Parte 1. Desolado

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Erase un sol caliente colindando con la luna mas tibia de lo usual, arremolinando a son de cascada el oleaje famelico de la explanada a la insesatez mas profana e insanamente promiscua. Por barandales de la luz del alba filtrandose por el acecho de resquicio cabido en el ventanal, una solapa de fulgor bermellon cernia ante ellos. Desechos en un amor pulcro y vehemente. Distraian el hastio de la rutina en medio de una sesion de besos con sabor a lagrimas de soledad grandiosa.

¿Alguna vez habia sentido todo esto por Izuku? Sus ansias por su piel, su maritimo anhelo de verse concebido en el reflejo lobrego de sus pupilas dilatadas eran un claro sismo en su corazon que se abducia en lo benevolente de la misma palabra, evolucionar. Besaba ahora la cicatriz de su mejilla y la acariciaba con la punta de su nariz respingada como si fuese el hospicio santo al vulnerar la desdicha. Izuku gemia a sus embestidas mientras el profundizaba el tacto a sus caderas lechosas y curvas, dejando un rastro de si mismo en sus frases incoherentes violando las reglas que su orgullo en cordura jamas diria ni en sospecho pensamiento. Indulgente acaricio como un peine blando el nucleo de Izuku que se sentia como un relieve suave y humedo, atesoro la vista concebida a su miserable presencia agotada en lujuria y pecado recien derramado, y entre toda una noche de pensamientos acariciados por el amanecer, resolvio el hacer suyo a Deku, mientras este susodicho lo marcaba en amor y con postura a socavar su espiritu.

¿Como habian llegado a esto? Era un secreto a voces que se amaban, que quiza toda la vida fue su destino terminar asi, enredados al corazon del otro, cada quien con la sortija de sus anhelos en el dedo oscilante al corazon, su vertigo fue claro cuando supo que esta ocasion sería irrepetible, y con el jadeo a sílaba de sus labios lo beso fogosamente mientras se deleitaba del gemir descarado y escurridizo bajo suyo, cerciorandose de que su escencia fuese inolvidable y subyaciera como el velo de un fantasma al amor de su silueta. Habían crecido y madurado tanto... Acaricio su mejilla mientras el cénit los consumía como una fiebre que erizaba sus vellos al orgasmo en un filo de estremecimiento alcanzando la encía de la saciedad.

Por una parte Izuku se sentia desolado puesto que este intercambio se debia a nada mas ni nada menos que algo carnal, o eso suponia el, todo habia ocurrido tan rapido que no tenia idea de comm no intervenir, ademas que no deseaba hacerlo, disfrutar de Kacchan y el fantasma de sus besos con un flagelo de amor insuperable era suficiente para el resto de su vida, solto un suspiro de placer cuando sintio a su amante correrse dentro de el, acaricio su vientre, mientras las piernas le temblaban como el perenne. Ellos eran amigos con derechos, sin embargo todo lo que habia nacido de un acuerdo buscando mitigar la curiosa naturaleza depravada del impulso nacio una sombra estridente y adversa de sentimientos conflictivos que ninguno de los dos estaba dispuesto a enfrentar. Aun si la caverna donde se veria su fusilamiento fuese una fauce adictiva de halito incierto no se habria ni hallaria certeza de nada alguna.

Se miraron profundamente a los ojos. Y tras  brindar su amor incondicional a secreto de cada sello de sus labios, durmieron mientras un sollozo nacia del vacio inaudible.

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No importaba si tenia 23 años de edad siempre iba a ser un bebé lloron por cualquier circunstancia. SIn embargo era de fuerza mayor la que ahora ostentaba entre sus manos titilantes cual estrella remota, asi que ahí estaba Izuku, en la cuarta vez que se cuestiona realmente si fue buena idea pedirle a Uraraka que le acompañase a su cita al doctor, probablemente ahora, siendo él una persona ahogada en lagrimas, no podría influir más que lastima, lamentaba que su amiga le viera en tan deplorable situación, pero es que aún a sabiendas de eso, se necesitaba de alguna humilde alma que le socorriese a no ahogarse entre el lamento usurero valerle el alma, porque no podía evitar que las lágrimas humedecieran sus mejillas con tanto trazo de lastimero convenio, ni eludir que se sentía de pausar el dolor en su pecho incrementar a cada mártir de sus pensamientos, se cuestionaba su futuro, recordando las palabras del doctor con enigmático espanto, y pensando el se hallaba en sus cuestiones más nervudas, pensando en cuan decepcionado estaría Toshinori, y su madre, pensar en el disgusto que cimbraba su imprudencia, oh, pensar, en tanto abandono con sus dotes de abundante tósigo.

Stay Not Alone. BakuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora