Capítulo 1: El Legado de la Reina Blanca

15 1 0
                                    

En un espléndido banquete celestial, la Diosa Celestia observa a los asistentes. Ella observó a un mortal en la tierra, el Rey Ancel II, arrodillado ante un altar en su castillo, eleva sus manos en súplica.

El Rey habla con una voz temblorosa y profunda, Ancel II:"Su Suprema Deidad, me postro ante tu poder, por favor, salva a mi niña. Apenas ha nacido hace 6 meses y suplico tu benevolencia."

Celestia desciende desde los cielos, su rostro resplandeciente y majestuoso. Se manifiesta ante el Rey, su presencia llena el aire con una calma solemne.

Celestia habla con un gesto sereno, Celestia: "La Princesa crecerá, dotada de belleza y humildad, su piel blanca como la nieve, sus cabellos serán igual de blancos. Ella vivirá y solo por causa natural morirá."

El Rey habla con un leve asentimiento y lágrimas en los ojos, Ancel II:"Gracias por su santa benevolencia, oh gran deidad de nuestra religión Ceteista."

Celestia, con un movimiento elegante, presenta dos copas al Rey.

Con una voz firme la divinidad habla, Celestia:"He de entregarte dos copas. La primera, el Agua de la Fuente de la Juventud, curará a tu hija y me entregarás mañana en la noche en el lago de las penumbras. La segunda, un vino eterno, cuyo sabor es exquisito y el vino nunca se acabará. Quien beba de esta copa será maldecido. Esta es una prueba de lealtad para tu dinastía."

Celestia le entrega las copas al Rey.

Veintitrés años después, en el gran salón del trono de Napoule, la Reina Alice, con su piel pálida y cabello blanco, se encuentra en el centro del salón, vestida con elegantes ropas blancas. Un grupo de dignatarios la rodea.

Alice se mueve lentamente hacia su trono, asintiendo mientras escucha a los dignatarios.

El Dignatario 1, con respeto habla:"Su Majestad, el acuerdo con Edenia está casi listo. Solo necesitamos su aprobación final."

La Reina habla con una sonrisa serena, Alice:"Asegúrese de que todos los términos estén claros y beneficiosos para ambos reinos. La diplomacia debe ser meticulosa."

Después de la reunión, Albert Scamenders, el embajador del Reino de Edenia, escribe una carta en su oficina a su Rey.

Albert Scamenders: "He tenido la fortuna de ver a la Reina Alice de Napoule en persona. Las leyendas sobre ella dicen la verdad. Su piel es tan pálida que se compara con el blanco de la nieve. Ella usa maquillaje negro, acentuando aún más su belleza. Su actitud es humilde y bondadosa, pero su presencia tiene un aire de vigilancia pero es una buena persona y es muy habilidosa en la política."

En el salón, Alice continúa recibiendo a una delegación de Edenia. Ella se mueve con una elegancia etérea y escucha con atención.

Delegado de Edenia:"Su Majestad, hemos discutido los términos del acuerdo y estamos listos para su aprobación."

Alice:"Revisaré los detalles minuciosamente. La confianza y la precisión son cruciales en nuestros tratos."

Alice se aleja lentamente de su trono, dejando una estela de misterio y majestuosidad en su estela. La cámara se enfoca en la corona plateada sobre una mesa cercana.

Alice, con una última mirada a la corona dice: "Este símbolo debe reflejar no solo nuestro estatus, sino también nuestra devoción y legado."

Así comienza "La Reina Blanca", donde la belleza y el enigma se entrelazan en una narrativa de poder, misterio y divinidad.

La Reina Blanca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora