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   — Ups, creo que se me fue de las manos — Susurró como si fuese un secreto entre ambos.

   La sonrisa en su rostro delataba la muerte de la inocencia con la que lo conoció, la fragilidad con la que lo salvo y la amabilidad disfrazada de inseguridad con la que lo acepto en la oficina. Eugene había cambiado y no fue para bien, el problema estaba en que no podía hacer mucho, no era un fantasma.

   — ¿Entiendes lo que hiciste no? Mataste a alguien. Eugene ¿Entiendes la gravedad de esto tan siquiera? —

   — Por supuesto, lo entiendo, soy un asesino ahora ante ti ¿no es verdad? — Giro las tijeras con agilidad en su mano izquierda, simplemente jugando con el objeto. — Es divertido el como tu me hiciste entender que solo yo podía hacer algo al respecto y ahora... Me juzgas... —

   Ambos se miraron contenidos, el de anteojos solo se movía con precaución disimulada mientras que el fantasma dudaba, tenia al joven que ganó el cariño de todos en la oficina frente a el, debía hacer algo pero, ¿que podía hacer?, incluso Charlie no fue tan complicada, por no decir que ni siquiera represento un problema sellarla.

   — Veo que tengo ventaja en la situación, hasta que muera no podrás hacerme nada ¿verdad?. Tu mismo lo dijiste, los fantasmas no se involucran con los mortales. —

   — Me involucre contigo hace mucho niño, no creas que estas ganando —

   — Si, ¿Entonces por que no haces nada? —

   Silencio. Esa fue la respuesta lanzada al aire por el mayor, opacada por el suave sonido de las sirenas que se acercaban tan lentamente que parecían no conocer la ubicación exacta de la escena del crimen.

   — Creo que esa es mi señal. Los niños están a salvo así que soy libre de retirarme, me hubiese gustado celebrar mi triunfo con ustedes pero creo que no soy bienvenido a ese lugar desde ahora... Una lastima. Pero se reconocer cuando no me quieren cerca. —

   Sería lo último que el de completa oscuridad escucharía por parte del joven a quien finalmente dejó ir con toda la impotencia acumulada en su mano, la mano que sujetaba su abanico.

   — Nos veremos pronto jefe, dale mis saludos y despedida al resto, diles que pese a todo siempre los tendré como un bello recuerdo —

   Luego de eso, el se quedó ahí, de pie observando el último lugar donde estuvo el niño antes de que los policías entraran con agresión a la desordenada habitación a cumplir su trabajo, volvería a verlo, eso no lo dudaba.

   Pero le hubiese gustado que fuese con otros términos.

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Créditos:Eugene el novato

꒰ ⭐️ ꒱ؘ ࿐ ࿔*:・゚ೃ⁀➷ Underworld Office y Charlie In UnderworldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora