capituló 8

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Hinata estaba enojada. No de la misma manera que Miwa, y Oikawa estaba agradecido, pero de todos modos estaba enojado.

No podía quedarse quieto, caminando por la cocina de un lado a otro. No había perdido del todo su bronceado brasileño, pensó Oikawa, mirándolo caminar. Su cabello era más corto y había ganado en carisma y madurez, pero en el fondo, Tooru todavía lo imaginaba como el pequeño camarón que gritaba perpetuamente en el campo.

-No es posible, gritó Hinata por quinta vez. ¿Quién querría secuestrar a Kageyama? Este tipo es tan insoportable que nos lo van a devolver antes de esta noche, ¿verdad?

-Me gustaría, suspiró Oikawa.

Había apoyado la barbilla en la palma de la mano, esperando como los demás a que llegaran los sándwiches. Hayashi y el policía debían regresar pronto con su miseria, y cuanto antes mejor, Oikawa podría intentar hacer contacto nuevamente inmediatamente después. La idea lo dejó un poco preocupado, dada su última experiencia; pero sabía que era su deber y esperaba que poco a poco conseguiría elementos utilizables.

-Hinata, siéntate, dijo finalmente Miwa. Me da náuseas andar así.

Una vez que Shouyou estuvo sentado, Tooru pudo ver con mayor claridad la preocupación en su rostro. Los dos se habían vuelto más cercanos cuando se conocieron en Brasil, naturalmente, como lo hacían dos expatriados; pero en ese momento, Oikawa no sabía qué decir. Obviamente, este no fue el caso de Hinata, quien le habló directamente:

-Perdón por revelar que eras su alma gemela. Supongo que querías mantenerlo en secreto, pero... digamos que las circunstancias fueron excepcionales. La seguridad de Kageyama es lo primero.

-Lo hiciste bien, respondió Oikawa lentamente. Fue... Quiero decir, nunca acordamos mantenerlo en secreto. No fue muy confidencial, supongo que simplemente evitamos hablar de ello por separado.

Le hizo un gesto un tanto condescendiente a Romero y añadió:

-Ni siquiera él lo sabía.

-Lo sé, respondió Hinata, por eso me llamaron.

Con eso, se volvió hacia Nicolas y comenzó a hablarle en portugués, dejando a Oikawa allí, tal vez para compensar el trato un tanto duro que Tooru le estaba dando, además.

- ¿ Então, o que você acha?”

-Não é nada como eu imaginava. Le atribuí que no tenía ningún gusto por ella”.

-Não me sorprende. Es una negação”.

-Dá percibir. Es divertido”.

Oikawa intercambió una mirada confusa con Ushijima y Miwa mientras los dos hablantes de portugués charlaban, sin tener la menor idea de qué estaban hablando. Probablemente de Tobio. Tosió con fuerza para recordarlos, insatisfecho por sentirse excluido.

-Además, dijo para tratar de llevar la conversación a un idioma que dominara, ¿cuándo te dijo Tobio que yo era su alma gemela? Eres la única a la que le dijo, al parecer algo debe haber sido.

Hinata se encogió de hombros, pero se sonrojó un poco, probablemente halagada de ser la única en beneficiarse de la absoluta confianza de Kageyama.

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