Capítulo 4: Emborracharse

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Al ver la expresión en blanco de Thea mientras lo miraba, Malcolm, con años de experiencia, no supo qué decir para aliviar la atmósfera incómoda. A pesar de su naturaleza habitualmente elocuente, ni una sola palabra podía salir de su boca. ¡Maldijo en silencio su falta de vocabulario!


Quería preguntarle si había algo mal con Thea, si había escuchado algo. Pero al ver su expresión aturdida, hasta un tonto sabría que había escuchado todo lo que no debía. ¡Se arrepintió con entusiasmo de haber venido a la casa de la Reina hoy para proponerle matrimonio! ¿Por qué no investigó de antemano? ¡Con sus habilidades de recopilación de información, definitivamente podría haber descubierto esta verdad! Ni siquiera podía atreverse a hablar de ello ahora.


Thea sintió que su vida ahora estaba completamente a salvo y casi podía dar por terminado el día. Mantuvo su expresión en blanco, su rostro se sentía rígido. Quería exprimir algunas lágrimas, pero al carecer de habilidades de actuación, no pudo producir ninguna. Todo lo que pudo hacer fue un profundo suspiro antes de darse la vuelta y huir rápidamente.


—Thea... —gritó Moira con voz ronca desde atrás. Thea solo podía disculparse con Moira en su corazón por usar su amor para su propio beneficio. Con suerte, podría compensarla en el futuro.


Al salir corriendo de la casa, Thea encontró un lujoso bar y procedió a representar el segundo acto de la doncella fugitiva: ¡emborracharse!


A Thea no le preocupaba que se aprovecharan de ella. En un lugar tan lujoso, el dueño del bar debía tener conexiones intrincadas con Malcolm tras bastidores. Por el contrario, los bares más pequeños eran más peligrosos. Sus sospechas resultaron ser correctas, ya que este bar era propiedad de los hombres de Malcolm. Eran del tipo acérrimo y el jefe les había ordenado que cuidaran de la chica. Malcolm había repetido esto varias veces, asustando al dueño del bar casi hasta el punto de que trató a Thea como a su propia madre. Organizó a varios hombres corpulentos con músculos gruesos para que se pararan a su alrededor como escudos humanos, asegurándose de que miraran hacia afuera para evitar intimidarla.


También le ordenó al DJ que cambiara a una canción más suave. El DJ parecía desconcertado, pero las órdenes del jefe debían ser acatadas. ¿Y si el cliente no estaba satisfecho? ¡Mala suerte! El dueño del bar estaba demasiado preocupado como para atender a los clientes él mismo. ¿Y si el lugar no estaba lo suficientemente concurrido? El jefe se puso en contacto rápidamente con todos sus familiares para que vinieran. Mientras bailaban al ritmo de la suave canción, giraban la cintura y sacudían la cabeza frenéticamente, creando una atmósfera salvaje.


"Jefe, ¿qué bebida deberíamos servirle a esa chica?", preguntó el aprendiz del barman, acercándose corriendo.


El dueño del bar dijo con tristeza: "¡Muestra algo de respeto y llámala dama! ¿Entiendes? Dílo de nuevo"


El aprendiz sospechaba mucho que el trastorno bipolar avanzado de su jefe había estallado hoy, pero al ver la expresión de su jefe, bajó la cabeza obedientemente y dijo: "Sí, jefe. ¿Qué bebida deberíamos servirle a esa dama?"


Esta pregunta dejó perplejo al dueño del bar. ¿Deberían servir licor fuerte? Sería conveniente que la chica se desmayara después de dos tragos, pero sería perjudicial para su cuerpo. ¿El gran jefe apreciaría cómo trataba a su objetivo? Este método parecía conveniente y eficiente, ¡pero conduciría a un final desastroso para toda su familia!

DC: La anomalía QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora