Epílogo

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A medida que los días se fundían en el cálido abrazo de junio, Harry se encontró en una encrucijada

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A medida que los días se fundían en el cálido abrazo de junio, Harry se encontró en una encrucijada.

El primer año de universidad había culminado con un crescendo agridulce que lo dejó suspendido entre la anticipación y la inquietud. La agradable brisa de Inglaterra susurraba promesas de cambio, mientras el sol se demoraba como si se resistiera a despedirse de otro capítulo.

En medio de los pasillos silenciosos y el susurro de los bolígrafos, el examen final de Harry había marcado tanto un final como un comienzo. La sala, adornada con las cicatrices de innumerables exámenes anteriores, parecía más fría que nunca cuando dejó el bolígrafo. Sus compañeros de estudios, un cuadro de rostros jóvenes marcados por el peso de la incertidumbre, reflejaban sus sentimientos.

Hasta entonces, su vida había sido una danza meticulosamente coreografiada, cada paso cuidadosamente planeado según una rutina bien practicada. Desde su apariencia hasta sus palabras, cada detalle había sido orquestado para guiarlo por un camino predeterminado.

Pero ahora, un atisbo de rebelión surgió dentro de él, un sabor de la libertad que había vislumbrado a través de una ventana abierta.

En ese frágil momento de vulnerabilidad, el corazón de Harry se debatía con la sombra de una posibilidad: una vida sin expectativas, una vida en la que pudiera ser libremente él mismo. Era una visión audaz que lo emocionaba y lo aterrorizaba al mismo tiempo.

El encanto de una existencia diferente bailaba ante él, susurrando promesas de liberación.

Louis, una figura que había capturado sus sueños y llenado sus diarios, se alzaba como un faro de deseo inalcanzable. Harry sabía que las probabilidades estaban en su contra, la realidad del afecto no correspondido era una píldora amarga de tragar. Sin embargo, en los rincones de su imaginación, se atrevía a soñar, se atrevía a esperar que el destino pudiera reescribir el guión a su favor.

Guiado por la sabiduría de su madre, los ecos de sus palabras tranquilizadoras encontraron consuelo en el alma de Harry. El dolor, había dicho ella, era un peso que valía la pena soportar, porque traía consigo lecciones y crecimiento. Y en esos momentos en que el dolor fuera demasiado, ella estaría allí, una presencia firme para curar su espíritu herido.

A medida que pasaban los días, Louis guardaba sus pertenencias y la habitación que había sido el santuario de Harry se transformó en una caverna de recuerdos. Cada libro, cada baratija, todos eran símbolos de un pasado que era a la vez conmovedor y necesario. Y a medida que el baúl de Louis se llenaba, también lo hacía el corazón de Harry con un dolor que desafiaba toda explicación.

Tal vez no comprendiera del todo la naturaleza de sus sentimientos por Louis y tal vez nunca llegara a comprender la profundidad de sus emociones, pero en ese espacio entre el dolor y la esperanza, había aprendido que la vida era un tapiz tejido con momentos hermosos y dolorosos, y que él podía abrazarla y desenredarla.

I Would Rather Go Blind ෆ TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora