Capítulo 4: El otro Morningstar

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Un día tranquilo en el cielo llegaba a su fin, los ángeles y almas virtuosas caminaban alegremente de vuelta a sus hogares, y un poco apartado la ciudad, entre nubosas colinas, se levantaba una pequeña mansión de tonos blancos y dorados, dentro vivía un ángel peculiar, tenía cabello rubio, una piel increíblemente pálida con dos manchas rojas adornando sus mejillas, vestía un traje blanco tan radiante como todo en el cielo.

Aquel ángel se encontraba limpiando una curiosa colección de objetos que tenía sobre unas repisas, había barcos dentro de botellas, modelos a escala de automóviles de lujo, figuras muy detalladas de personajes de ficción e incluso un pequeño patito de goma que tenía un diseño que se asemejaba a el mismo.

- Reluciente como debe ser - El ángel terminaba su limpieza y se dirigía a su habitación, cambiaría su ropa por una pijama de color celeste con estampado de nubes para meterse en su cama, cubriría sus ojos con un antifaz para dormir y se taparía con sus mantas, finalmente daba un par de aplausos y las luces de la residencia se apagaban.

Sin embargo, cuando estaba a punto de quedarse dormido un sonido de golpes llamo su atención, levantándose lentamente pudo darse cuenta de que provenían de la puerta principal - Pero quien puede ser a esta hora? - Se quitaría el antifaz, se pondría de pie poniéndose unas pantunflas y caminando hacía la entrada de su hogar, al abrir la puerta se toparía con una mujer alta, bastante alta, de cabello rubio, el sabía perfectamente quién era ella - Lilith... Qué haces aquí? -

- Oh ya sabes, solo andaba por la zona y pensé que podía pasar a saludar a mi querido cuñado - Diría la reina del infierno entrando a la residencia de aquel ángel sin siquiera esperar a que la invitaran a pasar

- No te prestaré dinero... - Respondió el ángel provocando risas en la demonio

- Oh Miguel siempre tan bromista - Lilith limpiaba una pequeña lagrima de su ojo - Sabes que no estoy aquí para algo tan mundano, en realidad quería proponerte algo -

- Bien y de que se trata? - Miguel se sentó en uno de los sofás de su casa, invitando a Lilith a sentarse frente a el

- No pensé que estarías dispuesto a escuchar así de fácil - Lilith tomaría asiento mirando al ángel fijamente - En fin iré al grano, quiero que se acaben los exterminios de manera definitiva -

- Esta bien - Se limito a responder Miguel dejando una cara de perplejidad en la demonio

- Que?... -

- Ibas a dar todo un discurso de como nos beneficia a todos porque así también se protege la vida de las exorcistas o que se yo - Explico el ángel - Ahórratelo quieres, esta bien, intentare que lo exterminios se acaben -

- Wow... - Lilith no sabía que responder - Así de fácil entonces... Ya hasta tenía pensado en como iba a convencerte - Mencionaría eso ultimo con una voz algo provocativa

- Si como sea, ya puedes irte -

- No prefieres que me quede un rato - Pero antes de darse cuenta un portal se había abierto debajo de ella llevándolo justo fuera a la puerta de la residencia de Miguel la cual ya estaba cerrada - Supongo que es un no... -




De vuelta al presente, Miguel había irrumpido en la reunión de lo serafines dejando a todos los presentes asombrados pues pocas veces se le dejaba ver - Arcángel Miguel! que significa esto? - Se limito a decir Sera con nerviosismo, estaba claro que el ángel sabía que ella estaba mintiendo respecto al paradero de la comandante exorcista

Hazbin Hotel - Road to RedemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora