Refriega

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La colosal columna de energía se erguía hacia el cielo, arrasando con la piedra y retazos de la ciudad dispersos en el suelo. Aceleraba a cada segundo, y a pesar de que iba en línea recta, Bardock no podía moverse para esquivarla.

Con los brazos magullados, mejor dicho todo el cuerpo, pero con su espíritu intacto. Sabiendo que había dado hasta el ultimo gramo de energía. Sonriendo, se mantuvo fijo en Meliodas, no en el ataque, su mirada pasaba a través del ataque como si no existiera, y sus dientes se apretaban con ferocidad formando una desafiante sonrisa.

Morir aquel día en la estratosfera del planeta Vegeta, hubiera sido más honorable que esto, pero bueno... Uno no elige su muerte. Espérame Gine...

Faltaba ya poco para que el ataque impactara, lo matara, o lo dejará en peor estado, condenándolo a morir. A sus oídos llegó un zumbido, apenas alcanzo a mover levemente su ojos para ver un borrón gris con verde, que cortó en dos el aire a su lado, y golpeó su costado con la fuerza de un tren.

Fue doloroso, pero aquello logro moverlo del camino del ataque. En medio del aire, a cámara lenta pudo divisar que había sido. Esa lanza. La lanza de ese niño. Que fue posteriormente partida en dos por el ataque.

- Ups, supongo que golpee con el lado llano, y no el afilado. 

Dijo King apareciendo a un costado de Bardock. Decir que el Saiyajin estaba sorprendido por la intervención, del chico, era decir poco. La mirada de soberbia en el rostro de King era notoria, pero también mostraba inquietud, y no por Bardock.

Su lanza se regeneró, volviendo a flotar a su lado. El Saiyajin soltó una risa. Se intento volver a poner de rodillas, pero su cuerpo le fallo, quedando acostado sobre su espalda y codos apoyados sobre el terreno destruido.

- ¿De donde viene esta lastima? Dejarme morir hubiera sido más inteligente.

King soltó un suspiro, y el sudor en el costado de su rostro se hizo presente, cuando miró de reojo a "Su capitán" era difícil decirle así cuando actualmente estaba irreconocible.

Meliodas los observaba a ambos, con la misma expresión vacía de siempre, pero con un extraño movimiento de cabeza, como un perro intentando escuchar mejor a su amo. Intentando comprender. No había hecho algo así hasta ahora.

- Ahí te equivocas, no me gusta admitirlo, pero quizá seas mi mejor opción justo ahora. 

La lanza se disipo nuevamente en un domo de color verde con patrones circulares despedidos de forma al alzar, que se dispersaban y dividían como si fueran células. En el centro del domo King observaba a Bardock con seriedad.

- No creo que quieras morir...

Sabiendo a donde iba esto y reacio a colaborar Bardock respondió tajantemente.

- ¡Para mi no existiría mayor honor que morir en medio de una pelea!

Obviamente, eso no echo para atrás a King.

- Seguro... Ban esta buscando a la princesa justo ahora, y Diane esta conteniendo a Hellbram y a los caballeros, o mejor dicho ya lo hizo.

Bardock bufó casi escupiendo sangre en suelo, eso solo dejaba más claro que no lo necesitaban. 

- Entonces las cosas les salen bien, no veo porque me necesitarían, y aunque fuera el caso, no los ayudaría.

- Por más fuerte que se haya hecho Diane, no va a querer lastimar al capitán, Ban no puede volver a usar cacería física por un tiempo. Justo ahora eres la mejor opción para detenerlo -Bardock alzó una ceja, entendía de que hablaba, pero era terco por naturaleza. - Está técnica, me permite curarte...

Saiyan: Bardock en Nanatsu no TaizaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora