Capitulo 2

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Montserrat


Un año antes

La luz de la mañana se filtraba por las ventanas de la cocina, iluminando suavemente el desorden encantador que la hacía sentir tan nuestra. El aroma del café recién hecho se mezclaba con el chispas de los huevos en la sartén, mientras yo cortaba un par de frutas para el desayuno. En su silleta, João estaba tan concentrado en su papilla, con la cara y las manos cubiertas de pequeños rastros del alimento, pero con una expresión tan concentrada y alegre que no podía evitar sonreír.

Todo en esa mañana parecía normal, casi perfecto. La casa estaba tranquila, con el eco de los sonidos cotidianos: el tic-tac del reloj, y el suave arrullo de Joao mientras comía. Pero en mi interior, sentia demasiada emoción que solo queria gritar, un secreto que llevaba guardado desde la noche anterior, cuando la prueba de embarazo había mostrado dos líneas rosas.

De repente, sentí unos brazos fuertes rodeándome por la cintura. Ryan me abrazó desde atrás, su calor envolviéndome como siempre, seguido de su inconfundible voz susurrándome al oído.

—Buenos días, amor mío —dijo, plantando un beso en mi mejilla.

Me giré un poco y le sonreí, respondiendo con un beso rápido en los labios.

—Buenos días —contesté, mientras volvía a centrarme en la tarea de cortar las frutas, aunque mi mente estaba muy lejos de ahí.

Ryan se inclinó sobre Joao, limpiando una mancha de papilla de su mejilla, y luego se volvió hacia mí con una sonrisa.

—¿Cómo dormiste? —me preguntó, con esa mirada que indicaba que realmente le importaba la respuesta.

—Bien —mentí, aunque la verdad era que apenas había pegado ojo, dándole vueltas al resultado de la prueba —. ¿Y tú?

—Un poco nervioso por el partido, pero nada fuera de lo normal —respondió, mientras se servía una taza de café —.Hoy es un día importante.

—Lo sé —dije, sintiendo un nudo formarse en mi estómago al pensar en lo que estaba por venir, tanto para él como para mí

—. Este partido podría ser un gran paso para ti, para tu carrera.

—Exactamente. —Ryan asintió

—A propósito, ¿a qué hora debes estar en la concentración? —le pregunté, intentando que mi tono sonara casual, mientras en realidad intentaba calcular cuánto tiempo tendría antes de tener que reunirme con él.

—En un par de horas ya me voy. Pero antes, quería pasar un tiempo contigo y con Joao.—respondió, dándome una mirada que mostraba su mezcla de emoción y nerviosismo—. ¿Te veo allá, no?

Asentí, ocultando la pequeña mentira que estaba por decir.

—Claro que sí —respondí, girando hacia él con una sonrisa—. Primero iré por unas compras que me hacen falta —agregué, con la esperanza de que no notara el leve temblor en mi voz—, y luego me reuniré con todos.

Hacía referencia a su familia, que como siempre, estaría en las gradas para apoyarlo en la semifinal, un evento crucial para su carrera. Ryan no sospechó nada, simplemente asintió mientras terminaba de limpiar a Joao y lo bajaba de su silleta.

Ryan frunció un poco el ceño, pero no por sospecha, sino porque estaba pensando en la logística del día.

—¿Compras? Pensé que ya habías hecho todo eso ayer —comentó, aunque sin darle mucha importancia—. Pero está bien, no te tardes mucho. Sabes lo mucho que significa este partido para mí. Tenerte y a Joao ahí, junto a mi familia, es lo que necesito para estar completamente enfocado.

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⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

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