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Todo había sido tan rápido y abrumador que casi ni recordaba exactamente todo lo que había pasado.

Una noche simplemente tomamos nuestras cosas y huimos de Italia. Dejando amigos, familiares... Todo atrás.

El olor a fuego y humo se habían convertido en olor a tierra mojada y un aire fresco.

El sonido de las personas gritando pidiendo ayuda se habían convertido en el sonido de la lluvia.

Habíamos dejado Italia porque habíamos sido amenazados de muerte, papá no podía permitirlo y optó por tomar el primer trabajo que había visto.

La desaparición de Bella Swan. Hija del jefe de policía en un pueblo llamado Forks. Su desaparición había echo un revuelto enorme en todo el pequeño pueblo que era Forks.

Y para nosotros, fue una salida rápida tomamos lo más esencial y subimos al auto.

-Nos quedaremos en la casa de un familiar de su madre.

-No sabia que mamá vivía aquí. - Mire confundida a mi papá y él al igual que yo, tratamos de no hablar tan fuerte para así no despertar a mi hermana, Stella.

-Solo la mitad de su vida, después se mudó a Italia y fue ahí donde nos conocimos. - Él sonrió, tratando de demostrar que nada malo estaba sucediendo.

Pero si que lo estaba.

-Aún no sabes nada? -

Papá apretó aún más el volante, se notaba nervioso.

-No.

Deje de hablar.

Al llegar a la pequeña casa en la que ahora le diríamos hogar, notamos que a parte de que estaba sucia y necesitaba algunos arreglos. Estaba algo lejos del pueblo.

-Bien, estaremos aquí, permanentemente. Stella y Lorenzo irán a la escuela y...

- Y yo me quedaré en casa hasta que consiga cómo ayudarte.

-Lo lamento mucho Alissa.

-Tranquilo papá, lo entiendo. -Sonreí para calmar las asperezas y mi papá volvió a hablar.

-Necesitamos decir que solo venimos de Italia por mi trabajo, es todo, nada de hechizos ni meterte en problemas con la policía. Lo digo por ti Lorenzo.

-No es como que fuera a iniciar una matanza como en Italia. - Golpe su cabeza y Lorenzo soltó un chillido. -Auch! Bien, ya entendí.

- Bien, es todo, podemos bajar las cosas y, pediremos pizza para cenar

-Cena para nuestra primera noche aquí? - La voz de Stella provocó un silencio enorme en la casa.

Papá suspiro triste y yo me acerqué a mi hermana.

-No te preocupes, podremos pasar a un supermercado a comprar algo y preparar una rica cena.

-Si, eso estaría bien, les daré dinero.- Sonrío aliviado papá.

Esa misma noche, con lo poco que habíamos conseguido, traté de hacer una cena especial para todos, después de lo que había sucedido, no lo merecíamos.

Papá fue el primero en dormirse, después fue Stella y al final yo.

Claro que eso fue interrumpido por Lorenzo llevándose el carro que papá le había conseguido a él y a Stella.

Me asomé por la ventana y sabía a donde iba, sabía que iba a meter el acelerador de ese carro a todo lo que podía y si se encontraba contrincantes, haría una carrera de autos.

Baje lo más rápido que pude y tomé las llaves del auto de papá. Me subí en el y empecé a manejar tratando de encontrar el carro de Lorenzo.

Todo marchaba más que perfecto hasta que, frene de sorpresa al ver que había una persona parada enfrente.

-Hey! Que sucede contigo! Es media noche!.- Grite y esperaba que el sujeto se moviera o pidiera perdón, pero no lo hizo.

Lo único que hizo fue tumbarse en el suelo.

Baje del auto asustada, probablemente si le había pegado o estaba mal.

Al verlo pude notar que su playera tenía sangre, estaba herido, o eso era lo que yo creía.

-Dios, te mate? Mate a su sujeto! Ven, te llevare al hospital.

-Hospital no, no...- Hizo una pausa. -No estoy herido.

-Estás sangrando! Eres ciego o turuleco?

-No es mi sangre.

-Mataste a alguien? Tengo en el suelo a un asesino!?

-No... solo, déjame ir.

-Dios claro que no, tengo que llevarte a un hospital.

-Hospital no.

-Estás herido, cállate.

Y con las pocas fuerzas que tenía, subí al chico al auto y empecé a manejar de regreso.

Si bien, por mi fuera, lo hubiera dejado en la puerta de un hospital, pero él insistía que tuve que entrar a casa con él con muchísimo cuidado.

Cuando estuvimos dentro, me asegure de que papá y Stella estuviera dormidos, después de eso, subí al extraño a mi cuarto.

Muy cliché y muy escena futura de asesinato si es que me lo preguntan.

-Necesitas agua? Algo?

-No, donde estoy?

-En mi casa, no querías ir a un hospital, así que te traje aquí.

El chico se incorporó para sentarse, ya no se veía mal a comparación de hace unos momentos.

-No eres de Forks.

-Se me nota?

- El acento.

-Ah, si, no soy de Forks. Soy Alissa un gusto.

-Soy Edward, encantado.

Can't Cach Me Now || Edward Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora