Capítulo 06: Las confesiones de agosto

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Agosto inició como un tornado de emociones y acabó conmigo en una lucha constante con mi mente

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Agosto inició como un tornado de emociones y acabó conmigo en una lucha constante con mi mente. Los recuerdos me pasaban una mala jugada cada vez que podían y eso no me ayudaba a sanar.

La culpa me acompañaba constantemente, aunque en realidad no la tuviera, simplemente me costaba aceptar la realidad que me había tocado vivir en estos últimos meses y me pesaba lidiar con eso.

Finalmente acepté que me gustaba una chica, mucho más de lo que me gustaría admitir y aunque no le encontraba sentido, porque todas mis relaciones pasadas eran del sexo opuesto y no llevaba mucho de conocerla, mis sentimientos eran reales e intensos.

Eso me aterraba como nunca.

Pero a veces lo sentía imposible, porque no la conocía a fondo como para entender porqué me gustaba.

No sabía su color favorito o su comida favorita, solo sabía que amaba pasar tiempo con ella y con los meses empecé a verla con otros ojos. Aquella chica que me parecía muerta como si un camión le hubiese pasado por encima haciéndola cero atractiva, ahora, con ese mismo camión sobre ella, la veía distinta.

Nunca me enfoqué en su físico porque me recuerdo a mí misma pensando aquella vez en mayo cuando discutíamos de broma porque no quería que se sentara detrás de mí en la clase, que no era mi tipo en lo absoluto. No me parecía atractiva y ahora estoy aquí siendo la única que no tolera una simple mirada porque empieza a temblar de nervios.

Irónico, logró adentrarse en mi alma sin siquiera tocar mi piel.

Amaba sus ojos, su risa, su voz diciendo que no me soporta, su sonrisa, sus manos encajando a la perfección con la mía, su aroma, joder, cómo amaba su aroma. Nunca me cansaré de abrazarla y llegar a casa dándome cuenta que mi chaqueta todavía huele a ella.

Su mente me atrapó por completo, aunque ella dijera que solo pasaban cosas horribles en sus pensamientos.

Su seguridad me cautivó, aunque ella dijera que llevaba una vida muy difícil y le tocaba buscar valentía donde no la tenía para poder sobrevivir a cada día.

Su personalidad me enamoró, aunque ella siempre me recordara que en realidad es una persona depresiva por el momento de su vida en el que se encuentra.

Ella me hizo ver todo lo bonito de la vida aún cuando la suya estaba en la mierda, no quiero ni imaginar lo agradable que sería estar con ella estando en su mejor momento, cuando el peor ya parece casi perfecto y agradable para mí.

«Necesitas conocerme para que puedas decir realmente que te gusta este cuerpecito tropical». Recordé sus palabras.

Tiene razón, no la conozco. No sé cómo es su vida, pero todo lo que siento por ella con tanta intensidad me parece de todo menos un capricho.

Realmente me agrada su compañía.

Realmente me siento mejor cuando estoy con ella.

Me encanta tomarla de la mano, abrazarla, decirle cuánto la quiero, hablar con ella por videollamada o mensajearnos antes de dormir.

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