Había sido invitada a la casa Madrid, que habían bastantes famosos y tenían un humor bastante zarpado.
En el stream había un chico que me coqueteaba "disimuladamente" y yo solo pensaba en como reaccionaria Maia, mi novia.
Pasaron las horas y terminamos el stream, le hable a ella diciendo que ya estaba yendo.
Cuando llegue a casa, ella me recibió con una cara seria y me acorraló contra la pared poniendo sus manos en mi cintura y acercándose a mi.
– Por qué ese pibe tenia que chamuyarte justo a vos?– dijo con celos.
— No- no se... — hablé algo nerviosa por la posición que me había puesto.
Ella se acercó más a mi para comenzar a besarme bruscamente, seguí el beso y sentí como me iba llevando al sillón.
Se sentó en el sillón y me puso encima de ella, para volverme a besar apasionadamente mientras su mano bajaba a mi zona íntima.
De un movimiento rápido, me saco el pantalón, tirandolo por alguna parte de la casa.
Me saco la ropa interior y sin previo aviso, introdujo dos de sus dedos en mi interior, haciendo que gimiera alto.
Los movimientos rápidos de sus dedos hacían que me la estremeciera contra ellos.
Su otra mano comenzó a subirme la remera mientras los movimientos seguían.
Me saco el corpiño, dejando mis pechos al descubierto.
Su boca fue hacia mi cuello, chupando, mordiendo y succionando, dejando marcas ahí.
Tire la cabeza para atrás, dejando más acceso a su boca. Cosa que ella aprovecho y chupo mi mandíbula.
Sentí como agrego un tercer dedo, haciendo que mis uñas se claven en sus hombros mientras me estremecía gimiendo fuertemente.
– Ma- Mai... – susurré en gemidos.
Ella sonrió un poco y sentí como su lengua se presionaba en mi punto sensible de mi cuello, haciendo que suelte un jadeo acompañado con los demás gemidos.
– No- No puedo- más... – avisé, sentía como me estaba por correr.
Cuando ella escucho eso, comenzó a aumentar los movimientos. Haciendo que mis muslos comiencen a temblar y que se tensaran alrededor de su cintura.
Cuando por fin me corrí, mis piernas temblaron aún más y apoye mi cabeza en su hombro.
Sentí como ella retiraba sus dedos y como se lo llevaba a su boca.
– Dios... me hiciste mierda... – hablé, jadeando un poco por el cansancio.
Ella río un poco y acaricio mi cintura.
– Querés ir a dormir? – pregunto como si nada hubiera pasado y yo asentí.
Sentí sus manos en mis glúteos y como me alzaba, llevándome a la pieza.
Me recostó sobre la cama y fue al closet a buscar ropa. Me dió ropa interior y una remera suya.
Me cambié y ella también, finalmente nos acostamos en la cama. Sentí como su mano iba a mi cintura y me pegaba a ella, yo puse mi cabeza en su pecho y me quedé profundamente dormida.
