♖The Night of the royal arrival♖
El cielo de Copenhague estaba despejado, y un suave viento soplaba por la ciudad, anunciando la llegada de un día importante. En el aeropuerto real, la bandera danesa ondeaba junto a la bandera belga, mientras la pista se preparaba para recibir a sus distinguidos invitados. La familia real de Dinamarca, junto al conde James, se encontraba lista para dar la bienvenida a la familia real belga.
El rey Felipe de Bélgica, descendió del avión con paso firme, seguido de cerca por la reina Matilde, siempre elegante. Detrás de ellos, el príncipe Gabriel, sonreía mientras bajaba las escaleras del avión, ansioso por la visita que tenía por delante.
Esperándolos en la pista de aterrizaje estaban el rey Frederik y la reina Mary de Dinamarca, acompañados de sus hijos, el príncipe Christian, la princesa Isabella, y los mellizos, el príncipe Vicent y la princesa Josephine. A su lado, el conde James de Wessex se mantenía erguido, representando a la familia real británica.
El primer en dar un paso adelante fue el rey Frederik, quien extendió la mano con una sonrisa cálida.
-Es un honor recibirlos en Dinamarca, Felipe. Bienvenidos
El rey Felipe le devolvió la sonrisa mientras estrechaba su mano.
-El placer es nuestro, Frederik. Siempre es un gusto visitar este hermoso país.
Las reinas, Matilde y Mary, intercambiaron saludos cordiales, comentando brevemente sobre lo maravilloso del clima danés. Mientras tanto, los jóvenes de ambas familias se saludaban con menos formalidad pero con igual calidez.
-Gabriel-dijo Christian con una sonrisa mientras estrechaba la mano del príncipe belga. -Es bueno verte. ¿Cómo estuvo el viaje?
-Tranquilo, pero largo,-respondió Gabriel, devolviendo la sonrisa. -Estoy deseando aprovechar estos días aquí.
James, que había observado el intercambio, se acercó a Gabriel.
-Parece que tendremos bastante que hacer durante tu visita. Estoy seguro de que Christian y yo podremos mostrarte lo mejor de Copenhague."
Gabriel asintió, agradecido por la hospitalidad.
-Me encantaría. Siempre es un placer descubrir más de este país.
Mientras tanto, Isabella y los mellizos, Vicent y Josephine, observaban con curiosidad, emocionados por la llegada de la familia real belga.
Tras los saludos iniciales, el grupo se dirigió a los coches que los esperaban. Sería un día largo, lleno de actividades diplomáticas y sociales, pero el ambiente entre los jóvenes ya comenzaba a relajarse. El príncipe Christian y el príncipe Gabriel, quienes compartían una amistad naciente, caminaron juntos mientras comentaban sobre los próximos eventos en la agenda.
-¿Tienes algún plan después de todas las formalidades?- preguntó Gabriel, mirando a Christian con una sonrisa que sugería que ya tenía algo en mente.
Christian se encogió de hombros, pero sus ojos brillaban con entusiasmo.
-Tengo algunas ideas. Quizás una cena en un lugar más informal o un paseo por la ciudad. Algo diferente a lo que estamos acostumbrados.
James, que había estado escuchando, intervino.
-Cuenten conmigo para lo que planeen. Después de toda esta ceremonia, será bueno relajarnos un poco.
Gabriel rió suavemente, sintiendo la camaradería entre los tres.
-Definitivamente me apunto.
Mientras los coches se ponían en marcha, el grupo sabía que los días venideros no solo serían diplomáticos, sino también personales. Para Christian y James, era una oportunidad de fortalecer sus lazos con Gabriel.
El ambiente estaba lleno de posibilidades, y aunque las formalidades dictaban su agenda oficial, todos sabían que los momentos más memorables serían aquellos pasados fuera del protocolo.
La tarde en Copenhague era cálida y luminosa, perfecta para un paseo por la ciudad. Gabriel, decidió aprovechar el tiempo libre para comprar un ramo de flores. Sabía exactamente para quién serían, y una sonrisa se formó en sus labios mientras seleccionaba cuidadosamente cada flor. Quería que fueran perfectas.
Cuando regresó al palacio, llevaba un imponente ramo de flores en sus brazos, una mezcla vibrante de lirios de valle, y tulipanes que casi parecían brillar bajo el sol. Al entrar, se encontró con Christian, quien estaba a punto de salir.
Christian se detuvo al ver a Gabriel con el enorme ramo y levantó una ceja, curioso.
-Vaya, ¿a quién planeas impresionar con ese ramo?
Gabriel sonrió, ajustando ligeramente las flores en sus brazos.
-Son para Mary-respondió con naturalidad, como si fuera lo más obvio del mundo.
La sonrisa de Christian se desvaneció por un breve momento, aunque intentó ocultar su incomodidad tras una expresión neutral.
-¿Para Mary?- repitió, con un tono que intentaba no sonar demasiado sorprendido.
Gabriel asintió, observando las flores con un aire satisfecho.
-Sí, pensé que sería un buen detalle. Ella merece algo bonito.
Christian sintió una punzada de celos al escuchar la respuesta de Gabriel. No podía evitarlo. La idea de Gabriel cortejando a Mary lo molestaba más de lo que estaba dispuesto a admitir, pero no quería mostrarlo.
-Es un gesto... generoso,- comentó Christian, esforzándose por mantener su tono ligero. -¿Qué te hizo pensar en llevarle flores?
Gabriel lo miró con una sonrisa, notando la tensión oculta en la pregunta.
-Mary es alguien especial. Es amable, inteligente, y siempre tiene una sonrisa que ilumina el día. Quería hacer algo para demostrarle cuánto la aprecio.
Christian asintió lentamente, sintiendo que su incomodidad crecía.
-Es cierto, Mary es... especial.
Gabriel notó el cambio en la expresión de Christian y, por un momento, se preguntó si había algo más detrás de sus palabras. Pero antes de que pudiera decir algo, James apareció en el pasillo, observando la escena con interés.
-¿Qué tenemos aquí?- preguntó James, claramente entretenido al ver el ramo de flores. -¿Gabriel, llevas flores para Mary?-
Gabriel asintió, con una sonrisa tranquila.
-Sí, pensé que sería un bonito gesto. Espero que le gusten. Quiero que sepa que pienso en ella.
Christian solo asintió, sin encontrar las palabras adecuadas para responder. Mientras Gabriel se alejaba con el ramo de flores, Christian se quedó mirando por un momento, sintiendo que la situación se volvía más complicada. James, que había estado observando toda la interacción, se acercó a Christian con una sonrisa traviesa.
-Te estás metiendo en un terreno complicado, amigo,- comentó James en voz baja.
Christian suspiró, sabiendo que James tenía razón.
-No pensé que las cosas llegarían a esto.
James lo miró con comprensión.
-Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?-
Christian no tenía una respuesta clara. Solo sabía que las flores de Gabriel y sus intenciones hacia Mary estaban despertando algo en él, algo que no podía ignorar por mucho más tiempo.
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Copenhaguen Nights-Prince Christian-James, Earl Of Wessex
FanficMary Orozco y Morgan Carter, dos amigas latinas que viajan a Copenhague para un intercambio estudiantil. Su aventura toma un giro inesperado cuando reciben una invitación a una fiesta exclusiva y conocen al príncipe heredero Christian de Dinamarca y...