Colette
Cuando me levanté a las tantas, ví que ya no estaba acostada al lado del pelo azabache, si no que estaba en mi cama sola pero bien arropadita. Me negué a que él durmiera frío y sin compañía así que agarré mi manta y me desplacé hasta el sofá acostandome a su lado y tapados con la manta ambos. Luego de eso caí en profundo sueño y unas horas después me veo despertada por una voz ronca y dormida de mi compañero.
— Colette... es hora de levantarse vamos...— él me sacudia con pocas ganas para que abriera los ojos.
— Ugh... cinco minutos más.— dije mientras volvía a cerrar los ojos. Edgar rodó sus ojos y sin pensarlo se levantó y me levantó del sofá cargandome en sus brazos y soltándome bruscamente en una silla al lado de la mesa del comedor.
Sé difumino en la cocina y podía oler a el rico desayuno que él estaba haciendo, huevos fritos y pan con tomate. Media hora más tarde apareció a mi vista de nuevo, sosteniendo un plato de el desayuno mencionado anteriormente.
—Para ti.— dijo el cocinero
Coji el plato sacándole la lengua al pelinegro como burla y lo comí sin remordimientos, estaba hambrienta. Él se sentó a mi lado comiendo una comida la cual también había cocinado él y disfrutamos de la calidez que se formó entre nosotros en un silencio cómodo. Más tarde nos dirigimos a la tienda tristemente a trabajar y nos cayo una tremenda noticia encima.
—Hoy trabajáis jornada completa.— soltó así sin más nuestro jefe
—¿¡Ocho horas!?— gritamos los dos a la par
Ocho horas más tarde...
—Argghhh... me voy a morir... es hora de cerrar ya?— pregunté al emo. Él miró la hora y asentió cansado
—Gracias a dios...— murmuró él
Nos marchamos de ahí, en su moto, como normalmente y fuimos a su casa, ahí me mostro su casa más en detalle ya que no la habia visto muy bien antes y le confesé que me quedé con la duda. En el acto, noté cosas que pellizcaban mi curiosidad como, un cuadro dado la vuelta contra la mesa, tres bufandas exactamente iguales a la que solía llevar, una nevera llenísima de imanes; quería verlos todos y lo último, una pequeña foto de mi, sacada con una polaroid cuando estaba dormida. Le pregunté por cada una de las cosas y me las respondió con normalidad, el cuadro: una foto con su abuela que si miraba le daba mucha tristeza, las bufandas: tejidas por la previamente mencionada, los imanes: viajes a los que han ido sus padres y le regalaron pero lo de la foto no se lo pregunté, no quería saberlo, o talvez si, pero a veces hay que cortarle la lengua al gato porque si no...
—¿Y esa foto que tienes ahí de mi?— se me fue la boca.
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holaa! perdon por tanto retraso, el colegio, las vacaciones... se me juntó el ganado XD, quería subirlo ya perdonen que sea tan cortito intentare hacer uno un poco mas largo la proxima vez la cual no aseguro que sea pronto.
Nos vemos!
Os amo mis locos!
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La estrella que más brilla
FanficEdgar, todos lo tenían catalogado como: "El chico emo". Pero nunca nadie se quiso fijar en su dulce interior. Colette, algo pasó. Una obsesión desde pequeña. Todo empezó coleccionando piedras. Estos dos mencionados, los protagonistas de esta pequeña...