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Cuatro días habían pasado

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Cuatro días habían pasado. Cuatro malditos días desde que Yeri decidió ponerle fin a sus encuentros con Renjun. La pobre era un alma en pena por su propia mansión. Jaemin y Lucy la miraban cada vez que salía de su habitación, muy pocas veces al día. Comía sólo por obligación de Jaemin. Se bañaba apenas, por pedido de Lucy. Incluso cuando Yuna llegó de visitar a sus padres se preocupó tanto que durmió sola esa noche, para que Jaemin fuera a cuidar de su hermana, quien estaba peor que con la muerte de su padre, y él lo confirmaba con el paso de los días.

Pero el que no tenía a nadie era Renjun. Perdió peso exageradamente al dejar de comer, su cuarto estaba lleno de botellas de distintos alcoholes, y apestaba como quien no ha tomado un baño en semanas. Chenle iba de vez en cuando a visitarlo y Jeno lo llamaba o mandaba algún mensaje para saber cómo estaba. Ignoraba todo tipo de contacto, no quería a nadie en este momento, solo a su cama y un par de bebidas más. Él no recordaba sus noches, desde aquel día dejó de recordar cosas, tomaba hasta perder el conocimiento desde plena luz del día. Su madre, quién había mejorado mucho, le había dado muchos sermones al teléfono al enterarse de su estado. Si tuviera humor al menos para pelearle a Chenle por contarle, lo haría.

''Jodido sol'' se quejó Renjun volteando en su cama para agarrar la almohada de su lado y ponerla en el rostro, tapando cualquier rayo de luz que se cruzara.

Le dolía la cabeza. Su cuerpo estaba en pleno entumecimiento y su estómago se quejaba por solo recibir agua y alcohólicos. De vez en cuando alguna comida chatarra en las tardes.

''Maldita sea'' maldijo cuando su teléfono comenzó a sonar, su alarma lo despertaba cada mañana con un molesto pitido. Agarró el móvil para apagarla, pero no era una alarma, sino una llamada de un número desconocido. Colgó y lo tiró a un lado en su cama.

Se dio cuenta que no podía caer dormido de nuevo, así que se puso de pie y avanzó a la cocina para buscar un poco de agua. Abrió su refrigerador, se había acabado todo el vodka y la cerveza, volvió a maldecir y agarró su botella de agua para beberla toda de un sorbo. Escuchó su teléfono desde su habitación, esa mierda sí que sonaba alto. Fue subiendo las escaleras hasta llegar al cuarto y ver que la llamada perdida, volvía a ser de ese número.

''¿Quién diablos eres tú?'' preguntó al teléfono y lo volvió a dejar en su colchón para ir al baño.

Azotó la puerta para caminar a pasos rápidos hasta el pie de la cama, su estúpido teléfono otra vez. Lo agarró y contestó por fin. Su voz pobre se escuchaba en un susurro.

''¿Qué?'' carraspeó ''¿Quién es?''

''Buenas tardes, ¿Renjun?'' esa voz era conocida, tal vez no tanto. Pero aseguraba haberla oído antes.

''¿Quién es?'' preguntó de nuevo más fuerte, molesto por no saberlo aún.

''Soy Na Jaemin, el hermano de Yeri'' al escuchar el apellido de inmediato lo supo, aún así el chico le detalló, añadiendo el nombre que tanto extrañaba escuchar ''¿Sigues ahí?'' reaccionó y decidió contestarle.

³𝐈𝐂𝐒𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora