Contigo

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La puerta de la funeraria se abrió y el vampiro se acercó a Emz, que parecía pensativa en el dia de ayer en el bar, "Colette exagera" se decía asi misma mientras en su mente se repetia la imagen de Poco riendose con aquel, incluso llevandolo con sus amigos, salió de su mente cuando Mortis le tocó el hombro.

-Emz estaba pensando en salir, ¿vienes? Frank y yo ibamos a ir a comer o algo, y si quieres puedes invitar a tu novio Poco.-

Emz se sorprendió de escuchar a su tío decir eso, solo pudo reír pero sus mejillas se tiñeron de un color rojizo se llevó uno de sus mechones morados detrás de la oreja con la mano.

-Tío, Poco no es mi novio.-

Dijo casi en un suspiro, con algo de pesadez mezclado Mortis se acercó un poco más al rostro de su sobrina como si estuviera examinando, luego abrió los labios con algo de confusión en sus palabras.

-¿Que pasa?, ¿te hizo algo el músico?-

Ella negó con la cabeza, retiró lentamente el tacto que mantenía el vampiro sobre su hombro, luego se sentó en el mostrador de la funeraria, escuchó el sonido de notificaciones en su teléfono.

-Ustedes vayan, iré a ver a una amiga, si no te molesta.-

Mortis asintió y salió de la funeraria junto con Frank, acto siguiente Emz sacó su teléfono y como pudo imaginar eran mensajes de Colette, no pudo evitar traer de vuelta el recuerdo de Poco a su mente, recargó su mejilla en su mano mientras leía los mensajes de su teléfono, eran de la peliblanca, la invitaba a salir y no había forma de que se negara así que fue a arreglarse antes.

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La luz del atardecer estaba saliendo, Poco estaba sentado en su ventana, observando los rasgos de su guitarra, mientras suspiraba, anhelaba una relación amorosa de las que tanto se hablan, ni siquiera sabía en lo que estaba pensando, toda su vida se dedicó a la música y al escenario, claro que siempre tuvo a sus amigos y a la gente que lo admira cerca pero al final del día a veces deseaba sentir una conexión más allá de una simple amistad, una donde pueda contar sus sueños, donde pueda compartir aquellas mañanas de brisa, donde hay una taza de café o chocolate calida y dulce, o tal vez aquellas tardes donde el cielo se tiñe de tonos naranjas y rosados, mientras los últimos rayos de sol tocan la tierra antes de la noche, sus escritos que puede después plazmar en una melodía y tocarla para aquellas personas enamoradas, deseaba poder dedicar toda esa música a una persona que fuera la razón por la que su animo se levanta y hay una sonrisa en su rostro cada noche fría, la razón por la cual se sienta como un adolescente nervioso en su primer beso, esa persona que le haga sentir tanta paz que pueda dormir en su pecho con facilidad, mientras más profundizaba en su mente no había notado que alguien lo llamaba desde abajo, seguía pasando sus dedos por las cuerdas de su guitarra mientras pensaba en la mala suerte que ha tenido en el amor, o tal vez simplemente era que no le había dado una oportunidad, tal vez era solo....miedo.

-¡POCO!-

Dió un ligero brinco, casi cayendo por su ventana por lo cual Surge se asustó y puso sus manos como si quisiera atrapar al mariachi, Poco se puso la mano en el pecho como si se le fuera a salir el corazón y se preguntó si habló en voz alta o algo así.

-No te había visto, perdona...¿cuanto llevas allí?-

-Como media hora...mínimo- Dijo después de suspirar, surge se recargó en un árbol aun mirando a Poco.
-Empezabas a preocuparme, pensé que te habías quedado sordo, ¿vas a bajar o vas a seguir mirándome como si estuvieras infartado?-

El guitarrista comenzó a reír, se alejó de la ventana y bajó al primer piso para salir de su casa e ir atrás donde se encontraba el otro.

-¿Vienes a buscarme para que vaya a el bar a tocar alguna canción?-

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⏰ Última actualización: Sep 20 ⏰

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