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—Fuera de mi camino—ordeno bruscamente y los guardias que custodian el anexo cercano a la mansión de los Heathens.

El corazón me late con rapidez en los oídos mientras me adentro al lugar, escuchando el sonido de mis botines contra el piso y las palabras que se repiten en mi mente como un mantra desde que Nikolai hizo la llamada en la que me informaba sobre el incendio claramente provocado.

"Nadie está muerto. Todos están bien. Jeremy recibe atención médica en el área no quemada de la mansión".

Por muy imbécil que sea Jeremy Volkov y por mucho que me haya abandonado sin siquiera mirar atrás, me preocupo por él.

Como antigua amiga y como parte de la próxima generación de la Bratva en la que estaré sentada en la misma mesa con él, pero es una genuina preocupación.

—¡¿Nikolai?!—lo llamo.

—¡Por aquí!—Su voz proviene de la puerta metálica entreabierta al final del pasillo, así que me apresuro ahí sintiendo que el peso de lo que pasó comienza a caer sobre mis hombros.

Mierda, esto es algo que vamos a tener que informar a mi padre. No es cualquier mierda, intentaron matarlos y... joder, cualquiera que haya hecho esto va a arrepentirse.

Entro a la habitación, odiando la cantidad de blanco resplandeciente y pulcro que me recibe cuando entro.

Mis ojos repasan el lugar, desde las repisas llenas de todo tipo de armas hasta los cuatro enormes hombres en la habitación.

Nikolai en su habitual estado de semidesnudez, Killian como una promesa de muerte y Gareth... aburrido mientras mira a un jodido Creighton King inconsciente y atado a la silla en el centro de la habitación.

—Sea lo que sea que estés haciendo, ponte a ello. —Gareth se apoya en la pared.

—No podemos forzar la violencia, Gaz. —Nikolai respira con fuerza. —Tiene que haber una preparación adecuada.

Ruedo los ojos.

—¿En serio estoy viendo a Creighton King?—cuestiono.

—Si, princesa. Creighton King—la burla en la voz de Killian me hace rodar los ojos—. ¿Te jodimos un polvo?

Resoplo, ignorando su comentario sobre mi vestimenta que consiste en jeans, franela de tirantes y una chaqueta deportiva que me regaló Niko. «O que le robé, quizás. Es lo mismo»

—Has llevado a Glyndon a citas de mierda si crees que esto es lo que se usa para una—contesto, acercándome a Creighton para levantar su rostro y asegurarme de que, efectivamente, es él.

—¿De dónde lo conoces?—pregunta Gareth.

—Investigué a los amigos de Annika cuando supe cuál era su círculo en REU. —Me encojo de hombros—. Como sea, ¿seguros que es él?—Miro a Nikolai.

—Él estaba ahí cuando fui por Jeremy—contesta, pero puedo ver en sus ojos lo sediento de sangre que está—. Me ayudó a derribar la puerta y sacarlos a él y a Annika, si, pero ¿qué hacía aquí? Demasiada maldita coincidencia.

—Mhm, ya veo. —Respiro profundo, viendo a Killian tomar una pistola eléctrica mientras Niko acaricia un bastón—. Bueno, mierda. No lo maten aún ni nada, tengo que llamar a Nueva York.

—¿Tu padre te pide informes?—Gareth frunce el ceño.

—No. Pero sigue siendo el Pakhan y todos nosotros seguimos siendo hijos de las cabezas de la Bratva. —Saco mi celular de mi bolsillo.

—Lo que sea que estés pensando en hacer, detente. —La voz de Annika hace que todos nos giremos hacia la puerta para encontrarla ahí. «No debería estar aquí»

God of Sin [Jeremy Volkov]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora