4. Confesiones

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4. Confesiones
7 DE ENERO DE 2009 (27 AÑOS)

Caminé a lo largo del muelle por lo que parecieron horas, hasta que en algún punto encontré un camino de luces formado por unas muy particulares linternas.

Sonreí al notar la belleza del paisaje y al recordar las tantas veces que de niña pensé en vivir una experiencia similar, pero que nunca creí poder vivir y que ahora se me hacia difícil creer que de verdad vivenciaba tales cosas.Era como estar en un mundo paralelo o algo así.

Llegué al final del camino y allí me encontré con Dominic, sentado en una mesa justo al final del camino de tablas que estaba sobre el mar. Una vista extraordinaria y un poco extravagante.


               - Así que este es el sitio al que querías traerme.
               - Esperaba poder llamar tu atención de esta forma - se rió suavemente - y de paso celebrar tu cumpleaños.


Simplemente lo miré. Asombrada por la cantidad de cosas que parecía saber repentinamente sobre mí.


           - ¿Cómo lo supiste? - pregunté sin poder salir de mi asombro.
           - ¿Que cumples en dos días? - sonrió como diciendo "yo sé algo que tú no" - supongo que fue suerte.
           - Muy bien. Suerte. - Lo miré sabiendo que debía tener un muy buen informante o algún tipo de registro de mí.
           - Siéntate, ya la comida debe estar llegando pronto. Pedí algo que espero y te guste.
           - ¿Qué pediste de comida?
           - Es una sorpresa hasta que la comida esté puesta frente a ti.


Lo miré esperando que realmente haya pedido algo que comería puesto que era realmente exigente con mis comidas.
Mi madre siempre decía que era un martirio sacarme a comer, pero lo hacía con frecuencia y siempre sabía que pedir por mí. Como lo sabían todas las personas que me rodeaban normalmente.
Yo era, al parecer, muy predecible con las pocas comidas que me atrevía a comer fuera de mi casa.


               -Muy bien. Pero debo avisarte que soy muy exigente con mis comidas y al parecer difícil de complacer - sonreí recordando eso de mi madre. La visitaría en cuanto terminaran mis vacaciones.
              - Eso está bien. En ese caso somos dos. - Se acercó como si fuera a contarme un secreto - Yo también soy realmente exigente con mis comidas. Es como si nada pudiera complacerme, pero este sitio tiene excelentes cocineros, así que está bien variar un poco.
              - Bueno, tendré que creerte. - Sonreí


La comida finalmente llegó. Era una lasaña que lucía increíblemente deliciosa y olía de esa manera.
Decidí probarla y definitivamente era algo que me daría el gusto de comer cada día de mi vida si fuese posible.


              -No puedo creer lo deliciosa que está. - Me deleité con su sabor - Elegiste muy bien.                                       - Gracias - Sonrió de tal manera que parecía que fuese a darse palmaditas en el hombro.


Terminamos de comer en completo silencio, simplemente degustando la comida. Al finalizar comenzamos a caminar por la playa con los pies descalzos.


            -Tú sabes algunas cosas sobre mí, pero yo no se nada de ti mas allá de tu nombre. - Comenté, esperando que comenzara a relatarme su biografía.
           - No hay mucho que decir sobre mí. Tengo 30 años. Nací y crecí en Italia, pero mis padres son de Grecia. Hace cinco años heredé el necio familiar, puesto que mi padre comenzó a tener problemas de salud que lo tuvieron en coma varios meses y hasta ahora no ha podido recuperarse de ellos y me da la impresión de que no lo hará nunca.
           - Muy bien. - Pensé en qué decir - ¿Que tal tu futuro?
           - ¿Qué pasa con mi futuro?
           - ¿Cómo te ves dentro de otros cinco años, diez, veinte?
           - Como un hombre de negocios, que ha logrado hacer de su empresa una importante en el mercado laboral.
           - ¿Hijos? ¿Tal vez una esposa? - pregunté curiosa - he escuchado que los griegos valoran mucho lo que es la familia.
           - No soy griego. Soy italiano.
           - Pero tus padres son griegos y debieron enseñarte sobre su cultura. Algo tuvo que pegarsete de ellos.
           - No me veo precisamente como un padre de familia, no creo que esté hecho para eso. Y tú?
           - Me veo como la dueña de mi propio consultorio clínico, tal vez con suerte de un hospital. Siempre he querido independizarme y definitivamente amo estar en el hospital. Hay personas que odian los hospitales, pero para mí tienen algo especial. - Sonreí - después de todo es el sitio donde suelen salvarse muchas vidas.
           - Y qué pasa con la familia?
           - No puedo tener hijos. Lo más que espero es lograr adoptar un bebé en un par de años más. Con suerte conoceré a alguien en un par de años que soporte el hecho de que mi trabajo es traer personas al mundo y cuidarlos desde antes de nacer y que por consiguiente debo estar constantemente en el hospital haciendo turnos.
           - ¿No puedes tener hijos?
           - Soy estéril. Lo descubrí mientras estudiaba medicina en la universidad. En clase de embriología el profesor quiso que donáramos óvulos y espermatozoides a un banco especializado. Para ello debía hacerme un par de exámenes médicos para definir el estado de mis óvulos. Los resultados demostraban que para mí es casi imposible tener hijos.


Le miré con lágrimas en los ojos por lo amargo del recuerdo.
Dominic me jaló hacia él y me abrazó de tal manera que me resultaba relajante.


HOLA A TODOS! Siento haber tardado tanto en subir cap.
Creo que Dominic se comportó como todo un caballero en este cap y por ello merece un aplauso ;) 

Gracias por su paciencia, realmente no ha sido sencillo para mí el sentarme a escribir en este tiempo y espero que comprendan eso.

Muchísimas gracias por sus maravillosos comentarios y votos, Ya saben que es todo un placer hacerles partícipes de mi loca mente... ¡Hasta el siguiente cap.!

The Lost Daddy Of My Baby (libro#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora