual es tu plan. -dije.
-Las hadas y la armadura de su madre, la disfrazaremos.
Aceptando su plan prepare todo e indique a las hadas que hacer para que el plan para salvar a Ariadna funcione.
Pronto salimos del castillo, le pedí a las hadas que se adelantaran con la armadura, esperamos el momento indicado y entramos a la fortaleza destruyendo todo lo que podíamos para que Ariadna pudiera salir.
Al verla la calma llegó a mi ser, por fin está a salvo, y mi primer instinto es tenderle la mano para ayudarla a subir al caballo.
-Hola hermanita, dime ¿Hasta cuando dejaras de meterte en líos?
-¡Tu!
-¿Que acaso no te dije que todo estaba a punto de cambiar?
Ella solo miró a otro lado un poco molesta al parecer, no pude decir más por lo que di la orden de retirada. Cuando salimos al bosque ella iba en silencio comenzaba a incomodarme por lo que decidí hablar para romper el hielo.
-Y bien ¿Ya se presentaron con mi hermana? -dije mirandola las hadas, ellas solo se miraron. -Vaya modales que tienen.
-Tu tampoco te has presentado. -dijo Ariadna tímida.
-Para eso estoy yo. -Tomoyoki salió de la nada poniéndome en la cara de Ariadna.
Ella comenzó a tratar de agarrarlo entre sus manos, parecía que no le simpatizaba mucho, yo solo comencé a reír ante tal escena.
-Parece que ese cuervo no te simpatiza mucho. Es mi sirviente, así como las hadas para ti, gracias a él se todo de tu vida, y lo que haz hecho, yo soy tu hermano y encargado de tu destino. Mi nombre es Brian, bienvenida Ariadna.
Le mostré el castillo frente a nosotros, pude ver su rostro perplejo ante la vista del sitio, al acercarnos el guardia nos regaló una reverencia y entramos en el patio se encontraban mis hermanas y mi madre, Joseph alegre se acercó a nosotros.
-Ariadna estás aquí, mira madre, volvió.
-Ella es Joseph, es una vampira, claro es inofensiva. -dije presentando a mi hermana. -Arrodíllate porque ella Caliza la reina de la oscuridad y nuestra madre.
Ella mostró respeto ante la presencia de nuestra madre, y con su voz melodiosa nos habló a todos.
-Levántense hijos míos, Ariadna, eres hermosa, la última vez que te tuve en mis brazos eras una bebe. ¡Oh! Claro , ellas son tus hermanas, Joseph, es una vampira. Aura es hipnotista, Lumina tiene poderes de la luna, Catherine, hace las pesadillas realidad, Falon es la guerrera del santuario. Amalia tiene la belleza y el talento para cualquier cosa, Nitha controla la luz y el reflejo, y Brian él es un cuervo igual que tu, y Coral... ¿Dónde está Coral?
Observé a mis hermanas buscando a Coral y por un momento pensé que mi madre perdería la paciencia, hasta que Joseph y Lumina hablaron.
-Madre es mejor que Ariadna se cambie de ropa antes de ver a Coral. -dijo Joseph.
-Si, recuerda que el hierro le hace daño, y esa armadura es de hierro. -dijo Lumina.
Se llevaron a Ariadna con ellas y mi madre me miró con una orden en sus ojos, sabía lo que significaba mi trabajo apenas comenzaba, mi propósito era hacer que Ariadna se convierta en reina sana y salva, pero antes teníamos un trabajo que hacer y para ello necesitaba aliados.
-Nitha, ven conmigo, tengo que hablar contigo. -Mire a mi madre. -Con permiso alteza.
Mi madre asintió y nos dejó ir.
-¿Qué pasa hermano? Me asustas. -dijo tomando mi brazo.
-Tengo algo que decirte es importante, necesito tu ayuda en esta bomba de tiempo... -comencé a decir, sin poder continuar.
Nos encontramos con Ariadna, Joseph y Lumina en los pasillos, mis sentidos comenzaron a debilitarse, como si mi cuerpo se moviera solo solté a Nitha y le regale una reverencia a Ariadna. Seguido de esto le ofrecí mi brazo y Nitha hizo una pequeña rabieta con un propósito que no comprendí hasta después, quería evitar que me fuera para terminar de hablar con ella.
-Brian, prometiste que iríamos a cabalgar como siempre. -dijo guiñando un ojo.
-Iré con Ariadna esta vez. Tengo que mostrarle algo importante. -le dije con una sonrisa.
-Bien. -miro a Ariadna con molestia fingida y se fue seguida por Joseph y Lumina.
-¿Sabes por qué estás aquí cierto?- Ella negó con la cabeza, se veía tan tierna.
No podía dejar de verla mientras nos dirigimos al templo del león blanco. Entramos en silencio y respeto.
-Es el templo del león blanco, te está esperando.
Le hice una señal para que avanzara más al frente, y ella obedeció con cautela mientras observaba al león blanco que ya se encontraba ante su presencia. Se levantó en sus cuatro patas y le dijo con ternura.
-Tu debes ser Ariadna, la hija de la oscuridad. -Se arrodilló ante ella. -La guerra está por empezar, y las cosas tomarán un giro distinto, y yo... Es un honor pelear a tu lado.
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"Sin importar cuan lejos este, mi corazón siempre sera para ti."
-FerchizZomber
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SIRVIENTE DE LA OBSCURIDAD
FantasyBrian, un príncipe destinado a proteger y ayudar a su hermana apesar de cargar con una profecía cruel, volviéndose el traidor de si reino y después el vengador.