°Capítulo 2: Inicio de la Academia°

21 0 0
                                    

El viento soplaba con fuerza mientras Lilith Shirayuki, conocida por todos como Lilith Alba, caminaba por el antiguo sendero que la llevaría a la Academia Black. El apellido "Alba" había sido un escudo para ocultar su verdadera identidad, un apellido que había sido dado por su abuela para protegerla del mundo exterior. Pero en lo profundo de su ser, sabía que el apellido que resonaba en su alma no era Alba, sino Shirayuki. Lilith Shirayuki, la última descendiente del Clan Shirayuki, una línea de poderosos hechiceros cuyo legado estaba teñido de tragedia y sombras.

La neblina que rodeaba el sendero se espesaba con cada paso que daba, como si el bosque intentara ocultar el camino a aquellos que no estuvieran destinados a encontrarlo. Pero Lilith avanzaba sin vacilar, sus pasos firmes sobre la hojarasca que crujía bajo sus pies. La decisión que había tomado esa mañana en el templo de su abuela era irrevocable. Ya no podía huir de su destino. Tenía que enfrentarlo, no solo por su familia, sino por sí misma.

Mientras avanzaba, el paisaje a su alrededor comenzó a cambiar. Los árboles, que antes parecían amenazantes, se apartaron lentamente, revelando una vasta extensión de terreno que se abría ante ella. La niebla se dispersó, permitiéndole ver claramente la silueta que había estado esperando encontrar: la Academia Black.

La Academia se alzaba como una fortaleza imponente en medio del paisaje, sus altas torres y muros de piedra negra parecían haber sido arrancados de las profundidades de la tierra misma. El edificio estaba rodeado por una muralla formidable, adornada con inscripciones antiguas que brillaban con una luz tenue, apenas visible bajo la luz del día. Las puertas principales, de madera oscura y reforzadas con hierro, se abrían hacia un vasto patio interior, donde una fuente tallada en obsidiana parecía devorar la luz a su alrededor.

Lilith se detuvo un momento, tomando todo el escenario. Había oído historias sobre la Academia Black, un lugar donde solo los más talentosos podían entrar, donde los jóvenes con habilidades especiales eran entrenados para dominar sus dones y enfrentarse a los peligros del mundo. Pero ninguna historia había logrado capturar la verdadera majestuosidad y misterio que emanaba de aquel lugar.

El cielo sobre la Academia estaba nublado, como si incluso el sol se resistiera a penetrar las sombras que la envolvían. A su alrededor, otros estudiantes llegaban, todos ellos con expresiones de mezcla entre asombro y miedo. Algunos susurraban entre ellos, observando la arquitectura imponente, mientras otros se mantenían en silencio, completamente concentrados en lo que vendría.

Lilith avanzó hacia la entrada principal, donde un hombre alto y delgado esperaba a los nuevos estudiantes. Su presencia era imponente, no tanto por su apariencia física, sino por la energía que irradiaba. Vestía una túnica negra con bordados dorados que parecían moverse por su cuenta, y sus ojos, de un gris acerado, observaban a cada uno de los estudiantes con una intensidad que no admitía engaños.

-Bienvenidos a la Academia Black -anunció, su voz resonando con una autoridad incuestionable. Su mirada se fijó en Lilith por un instante, y ella sintió como si esos ojos grises pudieran ver más allá de su fachada, penetrando hasta lo más profundo de su ser. -Mi nombre es Arkhan Valmar, y seré su guía en los primeros días. Aquí, aprenderán a dominar sus habilidades, pero antes de que puedan llamarse estudiantes de esta Academia, deberán demostrar que son dignos de estar aquí.

Lilith se tensó ante sus palabras. Sabía que las pruebas serían difíciles, pero la seguridad en la voz del profesor le hizo entender que subestimarlas sería un error fatal. Los otros estudiantes también murmuraron inquietos, intercambiando miradas nerviosas.

-El camino que han tomado para llegar aquí -continuó Arkhan, señalando la distancia desde donde los estudiantes venían- no es solo un sendero físico, sino también una transición. Atravesaron un espacio entre mundos, un lugar donde la realidad y la magia se encuentran. Este es el último vestigio de la barrera que protege la Academia Black. Aquellos que lograron llegar hasta aquí ya han demostrado un mínimo de potencial. Sin embargo, las pruebas que enfrentarán en las próximas horas revelarán si tienen lo necesario para continuar.

Marca maldita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora