—Ya me voy. —Vaughn entra a la cocina mientras me sirvo una taza de café.
—Mhm, que te vaya bien. —Lo miro mientras bebo de mi taza y él me devuelve la mirada—. Saluda a tu novia de mi parte.
—¿Por qué estás molesta conmigo?—cuestiona—. Yo no hice nada y no fui yo quien ofreció que fueras a vivir a la mansión.
—Que le hubieras contestado con un "es decisión de ella" me habría gustado, ¿sabes, Vaughn?—me acerco a él y palmeo su pecho—. Has madurado desde que estás con la hija de Damien, pero te queda camino por recorrer.
Mentiría si dijera que mi hermano es machista o algo por el estilo. Es decir, si lo fuera, nuestra tía y mi madre habrían pateado su culo en menos de lo que canta un gallo.
Pero es... controlador, pocas veces considerado y eso impide que muchas veces actúe como se supone debería hacerlo.
Amo a mi hermano, y siempre voy a hacerlo a pesar de su personalidad fría y lejana tan fastidiosa. Pero de vez en cuando me gustaría que pensara en qué haría el otro en esa situación. Sobretodo si se trata de una situación sobre mi.
—No lo hice porque de todas formas no pensaba considerarlo, sestra.
"Hermana"
—Escucha, Vaughn. —Aprieto su brazo—. Sé que no ibas a considerarlo pero así como yo doy a respetar tu lugar frente a otros, espero que tú hagas lo mismo conmigo. —Lo miro a los ojos y él respira profundo—. Mientras no seas el Pakhan, tú y yo estamos al mismo nivel. Y aunque lo fueras, sigo siendo tu hermana y no puedes minimizarme ni siquiera frente a nuestros amigos.
No se trata de él diciendo que su hermana mayor es fastidiosa o encimosa, o de mi diciendo que es un grano en el culo y un sobreprotector. No se trata de nuestra relación como hermanos, se trata del lugar de cada uno en esta organización.
—Eres mi igual. —Apoya su mano en mi cabeza y ruedo los ojos—. Pero también eres mi hermana. Si lo que quieres es que actúe como si se tratara de la seguridad de la hija del Pakhan...
—Quiero que me veas como tu hermana—dejo claro—. Pero soy tu hermana mayor, Vaughn. Y no solo soy tu hermana, soy parte de la Bratva y he luchado por años para ganarme mi lugar en la mesa. Necesito que dejes claro que respetas eso; que me respaldes como yo a ti.
Él asiente.
Lo entiende, sé que lo hace a su manera. Me ha visto entrenar hasta el cansancio, me ha visto estudiar hasta el cansancio para tener algo que aportarle a la Bratva, me ha visto esforzarme por recibir respeto; no por ser la hija del Pakhan, sino por ser una mujer con un futuro prometedor dentro de la organización.
—Yo...—respira profundo— lamento que hayas creído que no te respaldo. Lo hago. —Pasa su brazo sobre mis hombros y yo hago el resto del trabajo, rodeando su cintura con mis brazos—. Te respaldo siempre, Lissie.
Asiento.
—Anda, tienes que irte. —Levanto mi mano y alboroto su cabello, lo que me gana un gruñido—. Yo también te amo.
Él asiente, dándose la vuelta para salir de la cocina. «Joder, duro y frío como nuestro padre»
***
—Buenas tardes—saludo cuando me acerco a la entrenadora y al grupo de chicas que están sentadas en las bancas o estirando,