Desplazamiento Forzado

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- ¿Entonces? ¿Solo se fue sin más?

- Les dije que solo estaría aquí hasta que pagase su deuda... - Alice observó vacilante el pequeño vaso de cristal con alcohol que sujetaba entre sus manos - Aunque no esperaba que fuese tan... Rápido...

Sus amigas la miraron con compasión, y una de ellas (la mayor) colocó una mano encima de su hombro, sonriéndole comprensiva.

- Bueno, poco se puede hacer, no es como si realmente lo necesiten, tu hermano y tú son muy fuertes, no les hace falta ese Bardock...

- ¡Yo tengo una mejor forma de decirlo! - Gritó Mary que se apresuro a ponerse delante de la chica que antes había hablado, moviendo su silla sonoramente por la habitación, la arrastro y tosió para hablar - ¡Fue menos de una semana! ¡Supéralo! ¡Es imposible que te haya gustado tanto! - Las mujeres en la habitación miraban con cierta sorpresa a la rubia, nunca se acostumbrarían completamente a los arranques de su amiga - ¡¿Le mide un brazo o qué?!

Estallaron en risas, conociendo bien a Mary, lo impertinente que puede llegar a ser, todas rieron menos Alice, normalmente se habría avergonzado por las insinuaciones, pero está vez apenas y le presto atención. Su mente estaba en otro lado.

Miraba por la ventana, viendo a su hermano a través de ella, el chico estaba parado frente a un árbol. Sus nudillos estaban vendados, y comenzaban a sangrar, manchando la tela blanca. El rostro adolorido del chico se arrugaba por el esfuerzo, mientras intentaba cerrar sus manos y formar puños nuevamente. Era una posición muy familiar, y el chico era demasiado obvio, como el niño que era, imitaba a su héroe.

Alice entrecerró los ojos con tristeza, antes de hablar, sin despegar la vista de su hermano.

- Yo estoy bien, que Bardock apareciera en el bosque y se fuera, no cambió mucho, además de dejarme un par de monedas más en la mesa... - Hizo una pausa - John... Él... De verdad lo admira, me preocupa lo mucho que logró influenciarlo.

Al terminar de hablar se escuchó un golpe seguido de los graznidos de aves, volando lejos del árbol que John golpeaba, el quejido de dolor por parte del niño no se hizo esperar. Alice cerró los ojos, queriendo apartar los ojos de la escena, al ver como su hermano golpeaba una vez más el árbol, lo había hecho al menos 40 veces en la ultima hora, y ni hablar cuantas habrían sido en los últimos días. Debajo de esas vendas estaban los dañados nudillos de un niño.

Las amigas de la mujer voltearon a ver al muchacho y tan rápido como lo hicieron, tuvieron que desviar la vista. Una de ellas se puso de pie.

- ¡Iré a ver como está!

- ¡Jen espera! - Alice gritó con urgencia - Jonathan no escucha, ya le he dicho cientos de veces que dejase de hacerlo, pero... - La mujer apretó los puños - No escucha, simplemente no quiere escuchar...

- Alice, sé que es difícil de entender, pero no creo que él deba estar solo en un momento así...

Nuevamente la mujer mayor del grupo habló, interrumpiendo a Jenny, alzando su mano. No era muy vieja, pero si mucho más a comparación con las otras. Incluso tenía un hijo, las arrugas ya se le empezaban a notar. 

- Espera. - Aunque su tono de voz era calmado, realmente invitaba a ser escuchado -Por ahora será mejor dejarlo solo. 

- ¡¿De que hablas?! ¡Se esta haciendo daño! ¡No podemos dejarlo seguir Agatha!

La mujer solo sacudió la mano restándole importancia al problema. 

- Por más que se haga daño, es lo que el niño quiere. Hay que esperar a que termine. Entonces podemos hablarle, estará tan adolorido no tendrá más opción que escuchar.

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⏰ Última actualización: Oct 31 ⏰

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Saiyan: Bardock en Nanatsu no TaizaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora