Capítulo 28

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No supe cuánto tiempo estuve inconsciente, lentamente fui abriendo mis ojos tratando de enfocar mi vista, miré a mis alrededores reconociendo la habitación

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No supe cuánto tiempo estuve inconsciente, lentamente fui abriendo mis ojos tratando de enfocar mi vista, miré a mis alrededores reconociendo la habitación. Seguía allí, en aquel cuarto desconocido.

Unas manos frías se encontraban sobre mis tobillos, entonces noté que se trataba del pelinegro, portaba una camisa blanca manga larga acompañada de un pantalón negro. Traía el cabello suelto el cual caía con gracia sobre sus hombros, su mirada me enfocó al instante, no tuvo ningún tipo de reacción. Se encontraba serio.

De pronto los recuerdos volvieron a invadirme, recordé lo que había hecho antes de desmayarme y sin esperar mucho tiempo me senté sobre la cama sintiendo la rabia recorrer cada poro de mi piel. Contuve un quejido debido al movimiento tan brusco.

El alfa estaba arrodillado sobre la cama sosteniendo mis piernas, fui consciente de que no traía nada, esta vez estaba semidesnudo, portaba solo una prenda íntima que cubría mi miembro el cual se encontraba erecto.

—Despertaste más pronto de lo esperado— mencionó sin borrar la seriedad de su rostro.

Sin pensármelo mucho lo primero que hice fue acercarme hacia su cuerpo y propinarle un golpe en el rostro que lo dejó desubicado, se tocó la mejilla con el dorso de su mano sin terminar de asimilar lo que había sucedido.

—¡¿Qué mierda me hiciste?!— le grité enojado dispuesto a darle otro golpe pero fue más rápido y me sostuvo los brazos.

Quise soltarme de su agarre pero evitó que lo hiciera en el momento en el que me recostó sobre el colchón y se subió sobre mí, aplastando mi cuerpo con el suyo. No soltó mis manos para nada mientras respiraba agitado.

—¡Suéltame, Kai!— volví a gritar viéndolo con rabia.

—¿Enserio no te lo imaginas?— preguntó sin dejar de verme con el ceño fruncido

Al ver la expresión de enojo que tenía en la cara apretó los labios —Relájate. Solo hice lo mismo que la otra vez.

Apreté mi mandíbula con fuerza dejando de removerme para iniciar una guerra de miradas con el pelinegro, el lugar donde lo había golpeado estaba un poco rojo.

Por algún motivo estaba respirando de manera acelerada, giré mi rostro para mirar hacia la ventana que daba vista al balcón notando que el cielo se encontraba oscuro.

—¿Cuánto tiempo estuve dormido?— le pregunté con desdén.

—Dos días nada más— respondió para acercar su rostro al mío y depositar un beso en mi frente. En cuanto hizo aquello alejé la cabeza de forma brusca.

—Quítate— solté firme.

—No creo que sea buena idea— se opuso.

Giré los ojos con molestia.

—Me duele todo el cuerpo, Kai— lo miré con irritación.

El alfa se quedó pensando sobre si separarse de mí o continuar en esa posición, comprendía qué era lo que le preocupaba, por supuesto que temía que volviera a pegarle y la verdad era que quería hacerlo.

ENAMORADO DEL ALFA KAI © [ Libro 1 De La Bilogía Kai ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora