𝘔𝘪 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰 𝘩𝘰𝘨𝘢𝘳

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Un hermoso atardecer caía frente a sus ojos inundando los Verdes pastizales de un tono naranja que combinaba de maravilla con el viento que hacía bailar la hierba alta.

En ese momento, desde la alta montaña, tuvo un minuto de paz, pero él lo sabía, todo era solo una ilusión de la enorme reja que crecía en longitud, abarcando toda el área alrededor suyo, sin dar espacio a la luz por más que trató de correr hacia esta, era privado de esa necesidad, pero la barrera era más rápida que él, de pronto volvió q sentir que tropezó y cayó a un invisible profundo pozo.

Otra vez, diferente pesadilla con un mismo final, él cayendo al vacío.

Volvió en si cuando de repente abre los ojos, cada día con menos entusiasmo, mira alrededor y se da cuenta de donde está en realidad, en el asiento trasero del auto de Stan y cubierto con su propio abrigo que tanto adoraba, por cierto, notó como el vehículo estaba inmóvil y el asiento del piloto estaba vacío, por lo que de un salto por el que golpeó su cabeza con el techo, salió con el corazón acelerado.

- ¡Stanley! - gritó con fuerza ya fuera, encontrando un verde paisaje mañanero, no era tan fantasioso como el de su sueño o eso creía hasta que nota como todo empieza a decolorarse - ¡Stan! ¿¡Donde mierda estás!? ¡Maldita sea! -

- Por el Dios Ajolote ¿¡QUIERES CALLARTE YA, NIÑITA DE PORQUERÍA!? - dió un salto cuando ese reclamo que evidentemente era hacia él, retumbó en un bosque que jamás había visto.

- ¿¡Q-quien está ahí!? - aún con temor, logró modular, pero no recibió repuesta - ¡Oye, sólo busco a mi hermano! ¡No quiero molestar, pero no sé a donde fue! - otra vez silencio, Miró un momento el escenario donde se encontraba, notando como entre el pasto habían unas pequeñas esferas de colores, parecidas a las canicas, como si estuviesen escondidas. Con curiosidad se agachó a recoger una.

- ¡Eh - Eh! ¿Que crees que haces, ser de carne próxima a pudrirse en los siguientes sesenta años? - Ford volteó a la voz que esta vez tenía un emisor fijo, aunque no era lo que esperaba.

- Un... ¿Triángulo... De un ojo? - preguntó en murmuros, a este punto era consciente de que se trataba de una pesadilla, pero esta pesadilla era por lejos una de los más surrealista que tuvo desde que era un niño.

- ¿Un triángulo? - rió imitando la voz del Pines de una rara manera, brillaba y se opacaba a medida que hablaba - no soy "un triángulo"- se colocó de un chasquido su moño en medio de su ser y un elegante sombrero negro, y por último llegó a sus manos un bastón también negro. - Soy todo y nada, cariño - presumió el de un sólo ojo, revoloteando sobre el que consideraba un intruso - En estos rumbos me llaman de muchas formas - con arrogancia, sacó un pequeño papel que desdobló parte por parte, hasta que lo sacudió y el papel se alargó, convirtiéndose en una larga lista que rodó hasta los sin fines del bosque junto a ellos " El demonio, el rey del caos, locura absoluta, un desquiciado, manipulador, mentiroso, desdicha, pena perpetua, sentencia a la vida interplanetaria, destructor de mundos, nacido de desdicha y ¡BLA, BLA, BLA! - Hizo desaparecer la anotación, ya que las demás palabras estaban en idiomas que probablemente harían explotar el cerebro del raro ser que se encontró vagando en su mundo. - Y bueno, ahora si ¿En que estábamos? ¡Ah! ¡Cierto! Deja de levantar esas malditas... Formas sin gracia - arrebató con delicadeza la esfera de los dedos de Ford para tirarla al suelo - Las formas sin gracia merecen estar en el suelo - reprendió con más firmeza al anonadado hombre. -Te puedo preguntar ¿Como llegaste aquí? -

- Ja, ja... Oye, que pesadillas más absurdas estoy teniendo de nuevo - se separó para tratar de relajar la bruma de tanta estimulación - escucha, eh... Como te llames ¿Sabes como puedo despertar? - preguntó al ente quien parecía inspeccionarlo de arriba a abajo, incluso este se atrevió a tomar su mano y examinar su dedo de más.

𝗡𝗼 𝘀𝗼𝗻 𝘀𝘂𝗲𝗻̃𝗼𝘀 [Billford AU] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora