III

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-Supongo que debería preguntarte lo mismo.-

Edward se acercó con velocidad hacia mi, mis piernas temblaban al igual que mis manos, temía lo que pudiera ser.

-Alejate, viste de lo que soy capaz y no pienso tener compasión por ser solo tú

-La conoces Edward?.- Un señor que conocía gracias a las investigaciones de mi padre, era Carlisle Cullen.

-Es la chica por la que Edward a estado desapareciendo.

-Callate Rosalie!

-Solo quiero irme de aquí, no dire nada de ustedes, pero déjenme ir.- Los tres se miraron y Edward tomó mi brazo con fuerza para empezar a caminar.

Edward caminaba rápido y su agarre era cada vez más fuerte.

-Me estás lastimando, Edward. Detente, Edward. ¡Me estás lastimando!.- Así fue como se detuvo y yo me safe de su agarre.

-Que quieres que haga?! Que te trate como una damisela?

-No! Ni siquiera te quiero cerca de mi, quiero irme yo sola y lo que teníamos se acabo.

-Ah si? Y que era lo que teníamos?

Me quede callada unos segundos, mirándolo y mirando su semblante enojado. Me di la vuelta y lo deje ahí.

Camine sin mirar atrás.

Al parecer Edward había echo caso a mi petición, puesto que él no se había aparecido esa noche, ni la siguiente, ni después de casi un mes.

En ese mismo mes, Stella había conocido a un chico que se llamaba Jacob, por lo que sabíamos, era amigo de Bella Swan, no había sido involucrado en el caso, pero si se veía cuán enamorado había estado de la chica.

Mi preocupación por Edward se había ido y se había enfocado más en poder aprender un poco más a controlar la magia. En nuestro antiguo hogar nos habían enseñado a no usar demasiado la magia, por ende, sabíamos cosas muy básicas, como levitar, mover cosas de su lugar, etc.

Y por supuesto que había tenido unas cuantas citas con aquel compañero de trabajo de mi padre.

Louis se había comprometido a ser un chico que bien podría ganarse mi corazón y eso no me molestaba, era más que adorable. Todas las noches nos acompañaba a cenar y siempre tenía conversaciones muy buenas para mis hermanos, mi padre y para mi.

Era más que perfecto.

Y por un mes, olvide el incidente con Edward.

-Bien, bien, pero, tenemos que estar de acuerdo que The Originals es mil veces mejor que The Vampire Diaries.

-Ale, tenme paciencia mujer, apenas voy iniciando The Vampire Diaries.

-¡No puede ser! Como es posible que apenas la inicies?! Me mentiste?

Louis hizo una cara de ofendido y yo solté una gran carcajada que bien se pudo haber escuchado por toda la casa.

-Me llamas mentiroso!?

-Me dijiste que ya la habías visto!

-Mmmm... no, yo cite "La he escuchado, pero no la he visto"

-Eres un mentiroso!

Tome un cojín del sillón y le di un almohadazo, Louis me miro con una sonrisa y ambos empezamos a tener una divertida pelea de almohadas con los cojines de la sala.

No mentía cuando decía que era perfecto, porque lo era, pero, ¿Me lo merecía?

-Me rindo! Me rindo!

Detuve mis almohadazos y él soltó un suspiro de alivio.

Ambos nos miramos por un buen rato y Louis empezó a acortar poco a poco la pequeña distancia que nos dividía, al fin pasaría, nos besaríamos.

Puse mis manos en mis rodillas y pase saliva, la tensión con Louis era romántica y él era un caballero.

Todo lo que había deseado.

Nos hubiéramos besado si no fuera porque su celular empezó a sonar.

-Mierda, perdón, es del trabajo, debo contestar.

-Ah... si, claro, contesta.- Sonreí sonrojada y me acomode mejor en el sofá.

Espere unos minutos mientras llegaba de nuevo Louis.

-Ale, perdón, hubo unas pistas en el caso de Bella, tengo que ir al bosque.

Bosque....

Edward....

-Al bosque? Es tarde.

-Lo se, pero encontraron unas huellas de humano junto con algo de cabello, quieren investigarlo para saber si se trata de Bella.- Louis hablaba mientras se ponía su chamarra y yo lo observaba.

Me encantaba uniformado.

-Claro, ve con cuidado.

-Gracias linda, nos vemos mañana.-

Y se fue.

La casa estaba vacía, Stella estaba en el cine con Jacob (primera cita) y Lorenzo muy probablemente estaba haciendo una carrera con sus amigos o tirado en una banqueta.

Suspire cansada de solo pensar en que tendría que ir por él.

El silencio era agradable... El único sonido que se escuchaba era el de la televisión, de ahí en fuera, estaba sola.

O eso creía, hasta que empezaron a tocar fuertemente mi puerta.

Me acerqué con sigilo y lo vi, vi su rostro una vez más, se veía demacrado y estaba seguro de que traía la misma ropa de hace un mes.

Era Edward en la puerta de mi casa.

-Si no abres la puerta pienso derrumbarla.

Nuestros ojos se encontraron una vez más después de un mes sin vernos.

-Deja de golpear o yo misma te arrancare la mano.

Abrí la puerta y sin previo aviso me sujeto del cuello con fuerza para pegarme a la pared.

No podía safarme de su agarre, pataleaba y trataba de hacer algún conjuro, pero parte de la magia era la concentración, misma que en estos momentos no tenía.

-No he dejado de pensar en ti, no pienso, no como, ni siquiera sé que carajos hiciste conmigo, no eres alguien indefensa a quien debo proteger, pero si eres alguien a quien puedo manejar, ¿cierto? Eres mi marioneta. Crees que te puedes perder con aquel oficial y hacer como si nada pasara después del incidente. Eres una estupida Alessia Benedetti. Una total estupida al llegar a este pueblo, pusiste todo de pies, ahora solo quiero saber más de ti, me obsesione de la misma manera en la que me obsesione de ella. Pero no eres ella, eres aún peor.

Fue lo último que escuché antes de caer desmayada por la presión ejercida en mi cuello.

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⏰ Última actualización: Aug 19 ⏰

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Can't Cach Me Now || Edward Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora