Capítulo 6

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1 Copa coctelera (1era parte)

Seonghwa estaba sentado en silencio, observando cómo Hongjoong, con movimientos cuidadosos y precisos, limpiaba las pequeñas heridas en su rostro. El ambiente en la habitación era tranquilo, casi reverente, como si el mundo exterior se hubiera desvanecido, dejando solo a los dos en ese espacio íntimo.

Los dedos de Hongjoong eran delicados, sosteniendo un algodón empapado en desinfectante mientras lo pasaba suavemente por la piel de Seonghwa. Cada toque era atento, mostrando una preocupación genuina, casi protectora. Seonghwa, por su parte, no podía apartar la mirada de su compañero. Había algo en la concentración de Hongjoong, en la forma en que sus cejas se fruncían ligeramente mientras trabajaba, que lo mantenía cautivado.

Sus ojos bajaron instintivamente a las pestañas de Hongjoong. Eran largas y oscuras, enmarcando sus ojos con una elegancia natural. Seonghwa se encontró fascinado por cómo las pestañas de Hongjoong temblaban levemente con cada parpadeo, cómo proyectaban sombras suaves sobre sus mejillas en la luz tenue dela habitación.

Cada detalle de aquel momento se impregnaba en la mente de Seonghwa: el sonido apenas audible del algodón contra la piel, la cercanía de sus cuerpos, el calor que emanaba del de Hongjoong, y el ritmo pausado de sus respiraciones. A medida que Hongjoong seguía limpiando las heridas con paciencia, Seonghwa sintió que el espacio entre ellos se hacía más pequeño, no en términos físicos, sino en una conexión que iba más allá de las palabras.

Una pequeña humedad se extendió a lo largo de la comisura de sus labios, Seonghwa siseó un poco debido al ardor que le generó el algodón con el que Hongjoong limpiaba la sangre seca,—Lo siento...,— susurro muy cerca de su rostro tan cerca que su aliento cálido golpeó su rostro.

Cuando Hongjoong terminó, sus ojos se encontraron por un instante, y el tiempo pareció detenerse. No dijeron nada, porque no había necesidad. En ese silencio cargado de emociones, Seonghwa entendió algo que las palabras no podían expresar: la intimidad que compartían, la preocupación mutua y la confianza que se habían construido lentamente, a través de momentos como este.

El roce final del algodón contra su piel fue casi imperceptible, pero el impacto emocional de ese instante quedó grabado en la memoria de Seonghwa. Los ojos de Hongjoong eran intensos sobre los suyos, Seonghwa bajo la cabeza rompiendo el contacto debido a la timidez que se instalo en sus mejillas, pero la mano cálida de Hongjoong lo tomo por la barbilla y levanto su rostro haciendo que el contacto visual regresará, —Hongjoong perdóname por venir así, es solo que, yo-yo, no puedo dejar que Wooyoung me vea así, no-no podría, el, además- yo,— sus palabras eran absurdas y no encontraba el hilo de palabras que quería decir.

—Calma, calma, respira, tranquilízate. Ten, bebe algo de agua,— el chico le extendió una botella de agua que había traído de la refrigeradora y que anteriormente le había puesto en la mejilla.

Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Hongjoong, una que Seonghwa le devolvió sin siquiera darse cuenta, porque en ese momento, lo único que existía era la cercanía de sus corazones.

Bebió el agua en silencio pero sentía los ojos de Hongjoong sobre él casi quemándole el rostro, haciendo que cada trago fuera difícil de pasar debido a los nervios; dejó la botella en el suelo y se atrevió a mirar a Hongjoong,—¿Crees que puedas dejar que me quede aquí? dormiré en el sofá y no tocaré nada, yo solo...

Hongjoong frunció el ceño y negó con su cabeza,—¿De que hablas?, no dejaré que duermas aquí, ven,— Hongjoong se levantó y le hizo una seña para que lo siguiera, Seonghwa se levantó siguiéndolo a una puerta que se encontraba del mismo lado donde se encontraba el baño del estudio; la abrió lentamente y susurro un "entra"  haciéndose a un lado, Seonghwa paso por la puerta y vio el enorme lugar al que la puerta daba acceso,—Es mi departamento..., creo que lo mejor es que mi estudio este cerca de mi casa ya que trabajo muchas horas hasta la noche e incluso no duermo a veces por lo que manejar de esa manera seria problemático,— dijo con una sonrisa suave,—Siéntete tranquilo estando aquí, puedes quedarte el tiempo que necesites, aunque si me lo permites, no creo que puedas ocultar esto de Wooyoung por mucho tiempo.

COSMOPOLITANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora