Cuatro.

337 21 0
                                    

— No, no, hasta que llegue el dia que tengamos que hacer ejercicio — no quiere decir que iban a tener relaciones sexuales porque sólo quiere verlo como un trámite

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— No, no, hasta que llegue el dia que tengamos que hacer ejercicio — no quiere decir que iban a tener relaciones sexuales porque sólo quiere verlo como un trámite. Las películas que siempre le enseñaba que al momento de tener relaciones sexuales las personas involucradas iban a terminar enamoradas terminaron en falsedades, porque no siempre era eso.

Tragó saliva más fuerte al sentir a Felix menear sus caderas en su miembro, rozando sus cuerpos. De verdad se sentía demasiado bien, tan bien que Chan abrió su boca al sentir sobre su pantalón la humedad de él menor, sintiendo los pliegues sobre esa ropa. Gimió cuando volvió a sentir el movimiento igual de fuerte, y ahora esas manos bajaron hasta donde estaban esas traviesas caderas, impulsando a moverlas como antes.

— ¿Puedo? Tus manos no te obedecen — no recordaba la voz de Felix tan seductora de ese modo, no era así, pero le gustó como su voz salió ronca, tanto como le gustó sentir la lengua de él menor su cuello y sus labios atrapar la piel de ahí, succionando levemente.

— Solo no intentes meterlo todo.

Él menor sonrió porque él mayor había cedido a sus encantos, caminó hasta su cama, agarrando un cojín para ponerlo en el suelo y arrodillarse en el, frente a donde Chan estaba sentado. Puede que había soñado eso, pero solo una vez en su vida y fue cuando estaba caliente de ver esos vídeos que nunca había visto. Miró a los ojos a él azabache, quien alzó su ceja y su barbilla comenzó a temblar, indicándole que estaba nervioso.

—  No estés nervioso — un beso sobre la tela, que hizo a Chan temblar y levantar levemente sus caderas, sacando leves suspiros, y seguían teniendo ropa —. Te prometo que te va a encantar.

Ambas cabezas comenzaron a doler para Chan, una porque ya estaba dura y la otra porque quería pensar otra cosa que no fuera que el amor de su vida le iba a hacer una mamada, ya estaba segura que le iba a encantar, porque iba a venir de Felix, y todo lo que viniera de él le encantaba, fuera pequeña cosa.

Elevó sus caderas para que él menor pudiera quitar ese pantalón de chándal, y volvió a alzar una sonrisa tierna cuando vio notó el bulto entre la tela azul rey, uno grande. Sus manos se dirigieron a el y lo volvió a besar, tensando el cuerpo de Chan.

— Tan grande, tan mío — no servía para él mayor que su mejor amigo le estuviera diciendo eso, porque sentía su miembro palpitar de placer y lo ultimo que quería era hacerle saber a Felix que su toque lo ponía duro, y así de duro —. ¡Esta palpitando!

— ¡No... Grites! — Chan acaricia la cabeza de él menor, incitándolo a alejarse de su falo pero él otro seguía ahí, sonriendo. No sabía que le gustaba ese ángulo de Felix, donde estaba junto a su pene, acariciándolo —. Solo hazlo, ya me tengo que ir.

Suspiró cuando sintió el frío golpear su miembro, que había sido liberado, pero sintió que su respiración se cortó al momento que sintió la mirada fuerte de Chan en él, que tenia su boca abierta, la cerró para tragar saliva, y la volvió a abrir, haciendo a Chan cerrar sus ojos para evitar ponerse más ante la tierna imagen de su mejor amigo viendo su miembro duro, que falló porque él menor relamió sus labios y sus dedos fueron hasta la punta rojiza, acariciándola con su índice.

 Diet Of Sex » chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora