Aquel amor

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A pesar del vaivén de los sentimientos que él tenía en su pecho, de las decisiones que en algún momento le quitaron a las personas que quería, y de la amargura en su anterior relación, tenía esperanza. Como aquella estrella luchando por no morir, esperando no ser olvidada en la nada, así era él.

Mientras sus cabellos rizados se alborotaban por el aire, se prometió no caer en desesperación, confiando en que la siguiente sería la relación que tanto ansió por años, esa que nadie pudo darle. Sin embargo, tras conocer a aquella antigua persona tan cercana, algo cambió en su interior.

Ahora, teniendo más sabiduría, quería todo, pero solo con alguien que lo quisiera tanto como él.

Así fue como llegó, tan rápido como un relámpago en una tormenta; el fuego en él, en la vida y en ella apareció. Ya no era una estrella a punto de morir, se consideró una estrella gigante, un sol listo para quemar al mundo.

Aquel amor que pensó nunca volver a ver con cada afecto, caricia, suspiro y sonrisa renació de entre las cenizas, pensó que era muy rápido.

Pero, ¿qué tiempo es perfecto para seres tan efímeros como nosotros los humanos?

Se dejó caer por aquella cascada de cabellos de color castaño, por aquella sonrisa que hacía latir su corazón cada vez más.

Ya no era una mitad, ahora estaba completo.

Ahora era feliz.


De felicidad & otras emocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora