- Shalom, hija - se despidió mi madre cuando llegamos a un punto del camino en el que nos separamos.
- Shalom, mamá - me despedí de ella rezando que no llegara herida del trabajo.
Fui rumbo a la obra, en el camino me encontré con otras mujeres que iban a trabajar también a la obra, en total, éramos 7 mujeres que iban a servir agua.
- Creo que hoy irá el príncipe Moisés a ver cómo van las obras - informó una de las mujeres - con suerte, hoy el día no será tan pesado - las demás mujeres le dieron la razón, incluyéndome.
Cada vez que iba el príncipe Moisés, los trabajos eran menos pesados, dado que los guardias querían hacer parecer que nos trataban bien y que trabajábamos en buenas condiciones.
Ojalá todo eso fuera verdad y no solamente cuando el príncipe Moisés aparecía.
- Hola, Num - Saludé al jefe de los esclavos.
- Hola, illiana, ¿cómo estás? - preguntó.
- Apenas está comenzando el día y ya estoy cansada - dije con una débil sonrisa.
- Entiendo, pero tranquila, creo que hoy será un buen día - Num me dio una amable sonrisa antes de irse con otros hebreos a hablar.
Luego de hablar con Num, fui con las demás mujeres y agarré un jarrón y un vaso.
- ¡REÚNANSE TODOS! - volteé los ojos a escuchar que se trataba de Apuki.
Todos los hebreos que se encontraban en la obra se pusieron alrededor de Apuki esperando escuchar lo que tenía que decir.
- ¡Muy bien, bastardos! Hoy viene el príncipe Moisés a ver cómo van las obras, y más les vale no cometer ningún error - Apuki asomó una sutil sonrisa- O se la verán con mi látigo - Todos sabían que, aunque la visita saliera a la perfección, habrían latigazos.
- ¡Vuelvan todos a sus labores! - Luego de esa “motivadora” charla, todos volvimos a nuestra labor.
- Iré a traer más agua - informé a Eva, una de las mujeres que trabajan en la obra.
- Ve antes de que llegue el príncipe Moisés - dijo Eva apurándome.
Fui al pozo a cargar agua en los dos jarrones que traje conmigo. Luego de cargar los jarrones con agua, fui devuelta a la obra.
- No puede ser - murmuré al ver que la comitiva del Príncipe Moisés ya había llegado a la obra. Con nerviosismo llegué a la obra.
Le di uno de los jarrones a Eva, mientras me ponía a su lado.Apuki le daba un recorrido por la obra al príncipe Moisés, y él escuchaba con atención lo que decía el constructor.
- ¡Ey, tú, ven aquí! - me di cuenta de que Apuki llamaba a mi dirección.
- Te llama a tí - murmuró Eva.
- Sí, ya sé - miré a Eva y ella solo me miró asustada por lo que podía ocurrirme.
Finalmente, fui en dirección a Apuki asustada, en verdad asustada, me temblaban las manos y los pies. Me fijé en el príncipe Moisés, que continuaba al lado de Apuki, pero no estaba prestando atención a lo que decía el constructor. Más bien, parecía más interesado en la edificación de la obra, o eso parecía.
Sin darme cuenta, me tropecé con una de las rocas que había en el lugar, cayéndome de bruces al piso y con ella derramando toda el agua en los pies del Príncipe Moisés.
Miré con miedo la situación, iba a morir.
- ¡MALDITA ESCLAVA, MIRA LO QUE PROVOCASTE! - gritó Apuki sacando rápidamente su látigo.
Apuki estuvo cerca de azotarme hasta que muriera, pero un grito lo detuvo.
- ¡APUKI! - gritó el príncipe - ¿!QUÉ HACES!? - El príncipe se me acercó a ayudarme a pararme.
- Príncipe, y-o... y-o... - Apuki miró sorprendido al príncipe al ver que se me acercó a ayudarme.
- ¿No ves que solo se tropezó al traerte agua? Eso no es motivo para azotarla - dijo el príncipe Moisés con voz dura.
- Sí, mi príncipe - murmuró Apuki bajando su látigo.
- ¿Estás bien? - preguntó el príncipe.
Ni siquiera pude responder a la pregunta del Príncipe debido a que yo estaba temblando como nunca, mis ojos estaban llorosos, tal vez ahora yo estaría muerta si no fuera, porque el príncipe Moisés me defendió de una muerte dolorosa.
Los demás hebreos quedaron estáticos en su lugar al ver la situación de hace rato. ¿El príncipe Moisés defendiendo a una esclava de recibir latigazos? Peor aún, ¿a la esclava que le derramó agua a sus pies? En la experiencia de todos, eso era sentencia de muerte.
El único de los esclavos que reaccionó fue Num que salió en defensa de illiana.
- Lo siento tanto, príncipe, por favor no le haga nada - suplicó Num.
- No era mi intención hacerle algo, ¿pero ella está bien? - preguntó el príncipe al ver que la mujer no reaccionaba.
- illiana, no pasó nada, ¿estás bien? - Num agarró las manos de illiana apretándolas suavemente, haciéndola reaccionar.
- Yo estoy bien, príncipe, no debe de preocuparse - dije mirándolo a los ojos por primera vez - Yo... lamento haberlo mojado... - murmuré al mirarlo directamente a los ojos.
Cuando miré los ojos del Príncipe Moisés, sentí que me desplomaría en ese instante. Sentí que había visto esos ojos en alguna parte, solo que no lo recordaba. En ese instante se me olvidó la posición en la que estaba, era como si solo el príncipe Moisés y yo existiéramos, ignorando a los demás.
Un carraspeo me sacó de mi ensoñación.
- ¡Yo de verdad lamento tanto lo sucedido! - me expresé con nerviosismo.
- ¿Qué? - preguntó el príncipe al salir de su ensoñación - ah, claro, no te preocupes, no fue tu intención echarme agua.
El Príncipe me dedicó una amable sonrisa, y yo en ese instante me sentí desfallecer.
- illiana, ¿qué tal sí vas con Eva? - preguntó Num al ver lo que sucedía.
- Sí, claro - murmuré - Gracias, príncipe, esto no volverá a suceder - agradecí con una débil sonrisa.
Finalmente, me despedí y fui con Eva, sintiendo la dura mirada de todos a mi alrededor. Giré mi cabeza sutilmente, viendo que el príncipe no había quitado su mirada de mí.
Hola, de nuevo con un nuevo capítulo, espero les guste.
Quiero avisarles que tengo una cuenta de tik tok, en dónde estaré alzando edits de mis fics. Por si les interesa mi cuenta se llama "Rebekah_dream"
Eso es todo bayyy.
ESTÁS LEYENDO
Once Upon A Dream || Moisés
FanfictionIlliana sentía que lo conocía, una vez en un sueño. Moisés sentía que la conocía, una vez en un sueño.