Capítulo 3: Luz de piedra Luna

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Violeta,

—Aggg, ¡por dios Violeta! Que ya han pasado más de 20 días — dice Denna con frustración—. Vamos, de verdad, esto no es más que responsabilidad tuya. Explícame, ¿cómo es posible que no le pidieras su contacto?

—Realmente querida, ni yo, que soy una anciana, cometería tal tontería en estos años — Gloria me observa con diversión —. Que no estaba de más pedir su Instagram, las cosas ya no se hacen como antes, las juntas citadas y las cartitas románticas ya son historia antigua, de mis años. Debes modernizarte cariño.

Ya habían pasado tres semanas desde mi encuentro con Chiara y no había parado de quejarme ni un solo día al respecto, y hoy, mas que nunca, no sería la excepción.

Era domingo y me encontraba junto a Denna en la casa de Gloria, estábamos charlando recostadas sobre el suelo alfombrado, rodeadas de almohadas y bebiendo un extraño jugo que nos hizo mi vecina.

—En lugar de recriminarme, cómo lo han hecho toda la mañana, ¿podrías decirme nuevamente por que bebo esto? — digo, con un gesto de desagrado en el rostro —. Y no me digas que es una pócima mágica que ya no creo en tus mentiras.

—Así te pagan los jóvenes hoy en día Gloria, un día son indefensos y necesitados, y al otro son desagradecidos —dice Denna, mientras gesticula como una persona mayor y elegante, una imitación precaria de Gloria en su máxima expresión —. ¡Mira Violetita! Te explicaré la situación. El brebaje de esta brujita hizo absolutamente todo el trabajo esa noche, porque si por ti fuera, no hubieras ni abierto la boca. Ya te imagino mirando como boba a la distancia a través de tu cámara.

—Solo dices verdades querida, por eso me agradas Almudena, deberías venir más seguido cariño — dice Gloria, mientras le acaricia el cabello a mi amiga y esta hace un gesto como de gatito ronroneando.

Los pequeños cachitos que tiene Denna en su cabello la hacen ver adorable, se encuentra en su etapa fashionista al puro estilo de los años dos mil. Usa mucho brillo y colores llamativos, no deja de mencionar que es la tendencia del momento, y quien mejor que ella para decirlo, está terminando sus estudios en Diseño de moda y estilismo.

Observo toda la situación obstinada y con el ceño fruncido, mientras bebía esa extraña bebida con una pajita como una niña pequeña molesta. Juntar a estas dos siempre era caótico. A pesar de que me esfuerzo en defender mi situación, la realidad es que soy una idiota por permitir que una chica como Chiara se alejara sin asegurarme de verla de nuevo. Durante esos largos días de espera, había ido tres veces por semana al parque a ver si coincidía nuevamente con ella, sin tener suerte alguna.

Me parecía curioso y decepcionante al mismo tiempo. Sin embargo, una ligera preocupación se había instaurado en mi, Chiara había dejado claro esa noche que frecuentaba el lugar y no podía evitar sentir preocupación por aquella extraña chica que apenas conocía. ¿Y si algo le había ocurrido?

Las noches que fui a sentarme en aquel sitio, frente a esa laguna observando como la luz de la Luna se reflejaba en la superficie del agua, tuve tiempo suficiente para recordar cada detalle de esa noche, y no existía otra forma de definirla que como mágica. Esperaba que Chiara apareciera dando volteretas por el césped, absorta en sus pensamientos. Miraba constantemente los árboles por si la veía colgada y no era de extrañar que cada vez mirara más alto. Sentía que cada segundo que pasaba en ese lugar, conectaba más con un sentimiento de inspiración que llevaba tiempo esperando. Chiara, cuyo apellido aun no conocía, había llegado para sacudir toda la estabilidad que creía tener.

Esta noche era especial, porque se cumplirían tres semanas exactas desde que la conocí, pero igual de importante era el hecho de que volvía fase en Luna cuarto menguante.

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⏰ Última actualización: Sep 03 ⏰

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