Las duras y brillantes luces brillan contra su piel aterciopelada mientras respiraba temblorosamente, deseando poder despertar de esa pesadilla.Diversos demonios enamascados vestidos con costosos trajes de negocios llenan el cuarto oscuro, sus miradas escalofriantes recorrian su cuerpo vestido con lencería como un trozo de carne en exhibición.
Lágrimas contenidas por la humillación se negaban a derramarse por sus mejillas, mientras que el miedo y la rabia recorrían sus venas como un letal cóctel, amenazando con acabar con él. Y por primera vez en su reciente vida infernal, deseaba que así fuera. La dulce agonía de una doble muerte era su única salvación en ese momento.
"No pertenezco aquí." - pensó temeroso, pues horas atrás estaba caminando rumbo a su hogar que compartía con su salvadora Rosie, la dama caníbal que lo encontró en las calles, le ofreció un trabajo como asistente y tratado como un amigo, si bien no tenia entendido la jerarquía del infierno, si sabia que Rosie era conocida como un supremo, un Overlord, aunque no era la única. Solo bastó un descuido, un mandado con el sastre, y al siguiente... Corto el recuerdo antes de llegar demasiado lejos. Reproducir ese momento sólo le enviaba a un torbellino de pensamientos viciosos. Un ciclo trágico del que no podia liberarse.
Sus manos temblaban violentamente mientras agarraba los barrotes de la
jaula adornada por abundantes rosas rojas como si eso lo hiciese verse más llamativo, trató de no hacer el más mínimo contacto visual con aquellos tiburones corpulentos que custodiaban su prisión y también de aquellos que permanecían a su alrededor. Sus miradas lujuriosas recorrían su cuerpo, evaluando todo; desde el tamaño de las piernas hasta la forma de sus sutiles y ocultas curvas, el color del pelaje y cada pequeña "imperfección" si es que existían.Lo veían como si estuvieran mirando un gran premio de algún jodido negocio turbio... supuso que a eso lo habían reducido. Hacer una preciada pieza en una subasta, que sería vendido al mejor postor.
Lo desesperados pensamientos volvieron a tormentarlo, Las repugnantes órdenes que le escupió el pequeño demonio que lo secuestro en la calle, giraban en su mente, "lucha o muere con dignidad." El eco de esa voz odiosa retumbaba en su interior y lo más importante la idea de que haría si uno de estos repugnantes demonios lo arrastrara a su casa, "¿qué debe hacer cuando lo tiren a la cama, le abran las piernas y traten de tomar lo que nunca sería suyo?", La bilis subio a su garganta y lo obligo a tragarla.
La sola idea de que esto se convierta en su nueva vida en sólo cuestión de días era increíble. Se negaba que esto fuese real.
Es sólo una jodida pesadilla.. una pesadilla de la que no puedo escapar.. o despertar..- susurró mientras negaba repetidamente con la cabeza.
Un grueso arnés negro decoraba su cuerpo, comenzando desde su garganta como una gargantilla, viajando sobre sus hombro y su pecho, dándole formas geométricas a su piel terciopelada. Las bandas se ataban alrededor de sus costillas y luego bajan hasta su cintura, conectándose a sus muslos como tirantes. Llevaba una tanga a juego con su cabello rojo recogido hacia atrás en un intento de coleta ajustada para completar el look.
"¡despierta!..¡despierta!.. esto no me puede estar pasando.."
La primera noche que estuvo cautivo, le inyectaron un líquido extraño que lo imposibilitaba a usar su poderes de sombra, luego lo arrojaron a una celda fría y oscura, los gritos distantes de otros prisioneros de su misma clase lo adormecieron y lo condujeron a un sueño intranquilo.
Horas más tarde despertó sobresaltado cuando le arrojaron un balde de agua helada sobre la cabeza y mientras gritaba enfurecido un par de maldiciones, un grupo de pequeñas imp se encargaron de quitarles sus ropas. Sus manos estaban sobre él, frotándole, limpiandolo y catalogando cada una de sus cicatrices.
El miedo a lo desconocido se apoderó de él. ¿Qué estan haciendo?, ¿Quien está a cargo? ¿Qué quieren de mí? ¿Dónde estoy? ¿Que es este lugar?.
Nunca habia sentido tanta nostalgia y añoranza a la seguridad y calidez del hogar de rosie. Se dijo a si mismo que esto debía ser un juego enfermizo de algún imbécil que se complacía en encerrar a jovenes omegas en sucias celdas por propio placer.
Algún fetiche extraño que lo llevaba a estar parado en ese momento en una jaula de rosales como un peón de algun juego. Miró relativamente, habia al menos otros cuatro o cinco omegas, cada uno encerrado en jaulas diferentes y vestidos igual que él (tacones y maquillaje barato) todos bajo la atenta mirada del imbécil a cargo, aquel imp de aspecto mafioso al que llamaban Crimson.
"En el momento en que tenga la oportunidad, te cortarle el cuello bastardo." - juro el ciervo apretando sus puños.
🔸🔸🔸🔸
La habitación era como una especie de almacén subterráneo adornado con una barra metálica y sofás antiguos. Los Alfas invitados permanencian en cada espacio disponible, sus miradas recorrían con interés a los omegas enjaulados. Sus trajes de diseñador y sus costosos Rolex advirtieron a alastor que eran de esa clase de alfas que no estaban acostumbrados a la palabra "NO".
Algunos eran mayores, probablemente buscando uno o una omega que les chupe la polla porque sus esposas ya no lo hacían. En contraste, otros son más jóvenes, con miradas repugnantes. La nueva generación de violadores infernales que compran demonios como si fuera un deporte de élite y se jactan con un vaso de whisky que lo hicieron.
"¿Es ésto lo que va a ser mi vida? ¿Seré como una puta comprada para un Alfa siniestro? "- se dijo mientras suspiraba, levanto nuevamente la vista para mirar más allá de los presentes, y concentrarse en lo más importante, la habitación.
Había cuatro salidas, dos de las cuales ya habia bajado y solo conducían a unos profundos túneles conectados entre sí, un lugar al que no planeaba volver nunca más. Las dos salidas restantes están al otro lado de la habitación, casi el punto más alejado de él.
Uno estaba vigilado y lo utilizaban como entrada principal. Unas escaleras empinadas conducían a la puerta de metal, donde un enorme tiburon corpulento vigilaba lo que ocurría, como un especie de guardia de seguridad. De vez en cuando, se vuelve hacia la puerta, marca un nombre y permite que otro imbécil entre a la guarida de abajo.
La salida final está detrás de la barra con un conjunto idéntico de escaleras que conducen a la puerta. No está vigilado, pero con los pesados candados y cadenas, está claro que nadie escapará por allí esta noche.
Regreso su mirada a los otros omegas, que también miraban a su alrededor, tal como lo hizo él, solo que con más derrota en sus ojos. Todos sabian que las posibilidades de salir de ahí son inexistentes. Y odiaba admitirlo pero tenían razón.Pronto un viejo asqueroso con mascara se acerca a su jaula, su mirada tan repugnante recorrió su cuerpo de arriba abajo mientras sus ojos se llenaban de hambre. Alastor apostó de inmediato a que era un director ejecutivo de alguna empresa de mierda en el infierno.
¿Cómo te llamas, niño?- retumba, su tono profundo hace que se le ponga la piel de gallina, pero no lo refleja.
Lo mira fijamente y le señala la placa con el nombre en la esquina superior de su jaula. -¿Qué? ¿No sabes leer?- Cuestiono molesto el anciano demoniaco.
Su mirada se dirige a la placa de identificación que fue señalada, refunfuñando en el acto, probablemente no estaba acostumbrado a que un omega "corriente" lo obligará hacer algo.-¿ROSA?- dice con más que burla.- Tú y yo sabemos que ese no es tu verdadero nombre, ya dime ¿Quién eres?.
Una sonrisa aparece en los labios del pelirrojo y le deja ver exactamente con qué tipo de Omega estará tratando en caso de que no lo deje en paz. Agarrando las barras, el ciervo se inclina más cerca, observando la forma en que sus ojos se llenan de vacilación. - Soy tu peor maldita pesadilla anciano.
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La Jaula de Rosas y Espinas [Appleradio] Au
FanficMetido en una jaula de rosas y despojado de su dignidad, fue subastado al mejor postor, pero nunca imagino que terminaría la noche de esa manera, siendo la propiedad de aquel poderoso demonio. 🔸Romance Oscuro/Drama. 🔸Appleradio 🔸Hazbin Hotel AU ...