El destino a veces suele ser cruel.
En su vida anterior fue un cazador de demonios y no uno cualquiera: él era un Pilar.
Aunque antes de eso fue un joven muy feliz junto a su familia, familia que eventualmente perdió por culpa de los demonios.
Tiempo después conoció a un chico que se convirtió en su mejor amigo, pasaron por lo mismo así que fue fácil entenderse y llevarse bien hasta el punto de considerarse hermanos.
Y otra vez, cuando a pesar de todo era medianamente feliz, un demonio le arrebató a quien fue su mejor amigo, su soporte y su única familia.
Entreno duro para matar a esos demonios que tanto daño le hicieron a él y a muchas personas más hasta que logró obtener el rango tan anhelado por muchos; el de un Pilar.
Allí conoció a talentosos chicos y chicas, que como él, tienen sus propias historias y motivos para estar en donde están.
Estuvo tan enfocado en entrenar que olvido como socializar, muchas veces quiso halagar a sus compañeros, pero fracasó ya que sus palabras eran muy fáciles de malinterpretar y parecía más que los insultaba.
Esto claramente no lo notaba y es más, creyó que a la Pilar del insecto le agradaba y se enfoco en tener charlas con ella de vez en cuando para conocerse mejor.
A la chica al principio no le caía bien el joven debido a sus comentarios y por esa razón sin ningún reparo le repetía que todos lo odiaban, pero al convivir más tiempo con él en misiones pudo conocerlo mejor y esa frase se volvió solo un motivo para molestarlo, ya que no era del todo cierta porque ella ya no lo odiaba.
Más bien, poco a poco se fue enamorando y trato de hacérselo saber sin éxito, así que prefirió ocultarlo y seguir siendo solo amigos que compartían agradables charlas o simplemente disfrutar la compañía del otro.
Cuando ella murió en la batalla contra la Luna Superior dos no tuvo tiempo de nada. Una vez que todo pasó, en la soledad de su habitación lloró como no lo había hecho en años.
Él la amaba y nunca tuvo el valor de decirlo por miedo a perderla, porque estaba seguro de que ella lo rechazaría y se distanciaría.
Si tan solo los dos hubieran tenido el valor de confesar lo que sentían, quizás en algo hubiese cambiado su historia...
Pero como dije al principio: el destino a veces suele ser cruel.
No, aquí no termina esta historia, oh no.
Estos jóvenes después de más de cien años pudieron reencarnar y se volvieron a encontrar.
Aquí es donde les tendría que contar que se volvieron a enamorar y ahora son felices.
Pero no.
Porque ya saben: el destino a veces suele ser cruel.
Ella tenía 11 años y él 18 cuando se encontraron por primera vez en esta vida.
¿Y saben qué es lo peor de todo?.
Que por alguna razón el pelinegro conserva los recuerdos de su vida pasada y por ende los sentimientos hacia esa chica de ojos violeta.
Una vez que ella cumplió la mayoría de edad él quiso tener un mayor acercamiento pero solo consiguió su amistad y nada más que eso.
Actualmente ella tiene 23 y él 30.
En estos 5 años de amistad tuvo que soportar verla salir con otro chico - que por cierto era de la edad de ella - y lo malo es que no podía odiarlo porque lo conocía de su otra vida, sabía que la haría feliz.
No se equivoco en lo absoluto con ese chico, luego de dos años y medio de noviazgo le propuso matrimonio en su cumpleaños número 22. Ella aceptó sin dudarlo.
Y ahora, un año después de la propuesta, la observa con un hermoso vestido blanco, sonriéndole a su reflejo en aquel gran espejo de la habitación y reflexiona.
En esta vida pudo volver a ver nuevamente a su familia, tiene de vuelta a su mejor amigo con él y con eso debería ser más que suficiente, ¿cierto?.
Si, de hecho así es, esta feliz por la nueva oportunidad en un mundo sin demonios.
Y aunque tuviera la oportunidad de cambiarlo todo porque tan solo ella lo recuerde y decida no casarse, no lo haría porque con aquél hombre es feliz y seria incapaz de hacerle eso a la mujer que tanto ama.
- Ya casi es la hora hija. - el padre de la novia entra junto a dos chicas más.
- Shinobu, te ves hermosisima amiga. - una bella chica de ojos verde-lima hablo con emoción.
- Es verdad hermana, te ves preciosa. - la mayor de las hermanas Kocho la observa con ternura. - ¿No lo crees, Giyuu?.
-... Si, se ve realmente bella.
- Gracias a todos, de verdad me hace muy feliz tenerlos aquí conmigo en un día tan especial como este. - unas pequeñas lágrimas rodaron por sus mejillas haciendo que su maquillaje se corra un poco.
Las féminas se alarmaron y echaron a los hombres de la habitación para arreglar el maquillaje de la novia.
Sin más nada que hacer allí, el ojiazul se fue a sentar con los invitados de la boda a esperar que empiece.
Música comenzó a sonar, los invitados se pusieron de pie y miraban como ingresaba la novia del brazo de su padre, mientras frente a ellos una pequeña peliblanca pasaba tirando pétalos rojos.
Tomioka intercala su mirada entre la novia que se acercaba al altar y el novio que la esperaba allí, con una gran sonrisa y en sus ojos pudo notar el amor que siente por ella, el amor que él también siente por ella.
La ceremonia pasó sin ningún inconveniente y al momento de los votos su corazón se rompió en mil pedazos, cosa que Tanjiro que estaba junto a él notó y solo le puso una mano en el hombro en señal de apoyo , le agradeció con la mirada y volvió su atención a los ahora esposos, dándose un tierno beso.
El destino a veces suele ser cruel.
Y esta vez le tocó a Giyuu Tomioka aprenderlo.
《🥀》
¡Hola gente!
Hace tiempo quería escribir algo de ellos, aunque no es lo que esperaba pero estoy satisfecha xd.
Se que es una historia corta, pero decidí dejarla hasta ahí.
Me dolió y eso que yo lo escribí 🥺.
Voten y comenten su opinión, saben que eso me alegra y motiva a escribir.
¡Chau gente!.
×Atte: Kashiro-san.
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•》El Destino A Veces Suele Ser Cruel 《•
Short StoryEn esta nueva oportunidad logró tener a sus seres queridos a su lado. Pero no siempre todo puede ser perfecto. Porque... El destino a veces suele ser cruel.