2 - El Encuentro

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El día estaba nublado, el cielo gris reflejaba perfectamente mi estado de ánimo mientras caminaba por el parque. Los árboles se mecían suavemente con el viento, y las hojas secas crujían bajo mis pies. Este parque solía ser uno de mis lugares favoritos para despejar la mente, pero hoy, todo lo que podía pensar era en el inevitable encuentro que sabía que iba a suceder.

Había quedado en verme con Karen y Rafa para un café. Era una de nuestras rutinas para ponernos al día y desconectar un poco del trabajo. Sin embargo, sabía que Bryan también estaría allí. Ellos me lo habían mencionado de manera casual, como si no supieran lo que significaba para mí verlo nuevamente, especialmente ahora.

Llegué a la pequeña cafetería en el centro del parque. El lugar era acogedor, con una decoración sencilla y rústica que siempre me había gustado. Desde la ventana, vi a Karen y Rafa ya sentados en una mesa, conversando entre ellos. Mi corazón dio un vuelco cuando vi que Bryan también estaba allí, sentado junto a ellos, riendo por algo que Karen había dicho.

Al entrar, sentí cómo el calor del lugar me envolvía, pero no logró disipar el frío que sentía en mi interior. Me acerqué a la mesa lentamente, como si mis pies pesaran una tonelada. Al verme, Karen me sonrió ampliamente.

-Lesslie, ¡qué bueno que llegaste! -dijo Karen, poniéndose de pie para darme un abrazo.

-Hola -respondí, intentando devolverle la sonrisa. Pero sabía que mi voz no sonaba tan alegre como de costumbre.

Rafa me saludó con un gesto de la mano, y luego mis ojos se encontraron con los de Bryan. Él me miró durante un segundo, y luego apartó la mirada, como si no supiera qué decir. Algo en su expresión me decía que él también estaba incómodo.

-Me alegra verte, Lesslie -dijo finalmente, su tono formal, casi distante.

-A mí también... -mentí. La tensión en el aire era palpable, una sensación de incomodidad que ninguno de los dos parecía saber cómo manejar.

Nos sentamos todos juntos, y aunque la conversación entre Karen, Rafa y Bryan fluía con naturalidad, yo me sentía completamente fuera de lugar. Cada palabra que se intercambiaba entre Bryan y yo estaba cargada de un peso que no podía ignorar.

-Hace mucho que no te veía por aquí, Lesslie -comentó Bryan de repente, intentando romper el hielo. Pero su voz sonaba forzada, como si estuviera tratando de llenar el silencio incómodo.

-Sí... He estado ocupada -respondí, mi mirada clavada en mi taza de café. No quería mirarlo a los ojos, porque sabía que si lo hacía, vería todo el dolor y la confusión que estaba tratando de ocultar.

Rafa y Karen intentaban mantener la conversación ligera, pero era obvio que ambos notaban la tensión entre nosotros. La situación era insostenible, y sentía que en cualquier momento iba a explotar.

-Tal vez podríamos hacer esto más seguido, ¿no crees? -sugirió Karen, claramente intentando aliviar la atmósfera.

-Sí, claro -respondí sin mucha convicción. Pero en el fondo sabía que no estaba lista para enfrentar a Bryan de manera regular. No después de todo lo que había pasado entre nosotros.

El encuentro terminó con más incomodidad que cuando había comenzado. Mientras nos despedíamos, Bryan me miró con una expresión que no pude descifrar, como si quisiera decir algo más, pero no se atreviera.

-Cuídate, Lesslie -fue lo único que dijo antes de girarse y marcharse junto con Rafa.

Miré cómo se alejaban, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Sabía que no podía seguir evitando la realidad, pero tampoco estaba segura de cómo manejar todo lo que sentía. Todo lo que podía hacer en ese momento era intentar mantenerme firme, aunque por dentro me estuviera desmoronando.

———

El café había terminado hacía solo unas horas, pero la sensación de incomodidad seguía persiguiéndome. Las palabras de Bryan, simples y formales, se repetían en mi cabeza como un eco interminable. Cada "cuídate" resonaba como un recordatorio de todo lo que habíamos perdido.

Regresé a casa, pero no encontré consuelo entre las paredes familiares. Cada rincón, cada mueble, me traía recuerdos de un tiempo en que las cosas eran distintas. No podía escapar de lo que había sido y, peor aún, no podía escapar de lo que ya no era.

Decidí salir a dar un paseo nocturno, esperando que el aire fresco me ayudara a despejar la mente. Caminé sin rumbo fijo, dejando que mis pies me guiaran por las calles desiertas de la ciudad. El silencio de la noche era tranquilizador, una pausa del ruido constante de mis pensamientos.

Finalmente, llegué a un lugar que conocía demasiado bien: un pequeño parque al que Bryan y yo solíamos venir cuando necesitábamos hablar o simplemente disfrutar de la compañía del otro. Me senté en uno de los bancos de madera, mirando el vacío en frente de mí, y los recuerdos comenzaron a inundarme.

Era inevitable recordar la última vez que habíamos estado aquí juntos. Todo había empezado de manera tan simple, con risas y bromas como siempre. Pero aquella noche, algo había cambiado. Ambos lo sabíamos, aunque ninguno de los dos se atrevió a decirlo en voz alta.

Flashback

-Bryan, ¿te has dado cuenta de cómo las cosas han cambiado entre nosotros? -le pregunté, rompiendo el silencio que se había asentado entre nosotros. Lo miré a los ojos, buscando alguna señal de que él también lo sentía.

Él desvió la mirada, como si las palabras que estaba a punto de decir fueran demasiado difíciles de pronunciar.

-Sí, Less. Lo he notado -respondió finalmente, su voz cargada de una tristeza que no había escuchado antes. Se recostó en el banco, mirando el cielo estrellado.

Recordar esos momentos era como revivirlos en cámara lenta, cada detalle grabado en mi mente como si hubiera sucedido ayer.

No hablamos mucho más esa noche, pero el silencio entre nosotros lo decía todo. Habíamos crecido, habíamos cambiado, y aunque aún nos importábamos el uno al otro, algo fundamental se había roto entre nosotros. Algo que no sabíamos cómo reparar.

Fin Del Flasback

Volviendo al presente, una lágrima solitaria rodó por mi mejilla mientras me daba cuenta de que esos momentos no eran más que recuerdos, fragmentos de un tiempo que ya no existía.

Me quedé sentada en ese banco, sola, envuelta en la fría realidad de que no podíamos volver atrás, que lo que habíamos tenido ya no era posible. Lo que una vez fue nuestra amistad se había convertido en un recuerdo borroso, distorsionado por la distancia y el tiempo.

El Bryan que conocí ya no existía, y quizás, en algún lugar dentro de él, la Lesslie que él conoció también había desaparecido.

Sabía que no había vuelta atrás, solo una aceptación dolorosa de que lo que una vez fuimos, ahora era solo una sombra en mi memoria.

- Ayúdala - (Bresslie) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora